Álvaro Morte recordó cuando no encontraba trabajo como actor y postuló para otro oficio: “Habría sido ridículo”
El Hormiguero arrancó su nueva semana con la visita de Álvaro Morte y Rodrigo Santoro que acudieron a presentar Sin límites, una nueva miniserie que se estrena el próximo 10 de junio en Prime Video.
Explicaron que la nueva producción narra la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano, coincidiendo con el quinto centenario de la expedición. Una apuesta que ha requerido de mucho estudio por parte de ambos intérpretes que quisieron empaparse al máximo de sus personajes. Tanto que, por ejemplo, Santoro entrenaba con la espada en casa y aprendió a escribir con pluma.
Mientras que Morte confesó que estaba tan metido en el papel que acudió a vacunarse del Covid vestido de Elcano: “Saqué cita para vacunarme un dia que acabábamos de rodar a las 12 de la mañana, pero todo se retrasó, no me daba tiempo a desvestirme y no quería perder la cita así que me presenté con peluca, barba, vestido del S.XVII y recuerdo que al llegar una madre les dijo a sus hijos que no me tocaran”.
Santoro: “En Hollywood la presión es muy grande”
Pero Pablo Motos también preguntó a ambos actores por su etapa profesional antes de protagonizar éxitos como Love Actually en el caso de Rodrigo, y de La casa de Papel en el de Morte. El primero explicó que, aunque lleva trabajando en Hollywood desde los años 2000: “Nunca he sentido las ganas de vivir ahí porque estoy muy conectado con mis raíces en Brasil, hablando en portugués. Allí la presión es muy grande, te puedes confundir, deprimir muy fácil”, aseguró.
Mientras que Morte recordó una época en la que no encontraba trabajo como actor en España y se marchó a vivir a Irlanda: “Pensé en que sería una oportunidad para practicar inglés y dejé mil curriculums para meterme de cualquier cosa. En enero nadie contrataba a nadie. Y como soy un rotundo inconsciente, escuchando flamenco se me ocurrió publicitarme como 'professional flamenco dancer'”, dijo entre risas. “Puse unos carteles y justo cuando me empezaron a llamar me surgió una obra de teatro en España con Concha Velasco, y me salvó la vida. Afortunadamente no tuve que dar ninguna clase porque habría sido ridículo. Mi plan era inventarme la clase”.