“Entiendo que para mucha gente de la derecha más recalcitrante y cavernícola de este país, al ver en una misma línea 'serie, Bardem y TVE' les debió explotar la cabeza”. Carlos Bardem no esquiva el cuerpo a cuerpo. Y más cuando se trata de defender su trabajo y el de todo el equipo de la serie Diarios de la cuarentena, que la noche de este martes emite su tercera entrega en La 1 de TVE.
Hablamos con el actor para conocer cómo se adapta al confinamiento en su casa, que para él se ha convertido también en un plató en el que rueda esta producción que ya se ha vendido a Francia y México. Y también para que nos valore el fugaz paso de su hermana Mónica por MasterChef 8, y el lanzamiento del documental Santuario que protagoniza junto a su hermano Javier Bardem, que llega este jueves a Movistar+.
Pero sobre todo, intentamos que nos explique cómo lleva que cualquiera de sus proyectos genere críticas, incluso antes de verse, por razones ideológicas: “Me atizaron mucho por decir, y lo creo, que es más digno y más humano intentar hacer humor que utilizar muertos para hacer política”.
¿Esperabas trabajar tanto estando en cuarentena?
Está siendo un poco estresante la cantidad de cosas que estoy haciendo en esta cuarentena [ríe]. Al margen de grabar Diarios de la cuarentena, estoy remantando una novela, preparando la salida de 'Mongo blanco' y promocionando el documental Santuario. Así que sí, la verdad es que está siendo un período muy intenso. Y lo malo es que no me puedo escapar, no me puedo ir a ningún lado ni decir que no estoy.
En tu caso ruedas en pareja, con Cecilia Gessa. ¿Cómo es vuestro día a día ahora con la serie?
Esto es una idea de Álvaro Longoria, surgió muy rápido, y a TVE enseguida le interesó, así que hubo que ponerse en marcha casi de manera instintiva. Nunca ninguno habíamos trabajado desde la dirección, ni desde la actuación, ni desde la producción en estas condiciones. Poco a poco hemos ido estableciendo una mecánica de trabajo, fijando días para grabar...
Así que la cuarentena nosotros la llevamos entre trabajo. Ceci está trabajando mucho, con todos sus proyectos. En eso se parece a su personaje en la serie [ríe]. Yo no soy tan neurótico como el mío. Intentamos estar ocupados. Los días que tenemos grabación se nos llenan, efectivamente. Primero tenemos una reunión con el director, en nuestro caso Álvaro Fernández Armero, que está siendo una maravilla trabajar con él, y vía Skype planteamos cuál va a ser el tono de la escena y tomamos notas. Pero luego a la hora de la verdad, a la hora de realizar, pues estamos solos.
¿Y cómo se lleva ser maquillador, técnico, cámara, y de todo, además de actores?
Somos realizadores, iluminadores, sonidistas, de vestuario, atrezistas... es endemoniado [ríe]. Y además hay que actuar, y tienes que estar concentrado en lo que vas a hacer. Yo afortunadamente hace muchos años que trabajo como actor, y siempre he tenido un respeto reverencial por los técnicos del cine y la televisión en España. Pero después de esto muchísimo más, de verdad. Es que es endemoniado [ríe]. Pero bueno, intentamos sacarlo adelante a base de mucho entusiasmo, y vamos aprendiendo sobre la marcha cosas. No hay que olvidar que es una serie que se está rodando con unos teléfonos móviles, un microfonito que insertas en el teléfono, un trípode, y nada más. Pero ahí estamos, en el prime time y pegándonos contra transatlánticos en las grandes cadenas privadas.
Las audiencias no están siendo excesivamente buenas, pero es una idea exitosa que ya se ha vendido a Francia y México. ¿Sientes ese reconocimiento en España?
Para el coste que tiene para TVE, que es mínimo respecto a una serie convencional, le está dando un millón setecientos mil espectadores el día del estreno, picos de más de un millón y medio en el segundo capítulo... Me parece, y viendo además con quién competimos, que es un gran éxito. Yo me quedo con toda la gente que lo está viendo, y con toda la revolución que en este mundo de redes sociales que vivimos me llega de gente que la agradece, y que ha entendido que el primer propósito de esto es ayudar y aliviar. Provocar una sonrisa, distraer, entretener, aunque sea media hora, a toda la gente que como estamos todos está confinada y pasando un drama terrible. Hay que ser muy cerril, o estar a otras cosas, para no darse cuenta de que la risa es un mecanismo básico de supervivencia.
Antes de emitirse, partidos políticos criticaron a TVE por “reírse de la tragedia del coronavirus”. ¿Qué pensaste, es lo que hacéis?
Yo me llamo Carlos Bardem, así que estoy acostumbrado a este tipo de cosas. Entiendo que para mucha gente de la derecha más recalcitrante y cavernícola de este país, al ver en una misma línea “serie, Bardem y TVE” les debió explotar la cabeza, no hacía falta que vieran nada. Ya decidieron que era todo una porquería. No ya que TVE se reía de los muertos, sino que yo me río de los muertos. Bueno, Gorka [Otxoa] y yo. Cuando tanto Gorka, como yo, como los demás, somos actores que interpretamos un guión. Esta mezcla interesada entre el actor y el personaje... Yo soy Carlos Bardem, uno de los tantos actores y actrices que hay en esta serie, que por cierto son todos maravillosos y de hecho ese es otro de sus puntos, cómo se ha montado un cásting espectacular de la nada para hacer esto. Pero ya sabemos: “Un Bardem, subvencionado por el Gobierno”. A mí me atizaron mucho por decir, y lo creo, que es mucho más digno y mucho más humano intentar hacer humor que utilizar muertos para hacer política.
¿Cómo valoras esos ataques?
A veces confundimos mucho las redes sociales con el mundo real. Y no tienen nada que ver. Y menos el mundo real de la ultraderecha, y de la derecha afín a la ultraderecha, en este país, que como todos sabemos se alimenta de granjas de bots en Rusia. De replicantes de un mismo mensaje.
Es un clima que también se traslada a los medios de comunicación, con Vox atacando a TVE y Atresmedia por ejemplo. ¿Se busca ir contra la libertad de información?
Claro. Buscan el desastre para presentarse como salvadores. Buscan desestabilizar un gobierno salido de las urnas para no se sabe muy bien qué.
Los Bardem estuvisteis a puntito de hacer doblete en TVE, tu hermana Mónica se quedó a las puertas de 'MasterChef 8' en la gala inicial.
Yo ya lo sabía porque eso está grabado hace meses, mi hermana se presentó al cásting y la cogieron. Y prueba del control bolivariano que los Bardem tienen de la televisión pública, es que duró un programa la pobre. Luego hay que leer unas cosas por ahí... Insisto: yo me aíslo de estos ruidos, porque no es el mundo real y no hay que prestarles mucha atención.
Este jueves 23 de abril llega a Movistar 'Santuario'. ¿Por qué es recomendable ver este documental?
Santuario es una gran película documental que tiene un mensaje maravilloso. Ya ha estado en un montón de festivales, y ha recibido muchos reconocimientos internacionales, y lo que nos ha quedado muy claro a los que lo hicimos es que conmueve y emociona. Es un gran documental para ver con gente joven, con niños al lado, que transmite un mensaje maravilloso. Y además yo añadiría una cosa que es muy propia de estos momentos: cualquier buena película o buen libro son como naves o máquinas para viajar en el tiempo y a otros lugares. Y estando confinados como estamos, ver Santuario es irte durante 90 minutos a un viaje maravilloso a la Antártida, maravillosamente bien filmado a bordo de un rompehielos, y bajar al fondo del océano Antártico, y llegar a emocionarse.