Kiko Hernández fue señalado este lunes como “el nuevo Avilés” de Sálvame después de que muchos de sus compañeros pusieran en duda la última información que dio en el programa sobre la familia Campos. Según el colaborador, Gustavo, hombre de confianza de María Teresa, habría hecho a escondidas multitud de grabaciones a varios miembros del clan, algo que ni Terelu, ni Carmen Borrego, aseguran creerse.
Un día después, Kiko Hernández ha regresado al plató del programa de Telecinco dispuesto a demostrar que es verdad todo lo que ha contado. Allí se ha encontrado cara a cara con Carmen Borrego, con la que ha protagonizado un fuerte enfrentamiento que ha acabado con la andaluza perdiendo los nervios contra el programa.
De entrada, la hija de María Teresa se encontraba en una sala aparte, observando detenidamente todo lo que venía contando Kiko Hernández hasta que, en un momento dado, amagó con abandonar Mediaset. Fue entonces cuando Jorge Javier Vázquez, que regresó este martes -contestando a los rumores sobre su supuesto despido- de sus vacaciones de navidad, fue a por ella para intentar tranquilizarla.
“Si crees que es el momento de hacer esto, que Dios te lo pague”, le recriminó Borrego a Hernández recordándole el delicado estado de salud en el que se encuentra su madre, que tuvo que ser ingresada hace unos días en algo que, afortunadamente, se quedó en un susto.
Bronca en los pasillos de Mediaset
“No se puede ser tan cerdo y tan sucio...”, le replicó el tertuliano mientras la perseguía por los pasillos de Telecinco. Fue allí donde se desató la gran bronca entre ellos. Kiko Hernández se defendió, señalando a Terelu Campos por haber hablado 24 horas antes sobre todo este asunto ante las cámaras de Mediaset.
En ese momento, Jorge Javier y los dos colaboradores se metieron en la sala de espera de las instalaciones, anexa al plató, para hablar tranquilamente de todo lo sucedido. Allí, Borrego comenzó a llorar al ver en su teléfono una llamada de su hermana Terelu. “No quiero seguir participando de esto, haced lo que queráis, poned mil grabaciones poniendo verde a mi familia, a mi sobrina, haced lo que queráis, pero sin que yo participe. Yo no estoy bien en este momento. No lo estoy y no puedo más”, empezó diciendo.
Borrego se quejó de que siempre se fuese “contra la misma persona”: “Siempre el escándalo a mí. ¿Pero qué cojones he hecho yo, coño? No quiero seguir participando de esto. Yo no le digo nada al programa, ni a Kiko nada, seguid haciendo lo que queráis, lo único que pido es que no me hagáis participar en este momento de esto, por favor”, pedía desconsolada.
Borrego pierde los nervios contra el programa
“¡Aquí hay mucha gente que también es íntima amiga mía que, por lo visto, ha estado aquí y también se ha callado! Aquí las gilipollas siempre somos las Campos, ¿no?”, exclamó la tertuliana, en un dardo a otros rostros del programa. “¿Cómo está Terelu?”, se interesó el presentador justo antes de que Borrego terminase de explotar contra el espacio de corazón de Telecinco.
“Está como estamos todos y lo sabéis. ¿Vale? Y creo que ya vale, vale ya por favor. ¡Habéis empezado con mi hijo y hasta que no me enterréis no vais a parar, coño! ¡Hasta que no me enterréis no vais a parar! Me habéis jodido la relación con mi hijo, ahora lo de mi familia... ¿Qué coño es esto? Hostia ya”, exclamó mientras tiraba desesperada su teléfono móvil y sus gafas contra el suelo.
“¡Me cago en la hostia puta! Ya está bien, todo tiene un límite y el límite ha llegado hoy”, dijo a gritos la colaboradora mientras se quitaba el micrófono y abandonaba Mediaset.
Jorge Javier dejó que se marchase, siguiendo las órdenes de la dirección del programa. “Carmen se ha equivocado profundamente”, empezó valorando el catalán. “Yo creo que Carmen ha traspasado unos límites tremendo. Eso de que 'queréis que me enterréis', 'os habéis cargado la mi relación con mi hijo'... Esto es echarle la culpa al empredrado”, se justificó el presentador. “A mí lo que no se puede hacer es sacar a pasear en situaciones de crisis el comodín de Teresa Campos. A Teresa se la deja tranquilamente en su casa...”, sentenció.