Si los finales de cada año los protagonizan las listas de los mejores momentos, series o polémicas; los inicios los acaparan los propósitos y deseos que cumplir en el siguiente. Así, al 2020 que acaba de empezar, le hacemos estas doce peticiones televisivas. Una docena de regalos que nos encantaría ir recibiendo en los próximos meses para disfrutar, a lo grande, de la pequeña pantalla.
Que veamos nacer el nuevo Juego de tronos
Que veamos nacer el nuevo Juego de tronosNo vamos a volver a debatir sobre el final de Juego de Tronos, que sin duda ha sido uno de los grandes acontecimientos de 2019, pero si algo está claro es que la serie de HBO fue uno de los hitos de la década y que, en tiempos de proliferación de ficciones y plataformas, consiguió que cada episodio fuera seguido como el auténtico evento de la semana. Una proeza que nos encantaría volver a repetir pronto.
Está claro que es muy complicado que las ficciones alcancen semejante nivel de interés y seguimiento, que componga un universo que consiga tantos adeptos, que se prolongue en el tiempo y que viaje a nivel internacional. Es muy difícil que tantos nos enganchemos, emocionemos y rindamos a una ficción y que es algo que han conseguido títulos contados como Perdidos o las películas de Harry Potter. Aun así, apuntamos alto y pedimos que vuelen las imaginaciones para regalarnos una nueva serie por la que desvivirnos.
Que la situación de RTVE se estabilice
La inestabilidad política -que también ha marcado 2019- ha castigado a la cadena pública, que se mantiene en un estado congelado de provisionalidad desde que Rosa María Mateo fuera nombrada administradora única de la corporación de forma temporal. Así, RTVE lleva desde verano de 2018 sin presidente ni Consejo de Administración.
La -esperamos- inminente formación de gobierno debería ayudar pero, sin duda, habría que plantear mecanismos para que el ente no sufra con semejante índole los vaivenes electorales. De momento se espera que se reactive el concurso público y que se elija a un nuevo director de Informativos, tras el fallido nombramiento de Almudena Ariza. De momento es Enric Hernández es quien ejerce eventualmente el cargo. En definitiva, RTVE necesita, con urgencia, recuperar la estabilidad.
Que nos vaya bien en Eurovisión
Después de seis años seguidos quedando por detrás del vigésimo puesto en Eurovisión ha llegado el momento de remontar. Fue en 2014 cuando Ruth Lorenzo alcanzó el décimo con Dancing in the rain y, desde entonces, Edurne, Barei, Manel Navarro, Amaia, Alfred y Miki obtuvieron las posiciones 21, 22, 26, 23 y 22, respectivamente.
En las dos últimas ediciones del concurso, la selección de nuestros candidatos corrió a cargo de los eurofans y espectadores de Operación Triunfo. En el primero, la ilusión y el apoyo a la balada Tu canción fue mayor, inflado por el éxito que obtuvo el regreso del formato a TVE; y en el segundo, aunque la apuesta de La venda sí que partía como una de las mejores opciones dentro de las propuestas en el talent, llegó empañada por el poco entusiasmo que mostraron los triunfitos ante la oportunidad de representar a España en el certamen.
Este año, sin embargo, RTVE ha optado por volver a la designación directa apostando por Blas Cantó. En Vertele explicamos por qué sí es el candidato que necesitábamos, y los propios eurofans aplaudieron la elección en su anuncio. Queda conocer la canción y la puesta en escena que acompañará al cantante, pero confiamos en que podrá devolvernos, al menos, al Top 10.
Que la competencia entre las cadenas sea sana
Es obvio que las cadenas han de contar con una estrategia de programación que ayude a que sus productos obtengan buenos datos de audiencia pero, estaría bien, que los cambios de días y horarios de formatos no pasaron por alto al espectador. Uno de los casos más evidentes de 2019 fue Bake Off en Cuatro, que llegó a cambiarse hasta tres veces, minando al propio programa, que inevitablemente fue perdiendo interés entre el público.
Aun así, lo más sangrante es la guerra entre Mediaset y Atresmedia, que tuvo su colofón con el primer grupo señalando a las cadenas de la competencia del boicot de anunciantes de Gran Hermano, en vez de asumir responsabilidades sobre el caso de abuso sexual acaecido en 2017. No se trata de un caso aislado, la guerra se recrudeció en junio, cuando lanzaron mensajes cruzados después de conocerse los resultados de audiencias del pasado mes de mayo. Por ello, por la salud de todos y porque no creemos que haya necesidad de jugar sucio ni faltar al respeto, pedimos que en 2020 este tipo de acciones desaparezcan.
Que las cadenas dejen de convertir sucesos en reality shows
El rigor y la ética no siempre acompañan de la forma en que deberían la práctica periodística. Enero albergó un ejemplo que puso en evidencia la mala praxis al convertir el caso de Julen en un reality show. Los sucesos siempre atraen a la audiencia televisiva, siendo una máxima real demostrada ya en múltiples ocasiones y que, como ocurrió desde que el niño cayera al pozo el 13 de enero hasta el hallazgo de su cadáver, el seguimiento fue continuo 24 horas al día. ¿De verdad era necesario?
Llegado septiembre encontramos otro ejemplo, la desaparición y posterior descubrimiento del cadáver de Blanca Fernández Ochoa. Destacando, para muy mal, las publicaciones de Instagram en las que dos periodistas de Cazamariposas se mofaron desde el lugar donde encontraron el coche de la fallecida esquiadora.
Precisamente este año se ha estrenado en Netflix la serie documental El caso Alcàsser, un crimen en el que, como explica la producción: “Todos perdimos la cabeza”. La manera en la que se puso el foco mediático en el suceso de 1991 convirtió a la televisión española en el centro de todas las críticas. ¿Es que acaso no hemos aprendido nada desde entonces? Si la respuesta es no, que se torne en sí en este 2020.
Que el humor no se castigue y las cómicas tengan su espacio
Era difícil superar 2018 en lo que a nivel de comedia se refiere, pero 2019 no se ha quedado corto. A los consolidados La Resistencia o Late Motiv, se unieron este año Dar cera, pulir cero y El cielo puede esperar en Movistar, que acaba de estrenar su segunda temporada. Además, Las que faltaban contaron con la estrella revelación del formato, Susi Caramelo que, cada semana, consiguió que sus atípicos reportajes en alfombras rojas se hicieran virales.
Sin embargo, el formato ha sido cancelado y, esperamos, se generen más espacios y se incluyan a más cómicas en programas de humor. Como recientemente comentaba Henar Álvarez en una entrevista con Vertele, este ha sido “un año de nuevas cómicas porque los medios nos han dado la oportunidad”. Esperamos que esta tónica se mantenga.
Además, ya que los bien o mal llamados límites del humor siguen estando en boga, aunque con un 2019 con quizás casos menos sonados más allá del monólogo que Movistar borró de La resistencia en el que Iggy Rubín bromeaba sobre ETA y Ortega Lara, confiamos en que no perdamos este necesario y sano sentido. Y también que no se nos vaya de las manos, como le ocurrió a David Suárez, que fue despedido del programa de radio en el que participaba por burlarse de las personas con síndrome de down.
Que podamos irnos pronto a dormir
Ya lo dijo Noemí Galera en una de las galas de la última edición de Operación Triunfo: “Esto no es un horario normal”. Así, representando al conjunto de espectadores del concurso, hizo una petición que, de hecho, van a cumplir en OT 2020. El 12 de enero la Academia volverá a abrir sus puertas y, esta vez, a partir de las 22:00h. Una práctica que nos encantaría que se extendiera al resto de la semana, ya que el inicio del prime time cerca de las 23:00h de la noche, dificulta el seguimiento de los formatos en directo. ¿Acaso a los programadores son inmunes a las ojeras?
Esta petición viene acompañada de su gemela, la reducción de la duración. Una estrategia que ya probó Antena 3 duplicando las audiciones a ciegas de La Voz a dos veladas consecutivas de tal manera que, como consecuencia, ambas fueron más cortas. También es extensible a las series. Un territorio en el que en 2019 sí se ha avanzado, al apostar la cadena de Atresmedia y TVE por acortar la duración de sus nuevas ficciones a 50 minutos.
Que los reporteros no sean agredidos
Este deseo tampoco es nuevo, por desgracia. Ser reportero parece que se ha convertido en un deporte de riesgo, y no debería ser así. Las protestas en Catalunya el pasado mes de octubre fueron especialmente peligrosas para los periodistas, durante las que fueron agredidos dos equipos de TVE con huevos y el palo de una bandera. Dos cámaras de Telemadrid fueron igualmente heridos, así como las reporteras de la cadena pública, Cuatro y laSexta Cristina Pampín, Ana Francisco y Verónica Sanz, sobre las que se lanzaron objetos, fueron insultadas y boicoteadas.
Por desgracia no han sido los únicos ejemplos, un cámara de Mediaset fue tirado al suelo en las puertas del juzgado, y varios taxistas agredieron a huevazos a un reportero de Espejo Público a principios de año. La lista pone en evidencia que la situación es insostenible y que este tipo de actos violentos deberían formar parte, únicamente, del pasado.
Que haya más espacio para la música en directo
¿Os acordáis de Música sí? ¿El espacio musical que se emitía los sábados por la mañana en La 1, y que consiguió ser el programa musical más visto del país durante sus años de emisión, de 1997 a 2004? El mismo formato del que hoy se nutren programas como Viaje al centro de la tele, por la ingente cantidad de actuaciones musicales de artistas como Britney Spears, Madonna, Mecano o los mismísimos Backstreet Boys que acogió.
Hoy podemos disfrutar de la música en directo en programas como La Hora Musa, Los conciertos de Radio 3, Un país para escucharlo o Cachitos de hierro y cromo (todos en RTVE), y otros ejemplos de la televisión privada que incluyen actuaciones como Late Motiv, La Resistencia, El cielo puede esperar, Las que faltaban; y apuestas como Canciones que cambiaron el mundo, Sesiones Movistar o Jon &Joe.
Concursos como Operación Triunfo, La Voz o Got Talent sí que sirven de plataforma de la música en directo para nuevos talentos que inician sus carreras pero, ¿qué hueco queda para aquellos que ya están consolidados? Reivindicamos que tengan más espacio en pantalla, tanto los artistas nacionales como los internacionales.
Que la nueva edición de OT recupere el espíritu de la de 2017
Muchos convivimos con la nostalgia que genera escuchar el estribillo “Camina, da un paso al frente y respira” y, llegado 2020, nos enfrentaremos a una nueva oportunidad de relanzar las emociones que genera Operación Triunfo. Todavía no conocemos quiénes serán los 16 nuevos alumnos de la Academia, ni hemos visto desenvolverse al nuevo jurado liderado por Nina, pero confiamos en que los nuevos repertorios y perfiles consigan remover al fan del formato por dentro, de nuevo.
No tenemos nada en contra de 2018 y pensamos que el concurso debería haber descansado un mayor periodo de tiempo pero, aun así, volvemos a entregarnos a la nueva edición con Noemí Galera al frente con la misma ilusión con la que nos rendimos al “A tu lado me siento seguro”.
Una mayor apuesta por los deportes minoritarios
“Como mujer, no puedo mantenerme al margen del trato injusto que recibe el deporte femenino”. Así de contundente lo defendió en una entrevista con Vertele Paloma del Río, Premio Ondas 2019 a la Mejor presentadora, tras 33 años de trayectoria en TVE. Y razón no le faltaba. De hecho, este ha sido un gran año para, al menos, el fútbol y el baloncesto femenino -aunque queda pendiente que podamos dejar de apellidarlo femenino, igual que no hablamos del masculino para referirnos al que practican los hombres-.
La selección de fútbol se despidió del Mundial con honor y récord en Gol marcando un 12.8%, y la de baloncesto haciendo historia consiguió con la final del Eurobasket, que venció, convertirse en el partido más visto de la historia del baloncesto femenino español cosechando un 15.5% y reuniendo a cerca de dos millones de espectadores.
Por ello, reivindicamos que todos aquellos deportes que no sean fútbol o, en todo caso, baloncesto; como el balonmano, el volleyball, la gimnasia rítmica o la natación sincronizada, cuenten con un mayor espacio. Menos debate por la emisión de la Supercopa de España de fútbol y más reconocimiento a otros deportes que cuentan con un envoltorio muchísimo más humilde, y no por ello son menos válidos.
Que dejen de surgir plataformas
Empezamos a no dar a basto. Ni los fans, ni los medios, ni los bolsillos. Por supuesto, que haya nuevos proyectos es una buenísima noticia para la industria, para los trabajadores del sector audiovisual y para la población, porque -en teoría- una mayor oferta debería representar, gustar a interesar a más espectadores. No obstante, la adaptación a los nuevos tiempos en los que los contenidos online están viviendo una mejor época que los que se emiten en abierto, implican que la competencia sea mayor y que haya que suscribirse a demasiadas plataformas para poder abarcar todos los títulos.
A HBO, Netflix y Amazon se han unido Apple TV+ y Disney (aunque para su llegada a España habrá que esperar a marzo del año que viene), y con ellas un torrente de nuevas producciones. ¿Cuantas suscripciones podemos estar dispuestos a pagar? Recordemos además que, la cantidad no implica necesariamente calidad.
Un formato novedoso y que rompa moldes
Queremos nuevos formatos, concursos, series o programas que triunfen, que sorprendan y que nos enganchen. A día de hoy, más allá del éxito rotundo de GH o Supervivientes, que reinan sin nadie pueda hacerles sombra en datos de audiencias, Masterchef, Got talent o Tu cara me suena, al resto de espacios les falta un empujoncito para conseguir captar a los espectadores.
No sabemos si, por ejemplo, The Masket Singer, conseguirá ser el formato revelación de 2020, pero esperamos que ocurra y que podamos recordar este año como el que descubrimos ese espacio que aún no conocemos, pero esperamos.