La de Álvaro, el nuevo concursante de Secret Story 2, no ha sido precisamente una entrada tranquila. La casa de los secretos se abrió este domingo a su decimoséptimo inquilino, un joven interventor de 26 años que en apenas unas horas de estancia ha dinamitado la convivencia en la televisiva estancia de Guadalix de la Sierra.
Todo empezó cuando, sólo unos minutos después de presentarse a sus compañeros, les gastó una broma que no hizo gracia a ninguno. El participante, procedente de Albacete, aprovechó que la organización le había entregado un huevo de avestruz como garantía de inmunidad para contar a los demás que su primera misión en la casa no era otra que expulsar a uno de los concursantes.
“No os conozco, pero me han dicho que os han dado tiempo para conoceros entre vosotros, y que tenéis que decidir en un minuto quién sale expulsado de la casa por mí. O yo elijo al azar...”, explicó. Tras no ponerse de acuerdo, él decidió que la supuesta eliminada para dejar libre su plaza iba a ser Marta, la teniente de alcaldesa.
La mentira no duró ni unos segundos, que fue el tiempo que tardó en empezar a reírse a carcajadas, pero lejos de acompañarle, el resto de concursantes no aceptaron de buen grado el mal rato que acababan de pasar. La propia Marta y David Colchero comenzaron a llorar por la tensión, mientras que otros compañeros reprocharon a Álvaro sus intenciones. “Era una forma de conseguir información rápida, lo siento”, se justificó riéndose.
La que peor se lo tomó fue Brenda, que tuvo varios encontronazos con su nuevo compañero mientras los espectadores de La noche de los secretos en Telecinco veían los vídeos de la escaleta, ajenos a todo lo que ocurría en directo y que sí pudieron ver los suscriptores de Mitele Plus. “No me vas a sacar de mis casillas”, le dijo la barrendera en uno de sus intercambios.
“Donde la ignorancia habla, la inteligencia calla”, añadió la concursante, ante la imposibilidad de mantener una conversación fluida con Álvaro. “¡La Paulo Coelho de la casa! Venga, date media vuelta”, se burló el nuevo. Otros compañeros se interesaron por calmar los ánimos, pero la situación siguió tensa. “¿Por qué te sientes atacado?”, le preguntaron. “No me siento atacado, me siento interpelado”, respondió, llegando a llamar “buitres” a los demás.
Héctor le roba el huevo entre insultos
Ya al terminar la gala de Telecinco, y lejos de acercar posturas, los concursantes y su nuevo compañero continuaron interpelándose, con faltas de respeto incluidas. Una de las que tuvo su 'rifirrafe' con él fue Carmen, que le dijo que tenia “cara de Mr. Bean”. “Tú no eres Claudia Schiffer”, le dijo él. “¿Tú crees que me puedo tomar a risa que tengo cara de Mr. Bean? ¿Pero de qué vas? Te estás riendo en mi puta cara. Date media vuelta”, comentó entre gritos.
El momento más incómodo fue cuando Héctor le quitó el huevo de avestruz a la fuerza, siendo algo que no está permitido. La organización contó a los concursantes que quien llegue al jueves con el objeto en su poder gozará de la inmunidad, pero les avisó de que no podía cambiar de manos con violencia. El fotógrafo canario desoyó la norma y se lo arrancó de los brazos entre insultos. “¡Gilipollas! ¡A tomar por culo, subnormal!”, le dijo.
Álvaro se desahogó con algunos compañeros, a los que explicó lo sucedido. “La que se ha liado... Héctor ha quedado retratado”, contó a Laila. Con Alatzne, por su parte, hizo autocrítica sobre su abrupta entrada en la casa: “De lo único que me arrepiento de verdad es de haber hecho llorar a Marta. Pero de la que he tenido con el 'curilla' este no me arrepiento. Se pone a dar lecciones de moral, me ha soltado una chapa de veinte minutos para luego decirme que no me quiere dar un plato de comida, y me roba el huevo llamándome gilipollas”, dijo sobre Héctor.
El nuevo concursante recuperó el huevo y empezó a disculparse con aquellos que se habían tomado a mal su broma. “No me esperaba lo que se ha originado, pero os pido disculpas. Mi intención es conoceros. Si luego aún así os caigo mal, pues me parece perfecto”, dijo a Carlos y Nissy.
Más tensa fue su conversación con Adrián, Colchero y otros compañeros, con los que no llegó a un entendimiento y con los que terminó a gritos a las 6:30 de la madrugada. “La manera con la que contestas es muy chula, y eso provoca un poco”, le explicó Brenda, de buenos modos.
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