De Viernes

El creador de 'Tómbola' recuerda el veto a Bárbara Rey: dos hombres de negro, los tertulianos indignados y el público en pie

Ángel Cristo escucha con atención la llamada de Bárbara Rey a 'Tómbola' en 1997

Redacción verTele

La publicación de las fotografías que confirman el romance que tuvieron Bárbara Rey y Juan Carlos I están centrando la atención de todos los programas de televisión. Con ellas se ha recordado uno de los episodios más controvertidos de este affaire que puso en jaque al Estado, uno que tuvo lugar en el plató de Tómbola.

Al parecer, la vedette amenazó con hacer públicas las fotografías, los vídeos y las grabaciones que se tomaron durante sus encuentros con el monarca, y el Estado intervino para evitar un escándalo. Tras sufrir un robo en su casa (en él desapareció buena parte de la documentación), Bárbara denunció ante los medios de comunicación que estaba amenazada por las más altas instancias del Estado. Corría el año 1997.

“Tanto yo como mis hijos estamos amenazados de muerte”, exclamó desesperada durante una llamada telefónica con Tómbola. El exitoso programa, que se emitía en varios canales autonómicos, entre ellos Telemadrid, Canal Sur y Canal 9, era un icono de la crónica rosa y un formato muy influyente. Al escuchar su denuncia, Jesús Mariñas la invitó al plató. Pero aquella visita nunca llegó a producirse.

Ángel Moreno, creador y productor de Tómbola, contó anoche en De Viernes la sorprendente historia que desencadenó aquel veto.

Horas antes de la emisión, el equipo de la tertulia recibió una llamada que lo cambió todo. Jesús Sánchez Carrascosa, director general de Canal 9, ordenó a la productora que suspendiera la entrevista: “Bárbara Rey no puede salir en este programa”, les dijo.

Así se lo hicieron saber a la invitada, pero ella, que había firmado un suculento contrato, se empeño en llevar a cabo su aparición estelar.

Para impedirlo, la productora anuló el billete de avión que se le había comprado para que viajara a Valencia, donde se grababa Tómbola, sin embargo, sorprendentemente, ella consiguió un asiento en aquel vuelo. Y cuando aterrizó en la ciudad del Turia, el programa pidió que ninguno de sus chóferes la transportara desde el aeropuerto hasta las instalaciones de Canal 9, pero Mariñas le envió un taxi.

Tras todo este periplo, Bárbara Rey consiguió llegar a los estudios de la televisión valenciana. En la sala de espera “contó su historia con el rey” y provocó cierto escándalo entre los asistentes, recuerda Ángel Moreno.

El público y los tertulianos, en pie de guerra

Quedaban pocos minutos para que empezara el programa y el público esperaba a las puertas del plató. Bárbara Rey se dirigió a los asistentes para contarles que la querían vetar. “El público amenazó con irse”, relata el productor, que consiguió sacarla de allí para llevarla a un despacho de Canal 9. Allí, Bárbara “repetía” sin parar que había firmado un contrato y que iba a salir en el programa. “Nosotros le dijimos que iba a cobrar su pagaré (2,5 millones de pesetas, unos 15.000 euros), pero que tenía que marcharse”.

Moreno fue presionado tanto por la dirección de Canal 9 como por “una persona” del Gobierno valenciano, presidido entonces por Eduardo Zaplana (PP).

“Ella seguía luchando por salir al plató, hasta que llamaron a la puerta dos hombres vestidos de negro, con camisa blanca, que me ensañaron sus placas”, contó Moreno en De Viernes. “Dijeron que eran de la seguridad del Estado y que venían a por esta señorita para, simplemente, acompañarla. Bárbara cambió la cara. Cogió el pagaré y se fue”.

Sin la vedette en Canal 9, los tertulianos de Tómbola plantearon “una minirevolución” como protesta: “Les dije que hablaran de lo que quisieran, pero que el programa se iría a negro y que al día siguiente podrían pasarse a recoger el finiquito”. La doctrina fue clara: “No se puede hablar de Bárbara Rey ni de la Casa Real. Pero Jesús Mariñas, que era un genio, se pasó toda la noche diciendo que estábamos teniendo una noche bárbara”.

El relato de Ángel Moreno también fue contado ayer por Mabel Redondo (subdirectora de Tómbola) en Y ahora Sonsoles.

Según el periodista Javier Chicote, el Estado compró el silencio de la vedette de dos maneras: con pagos monetarios y con trabajos en TVE y Canal 9.

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