La Resistencia cerró su quinta temporada con su segundo programa especial desde Ibiza - al primero acudió Rigoberta Bandini-. “Nos vemos en septiembre, en la sexta temporada” dijo David Broncano para despedir la grabación, con el sonido de trompeta que tocó Sergio Bezos.
La entrega contó con la actuación final de Fernando Costa y con la entrevista a Aleix Espargaró. El piloto de MotoGP que usó al programa como motivación propia: “Voy a traeros un casco de campeón del mundo cuando acabe el año”, aseguró arrepintiéndose al instante, “ahora es cuando no gano y quedo como un paleto”, bromeó.
El presentador le preguntó por su pifia en Montmeló y casi ni quiso recordarla: “Lo viví muy mal. De los peores días de mi vida, de mi carrera deportiva”. Aún así, argumentó lo que pasó: “Iba tan concentrado que no vi la pizarrilla que nos ponen con las vueltas cuando pasas por meta. Solo vi la diferencia con el de atrás, iba concentrado para que no me pillara. Pensaba que se había acabado, empecé a saludar, y cuando me di cuenta pensé que cómo la había liado”.
Pero no quedó ahí la cosa, Espargaró explicó lo que ocurrió entre bambalinas: “Estuve jodido, lo pasé mal. Nada me consuela como mis hijos, pero ni los vi y no paraba de llorar, ¡qué manera de hacer el ridículo!”, lamentó.
Tras el relato, Broncano no quiso dejarle marchar sin que respondiera a las preguntas clásicas, ya que “a la gente le interesa la respuesta de los deportistas”, señaló.
Sobre las relaciones sexuales el último mes, Aleix no se quejó: “Con mi mujer bien, 14 en el último mes. Tengo la suerte de que viaja mucho conmigo a las carreras”, aseguró.
Y en cuanto al dinero en el banco, dejó a todos los presentes anonadados con la siguiente respuesta: “Los pilotos ganamos alrededor de 2 o 3 millones de euros. Pero no multipliquéis eso con los años que llevo con Aprilia porque me gusta mucho vivir bien”, y así se marchó con los deberes hechos.