El emblemático programa de Telemadrid “Madrileños por el mundo” visitó este martes una ciudad con tanta tradición navideña como es Nueva York, y contó con dos guías de lujo como los periodistas Almudena Ariza y José María Carrascal.
La corresponsal de TVE en la ciudad de los rascacielos recibió al equipo del programa del programa mientras corría, y presumió de su afición por las carreras tras haber incluso acabado la famosa maratón de NY. En su charla, confesó que estudiaba música (guitarra flamenca y clásica) cuando empezó en el mundo de los medios de comunicación en un programa de radio.
Ariza les condujo por la Trump Tower hasta llegar a la pequeña corresponsalía de TVE en pleno centro de Manhattan, donde presentó a los otros dos compañeros que trabajan con ella: el productor Miguel y el cámara Alfonso Lozano, junto al que subió a la terraza del edificio para desvelar un secreto de sus conexiones.
Además de explicar que cuando quieren hacer un directo salen a la propia terraza de la corresponsalía, Ariza y Alfonso Lozano demostraron que para lograr el plano televisivo que muestran en las conexiones lo tienen difícil porque se suben a lo alto de una escalera, desde donde informan.
El encuentro también tuvo parte personal. La reportera presentó a su marido y explicó que se conocieron hace años en Barcelona bailando salsa, una disciplina que incluso se atrevió a mostrar ante la cámara en el mítico local Copacabana de NY.
Carrascal, desde 1966 vecino de Nueva York
El veterano periodista, por su parte, recordó que lleva arraigado a la ciudad desde que llegó como corresponsal de ABC en 1966, que se fue para presentar el informativo de Antena 3 en el 89, pero que mantuvo su casa en NY, desde la que manda sus artículos y escribe sus libros.
De su mano, el programa explicó por qué sale humo de las alcantarillas de Nueva York, se dio un paseo en taxi por Manhattan mientras Carrascal recordaba cuando vivía cerca de Greta Garbo, y analizó por qué a él le sorprendió más que Obama llegase a ser presidente que que lo lograse Trump.
Carrascal les abrió también las puertas de su casa, explicándoles que compró su piso en los 70, en una época en la que los conflictos raciales hacían que la gente huyese de Manhattan, por lo que le salió “más barato que el de Madrid”. Eso sí, su mujer se mantuvo firme en no salir en pantalla, como bromeó él mismo.