Lupin ha vuelto a dar el golpe. Y esta vez, lo ha hecho por partida doble. El espíritu del icónico ladrón de guante blanco ha conquistado al público de Netflix liderando el top 10 de lo más visto de la plataforma, desbancando el reinado de Los Bridgerton, dándole al servicio en streaming un elegante toque francés. La versión contemporánea, con Omar Sy al frente, ha cautivado de tal forma, que los fans ya están ansiosos por saber qué pasará en la segunda parte de la ficción. Ahora bien, ¿qué sucedió en la primera parte que tanto ha enganchado a los espectadores?
[En adelante, esta noticia contiene spoilers]
Desde el primer episodio se deja constancia de que este Lupin no es el mítico personaje creado por Maurice Leblanc, sino un admirador que lo emula en el presente. Lo interesante es que la marca de Arsenio Lupin dejó huella a Assane Diop (Sy) de una forma trascendental, pues fue el primer libro que Leblanc escribió sobre el personaje, Arsenio Lupin, caballero ladrón, el último regalo que le dio su padre (Fargass Assandé) antes de suicidarse, tras haber sido acusado de un crimen que no cometió.
Es esa cuenta pendiente lo que marca toda la primera parte de Lupin. Inicialmente, Assane quiere saber por qué su progenitor robó el collar de la reina María Antonieta a la familia Pellegrini. Ahora que el clan lo ha recuperado y va a subastarlo en el Louvre, Assane decide arrebatárselo para buscar respuesta a las muchas incógnitas que hay tras el caso de su padre. Y es, al robarlo, cuando descubre una terrible verdad: no solo que su padre es inocente, sino que el collar nunca fue robado y fue un ardid de Hubert Pelligrini (Hervé Pierre) para cobrar el seguro y, así, evitar que su empresa acabe en bancarrota.
Ahora bien, la estafa es solo la punta del iceberg, pues a lo largo de los cinco episodios descubre, gracias a la periodista Fabienne Bériot (Anne Benoît), que no es que solo Pelligrini haya llevado al padre de Assane a prisión, es que se lucró con la venta de armas ilegal, llegando a vender un cargamento a un grupo de terroristas que atacaron la embajada de Francia en Malasia en 1996 y provocaron la muerte de multitud de inocentes.
Pelligrini es mucho más peligroso de lo que Lupin pensaba. Lo peor es que cuando Assane y Fabienne logran filtrar un vídeo comprometedor del empresario, éste compra a los medios de comunicación para hacer que parezca un montaje. El poder de Pelligrini, considerado el gran filántropo del país y toda una eminencia, es demasiado, hasta tal punto que Assane acaba pagando las consecuencias de querer hundir al hombre más poderoso de Francia.
La primera consecuencia es el asesinato de Fabienne y la segunda es la revelación de la identidad de Lupin. Assane cometió dos errores en su magistral golpe, el primero fue revelar quién era a la hija de Pelligrini, Juliette (Clotilde Hesme), quien demostró ser más leal a su progenitor de lo que se pensaba, y el segundo fue delatarse sin querer al comisario Dumont (Vincent Garanger), que se alió con Pelligrini para llevar a su padre a la cárcel con una confesión y una investigación falseadas.
Esos errores, Assane los pagará con lo más sagrado para él: su hijo Raoul (Etan Simon). A pesar de mostrar que los robos le quitan mucho tiempo, tanto que su relación con Claire (Ludivine Sagnier) termina en divorcio, en la serie, Lupin demuestra un amor inmenso a su vástago.
Tras organizar unas vacaciones al fuerte de Fréfossé, en Étretat, donde tienen lugar buena parte de las aventuras del personaje literario de Leblanc, Assane ve en el tren que un misterioso hombre, el mismo que asesinó a Fabienne y el mismo que estaba encarcelado en la prisión en la que el padre de Assane estaba, lo quiere matar.
Gracias a una argucia, Assane logra escapar y el misterioso hombre es detenido. Pero Lupin no contaba con que el adlátere de Pelligrini está protegido por la policía y este aprovecha un momento de distracción para secuestrar al hijo de Assane, cuando estos se encontraban en la playa.
Flecos pendientes para los próximos capítulos
Así termina la primera parte de Lupin. El ladrón de guante blanco tiene varios frentes abiertos. El primero es recuperar a su hijo vivo de las garras de Pelligrini. El segundo es limpiar el nombre de su padre y desenmascarar al filántropo. El tercero es evadir a la policía, pues, a pesar de lograr evitar que el capitán de la gendarmería, Laugier (Vincent Londez) haya logrado dar con él, sí lo ha hecho el agente Guédira (Soufiane Guerrab), quien ha seguido su propio instinto tras ser apartado del caso.
Queda la duda de si Guédira será un aliado en la segunda parte, pues su investigación ha sido paralela y no contaba con el apoyo del comisario Dumont, quien quiere evitar verse salpicado por el caso, debido a que se destaparía que es un corrupto. La segunda parte tiene muchas preguntas que responder, lo que ha provocado que el hype entre el público esté por las nubes.