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'The Following' 3x01 Review: “Mientras sigáis mintiendo, más morirán”

Por Silvia Martínez GómezSilvia Martínez Gómez

La que empezara siendo una serie normalita presumiblemente realizada para deleitar a los fans de los asesinos en serie y, ya de paso, a los de Edgar Allan Poe durante una temporada con principio y fin; se ha convertido ya en una habitual de la parrilla televisiva estadounidense. Y de la española, pues LaSexta se hizo en su día con sus derechos de emisión.

Cierto es que, quizá debido a sus fantasiosas y a veces previsibles tramas, nadie le daba mucho futuro a la ficción protagonizada por Kevin Bacon. Pero mirémosla, dos temporadas acabadas y empezando la tercera con todo un séquito de seguidores digno del mismísimo Joe Carroll.

Y es que, reconozcámoslo: nos gusta. Nos gusta lo fantasioso, lo previsible y también lo imposible de su línea argumental. Porque en ‘The Following’ todo puede pasar y eso es lo que capítulo tras capítulo nos ha hecho criticarla a la vez que amarla.

Ahora, casi un año después, tenemos aquí la tercera temporada para nuestro gozo y disfrute dispuesta a seguir con su estilo propio que, yo no sé a los demás, pero a los fans no nos defrauda ni lo más mínimo.

Veamos qué tal… (¡SPOILERS!)

Si sabéis cómo me pongo, ¿para qué me invitáis?

Estaba claro. Quizá las novias – la agente Gina Mendez, aquella que nos perturbó al principio y finalmente descubrimos que era buena gente, y su ahora ya mujer – no lo sabían, pero nosotros sí. Por mucho que hubiera pasado un año, Ryan Hardy tiene un gafe bastante enorme en su ser y la gran mayoría de eventos en los que él interviene, van a acabar saliendo mal o muy mal.

Este, gracias a Dios, sólo fue mal: un camarero rabioso mancha enterito de sangre a Hardy y a las novias en protesta a la muerte de su hija, llevada a cabo hace un año cuando Ryan y su equipo irrumpieron en el campamento de seguidores de Joe Carroll. Entiendo la indignación del buen hombre, pero si su hija estaba en una secta de asesinos, no había que ser muy inteligente para saber que la cosa no iba a acabar bien.

Todo esto ante los ojos de Gwen, la nueva amiga con derecho a roce de Hardy, de la sobrina de éste y también del agente Mike Weston. ¿Recordáis que hubo beso entre ellos al final de la temporada ante un grito nuestro de ¡POR FIN!? Pues olvidadlo: Mike, empecinado en tomarse la justicia por su parte con el gemelo que quedó vivo, Mark, huyó en su búsqueda y Max se quedó compuesta y sin novio. Ahora, un año después, ella parece haber rehecho su vida…pero todos palpamos en el ambiente que a su nuevo amor le queda poco tiempo como tal.

Sherry, yo no soy tu padre

Pero bueno, dejemos los amoríos aparte que a mí me gustan demasiado y puedo hacer toda una review hablando de por qué sí o por qué no Mike y Max deberían estar juntos, y volvamos a la cruda realidad haciendo un pequeño recordatorio del panorama asesino ahora mismo: Joe Carroll está condenado a muerte mientras que su adorada Emma, su no tan adorada Lily Gray y uno de los gemelos adoptados por ésta, Luke, lo esperan pacientemente sentados en un sofá del infierno. Nos falta alguien, ¿verdad? En efecto, el gemelo vivo Mark al que Weston quería capturar pero, por lo que podemos ver, de momento no ha tenido suerte.

Y es que Mark está ahora escondido en NoSabemosDónde haciendo gala de su originalidad de siempre al sustituir a su difunto hermano por un maniquí con un espejo por cabeza mientras él, con su espíritu Gollum que ya conocíamos, se encarga de hacer el papel de los dos. Sublime lo de Sam Underwood en esta serie, en serio. Tan sublime que está consiguiendo que el actor me dé mal rollo ya de por sí durante lo que le quede de carrera. En fin.

Le acompañan el camarero indignado – que, mi gozo en un pozo, descubrimos que era la misteriosa persona a la que Mark llamaba al final de la temporada 2 y se metía con él en el coche…por lo que ni triste padre sin hija ni nada de nada –; y una pareja a la que podemos ver en pleno auge psicopático encargándose de que un matrimonio haga realidad aquello de ‘hasta que la muerte nos separe’ y, para más inri, sirvan para recrear una escena de crimen familiar para Hardy y los suyos: el momento en el que el susodicho asesinaba a Gisele, novia de Luke y una hermana para Mark.

Y eso que pensábamos que el matrimonio iba a tener algo que ver, ¿eh?

Cayendo como moscas

Mientras tanto, Ryan sigue en su línea de apartar de su camino a todo el mundo a quien empieza a querer y lo intenta hacer también con Gwen – su cara nos suena, sí: era la periodista amiguita de Abu Nazir en ‘Homeland’ –, que parece tener asumido que mientras Joe Carroll o alguno de sus seguidores esté pululando por América, Ryan Hardy va a ser un hueso duro de roer.

Esperemos que su sobrina no siga sus pasos ni tampoco los de Mike Weston y consiga no obsesionarse con el asunto, y más ahora que descubren una escena de crimen especialmente dedicada para ella: igual que le dijeran a su tío, alguien cree que ella también miente y recrean con otros tres muertos cómo fue cuando disparó a Mark Gray.

Todo apuntaba a que la siguiente muerte va a recrear la de Lily Gray, la madre adoptiva de los gemelos y toda una psicópata sin escrúpulos asesinada a sangre fría por un más que enrabiado Mike Weston tras ver en streaming cómo ésta mataba a su padre. Normal que la cosa acabara como el rosario de la aurora…

Y en efecto, las cosas salen como todos pensaban: Mark encuentra a alguien parecida a su madre y…adiós. Aunque los Hardy y Weston llegan a la fiesta que Gray y compañía tenían como museo propio para elegir víctima, lo cierto es que llega demasiado tarde para salvar a la supuesta Lily. Como premio de consolación, al que sí logran echar el guante es al falso-camarero/papá que, como todos imaginábamos, no va a soltar prenda en ningún interrogatorio. Lo único que tenemos claro es que, como reza la frase al lado de la última cruel recreación: ‘Mientras sigáis mintiendo, más morirán’ – cosa que en inglés tiene una rima bastante más pegadiza, todo sea dicho –.

De momento así está el panorama en Carrollandia, con un gemelo suelto e igual de mentalmente desequilibrado que de costumbre y una pareja acompañándole que parece tener objetivos diferentes a los de Gray pero que, por ahora, son desconocidos para nosotros.

A ver qué nos depara el martes que viene la nueva temporada de ‘The Following’.

Por Silvia Martínez GómezSilvia Martínez Gómez

La que empezara siendo una serie normalita presumiblemente realizada para deleitar a los fans de los asesinos en serie y, ya de paso, a los de Edgar Allan Poe durante una temporada con principio y fin; se ha convertido ya en una habitual de la parrilla televisiva estadounidense. Y de la española, pues LaSexta se hizo en su día con sus derechos de emisión.