“Quería hacer un homenaje a la ficción televisiva”, dice Roberto Sánchez sobre su primera novela: Asesinos de series. Y lo ha logrado. Tanto que la escritura del libro, las tramas y subtramas, y hasta los planos que presenta parecer estar salidos de la mente de un showrunner.
La historia cuenta cómo alguien está cometiendo crímenes que tienen las mismas pautas de otros ya vistos en series de televisión. Un original planteamiento que convenció a la Editorial Roca para apostar por él, confesaba Blanca Rosa Roca en la presentación del libro.
El resultado es una historia policíaca con todos los ingredientes para encandilar a los amantes del género, sean o no aficionados a la ficción televisiva. Pero si eres uno de los nuestros, sumarás a estos suculentos componentes las ganas de ir por delante de la investigación intentando adivinar a qué serie corresponde cada uno de los casos.
Un monstruo seriéfilo con sus giros de guión
“A las novelas de aventuras las caracteriza el héroe, a las negras los malos”, explicaba Benjamín Prado, y sin duda, Sánchez ha encontrado al “protagonista” perfecto.
Según el escritor, estuvo guardando al “monstruo para poder abrir más tramas, mostrar otros monstruitos y finalmente descubrir que lo tenía delante”. En un giro de guión del que está plagado este libro ya que está narrado con una escritura televisada que en vez de tener capítulos tiene temporadas y en vez de cerrarlos, los levanta con cliffhangers.
Enganchándonos a cada trama como hacía el propio Dexter, del que Sánchez asegura que “sin él no existiría esta novela”. Logrando ponernos de parte del asesino en serie... y ya no digo más que no quiero hacer spoiler.
Un libro muy televisivo con ¿un reparto ya escogido?
Otra de las particularidades de Asesinos de series es que pone el foco en la ficción televisiva que salta a la realidad. Algo muy curioso porque mientras lo lees no dejas de imaginar cómo sería esa historia adaptada a la televisión.
No en vano, durante la presentación del libro se originó un debate sobre los actores que podrían dar vida a cada uno de los protagonistas:
Algunos apostaban por Natalia Millán o Maribel Verdú para interpretar a la inspectora Velasco, otros pedían el regreso a la pantalla de Carmelo Gómez para convertirse en el subinspector Héctor Salaberri y yo apuesto por darle a Andrés el rostro del Chino Darín, a Marta la candidez inteligente de María Valverde y a Rubén el físico de Yon González.
Lo siento. Es inevitable pensar en serie cuando se lee este libro.