Por la investigación de la Fiscalía a una empresa

Agria discusión en 'La mañana' por la gestación subrogada: “Insultabas a mi familia”

Redacción

Momentos de tensión en La mañana de La 1 con motivo de la gestación subrogada. El magacín matinal conducido en verano por Ana Ibáñez abordó las últimas novedades en torno a este tema con la colaboración de Cecilia Pinto, a cargo de la agencia “Soñando juntos, y Nuria González, abogada y especialista en derechos humanos contraria a estas prácticas. Las posturas enfrentadas de ambas acabaron en acusaciones directas de una a otra.

Una y otra comparecían para debatir ante la decisión de la Fiscalía General del Estado de investigar a una agencia ucraniana de vientres de alquiler que operan en España y que acumula un millar de casos irregulares en Europa. La Audiencia Nacional responde a la denuncia de la ministra de justicia en funciones, Dolores Delgado, por presuntos delitos de tráfico de menores, organización criminal, blanqueo de capitales y falsedad.

Ibáñez daba la bienvenida en plató a Pinto, como representante de la postura de las agencias que se dedican a la gestación por sustitución. Esta aludía a la “política del miedo hacia las familias” que había impulsado el Ministerio Público y defendía su labor. “Hacemos una actividad completamente legal y no hay nada que puedan reprocharnos”.

No consideraba lo mismo González: “Todas las agencias de vientres de alquiler están prohibidos en España”, remachaba, citando la sentencia del Supremo de 2014 al respecto. “Este gobierno está entrando en un terreno muy peligroso de intentar ver a unos buenos y a otros malos. Un vientre de alquiler siempre es ilegal, porque vulnera los derechos humanos de las mujeres y de los niños. Es una cortinita de humo para acabar legalizando los vientres de alquiler, como piden algunos miembros de este gobierno”, acusaba.

El enfrentamiento comenzó citando las consideraciones de la ONU sobre materia reproductiva. Mientras Pinto aseguraba que la gestación subrogada está reconocida por este organismo internacional y se pide a los países que la contemplen, González insistía en lo opuesto: “Dice que existen y que tienen que estar prohibidos”.

“Lo único que hace el Tribunal es salvaguardar cuando los menores llevan mucho tiempo con la familia que los ha adquirido, y lo digo con todo lo que significa esta palabra, para no perjudicar al menor, pero en ningún caso se reconoce la paternidad a esos padres o madres”, razonaba. A su vez, negaba el supuesto del altruismo en los casos: “Lo que quieren hacernos ver las agencias de vientres de alquiler es que las madres hemos dejado de ser madres para ser propietarias. Parimos hijos, no parimos propiedades. No somos las propietarias de esas criaturas para regalarlas o venderlas. Somos sus madres y no sus dueñas”.

A su vez, recordó la investigación que realizó a título personal en una de estas empresas: “Me ofrecieron por que, 86.000 euros, me llevaban a Grecia a una ucraniana que paría un niño para mí sin ningún tipo de relación genética. Te ofrecen donante de óvulos y de esperma y dos años de garantía”.

Pinto se mostró enfadada y se dispuso a hablar, iniciando una breve discusión: “Déjame hablar. Yo te he dejado hablar mientras tú insultabas con un lenguaje bastante duro a mi familia”, afirmaba. “Demuéstrame que todas hacemos esos. La manera para evitar regularidades es regularlo en España”.