La segunda gala de Veo cómo cantas vivió su momento más tenso en la recta final, cuando hubo que descubrir si Juan Antonio, concursante del programa de Antena 3, estaba en lo cierto: ¿Era el saxofonista un cantante profesional, o acaso un simple imitador? Juan Antonio optó por la primera posibilidad, pero no estaba seguro, así que los nervios eran máximos antes de escuchar cantar al músico. Si estaba en lo cierto, ganaría 16.000 euros; si fallaba, la mitad del bote sería para el misterioso participante.
“Es el peor momento que hemos vivido en este programa”, aseguró El Monaguillo, asesor. Llegada la hora de la verdad, Antonio Orozco, estrella invitada de la noche, salió al escenario para comenzar la canción definitiva. Y tras unos segundos en los que se lució en todo su esplendor, era el turno del saxofonista, que al tomar el micrófono entonó perfectamente el tema Estoy hecho de pedacitos de ti.
Lógicamente se desató la euforia en el plató del programa, donde los jueces de Veo cómo cantas (Josie, El Monaguillo y Ruth Lorenzo) corrieron a felicitar a Juan Antonio, que remató el programa entre lágrimas más contento que unas castañuelas.
Orozco protagonizó también otro de los momentos destacados de la gala. El artista invitado no quiso tocar el gigantesco xilófono con el que acudió uno de los concursantes. Sí lo hicieron los asesores, pero Orozco, impresionado por las dimensiones del instrumento, se mostró cauto.
“Por el respeto que le tengo a todas las personas que llevan toda la vida estudiando este instrumento, no voy a hacer nada de lo que han hecho mis compañeros, que lo han hecho sin ningún tipo de miramiento”, explicó el cantante, que dejó las baquetas sobre el xilófono y enmudeció a sus compañeros.