El invitado de este martes, 18 de octubre, de El Hormiguero fue Arturo Pérez-Reverte que acudió para presentar su nueva novela, titulada 'Revolución'. El escritor explicó que la aventura traslada al lector hasta la revolución mexicana en la que se verá inmerso Martín Garret, un ingeniero de minas español.
En esa línea, recordó que antes de dedicarse exclusivamente a la literatura, fue durante 12 años reportero de guerra, entre 1973 y 1994. “La guerra huele a plástico quemado y carne que se pudre. Se te queda, no se va. Todavía ahora lo tengo en la cabeza”, confesó a Pablo Motos.
También narró cuando acompañó a unos guerrilleros a robar un banco, el 4 de abril del 77, cuando él tenía 25 años. Y dejó perplejo al presentador al detallar cómo se movía por tales lugares ante situaciones tan límite: “Éramos profesionales, estábamos adiestrados para eso. Eso te deja una forma de ver el mundo”, aseguró.
Y preguntado por esto último, argumentó esa mirada: “El mundo es un lugar peligroso, en el que cuanto más formado estás para hacer frente a lo peligroso tienes más posiblilidades de sobrevivir. La guerra fue un aprendizaje, una escuela donde aprendí. El día que comprendí que el ser humano es al mismo tiempo bueno y malo, desucbrí que era más interesante de lo que me habían contado”.
Sobre el sistema educativo y las mujeres
Al hilo de ese mundo peligroso, aseguró que “estamos criando generaciones de jóvenes que no están preparados para cuando venga el iceberg del Titanic. Nos hemos dormido en el buenismo, en el confort, pensamos que íbamos a cambiar el mundo, y el mundo es el que nos va a cambiar”.
Por lo que criticó al sistema educativo actual: “Si uno es mal estudiante, ¡que suspenda y que repita! Hay que premiar, estimular al brillante, y ayudar al que no, pero no rebajar el nivel del brillante al que no llega para que haya igualdad , equidad o como lo llamen. No intentes rebajar al brillante a la altura del mediocre porque te estás cargando todo”, subrayó.
Para también hablar de lo que aprendido de las mujeres: “Tienen una manera de mirar y unos silencios que el hombre no tiene. Las hemos obligado a estar calladas demasiado tiempo y eso les ha obligado a desarrollar herramientas muy interesantes. Una mujer callada puede enseñarte más que diez hombres hablando”.
Y para finalizar, Pérez-Reverte señaló: “Los grandes avances de un varón en la historia del mundo pasan siempre por las mujeres”.