“Llegó un momento en el que me di cuenta de que necesitaba ir a terapia porque el personaje estaba comiendo a la persona”. Han pasado más de tres años desde que la vida de Ana Guerra cambiara para siempre tras ser elegida como una de las 15 concursantes de OT 2017. La canaria consiguió llegar a la final y salió del programa de la mano de su compañera Aitana, con quien arrasó con el tema Lo malo. Desde entonces, la triunfita ha lanzado un EP y un álbum de estudio, Reflexión y La Luz del martes.
También ha pasado el tiempo suficiente como para meditar sobre lo que está dando de sí su trayectoria y lo que implicó su salto a la fama tras abandonar la Academia. Así lo demostró este martes junto a Alberto Chicote, a quien acompañó este martes en su programa Fuera del mapa, de ruta por la Ribeira Sacra.
“Lo llevé bastante mal”, reconoció sobre cómo se sintió al acabar el talent, “estaba tan desubicada, había cambiado tanto... La gente me daba mucho cariño, pero sentía que no podía devolverlo”. “No sé si lo volvería a hacer”, llegó a admitir.
Guerra reveló que “al principio me encerré en casa y no quería hacer nada”. Algo que afectó también a su vida sentimental, “si tenías una cita y salía a la luz. Tú estabas conociendo a una persona pero parecía que ya te ibas a casar con ella”. “Sabía jugar al amor cuando era normal, ahora no sé cómo se hace”, confesó.
“Mi carrera ha ido cuesta abajo”
La triunfita se mostró honesta y sincera con el chef, con el que hizo autocrítica sobre los momentos en los que “sí” había llegado a sentirse “una diosa”. “Me sentí muy grande al salir, empezaban a pasarte cosas como cantar con Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra, Pablo López...”, expuso. Tiempo después, el contexto y su popularidad cambiarían.
“Mi carrera ha ido hacia abajo”, señaló, “tuvo un impacto mediático de estar tres meses y medio en televisión”. Aun así, supo que “bajaría en cuanto la gente deje de verte por la tele”. “Cada canción funcionaba peor que la anterior, no alcanzábamos el éxito ni las reproducciones que pensábamos que merecían”, recordó.
“Me he sentido traicionada por gente estos cuatro años”
“Cuando salimos, a todos no nos va igual”, comentó sobre el desigual éxito que su generación de triunfitos tuvo al acabarse OT, “es una realidad que me darán por decirla, pero a la vista está”.
“Lo pasé mal cuando pasó porque no me imaginaba la vida sin cada una de las 15 personas que entraron conmigo a la Academia”, afirmó, “aquella separación, cómo empezó a haber diferentes niveles y que la industria musical te convierte en competidores”. Aquel contexto implicó que se llevara “una decepción enorme. Hubiera dado todo para que eso no sucediera y corté por lo sano”.
Guerra aseguró que se lleva “increíble” con todos: “Les quiero un montón, hablamos”. A la vez, lamentó que por una cuestión de “trabajo” e incompatibilidad de agendas, cuesta más mantener la relación. “Aitana y yo estábamos juntas las 24 del día cuando salimos, ahora no hay tiempo”, comentó.
Al mismo tiempo, indicó que por el camino, “me he quedado sin gente. Los que están son los que siempre han estado”. Es más, incidió en cómo “a lo largo de estos tres, cuatro años, me he sentido traicionada por personas que creo que me ha alejado de su vida por no ser tan importante”. Roi Méndez y Ricky Merino fueron los dos nombres mencionados por la canaria, a los que definió con “las dos personas con las que mejor me llevo”. “Por lo menos tengo dos, ya me doy con un canto en los dientes”, concluyó.
Al acabar OT, la artista reveló que “envidiaba mucho la carrera de compañeras y compañeros”. Sentimiento que “desapareció cuando decidí coger el disco que había hecho y no sacarlo, en octubre de 2020”. “Quería cantar otras cosas, contarlas de otra manera. Se lo conté a la compañía y ahora canto lo que quiero y cuento lo que quiero contar”, postura que ha tenido como consecuencia que su carrera haya tomado otro rumbo. En este proceso de crecimiento, sus ya dos años yendo a terapia han sido clave: “Poco a poco he conseguido disociar lo profesional de lo personal”.