El pasado 17 de abril, el sindicato de guionistas de Estados Unidos, Writers Guild of America (WGA), votó por amplia mayoría (98%) convocar una huelga para conseguir mejores condiciones laborales para sus representados. Más de 11.500 escritores que desde este martes han dejado de escribir las series y los programas más vistos de la televisión estadounidense, en lo que ya es la mayor huelga del sector desde la de 2007.
Aquella, histórica por ser la primera, tuvo un impacto mayúsculo en la industria. De hecho, provocó que numerosas series y programas acabaran sus temporadas antes de tiempo y otros proyectos se quedaran en tierra de nadie. Ahora los efectos amenazan con ser parecidos, empezando por los de los late nights, que han sido los primeros en cancelar sus emisiones debido a este parón.
Según informa Deadline, programas capitales como The Late Show with Stephen Colbert, Jimmy Kimmel Live y The Tonight Show Starring Jimmy Fallon han sido los primeros en acordar el cese de sus emisiones a partir de este martes. Otros, como Late Night with Seth Meyers y The Daily Show también se verán afectados, mientras que formatos semanales como Real Time with Bill Maher, Last Week Tonigh with John Oliver y el mítico Saturday Night Live tomarán una decisión a lo largo de la semana.
Varios de estos programas serán sustituidos por reposiciones, y sus listas de invitados, canceladas. Sin embargo, algunos de los afectados, como Seth Meyers, han apoyado públicamente la huelga. “Nadie tiene derecho a un trabajo en el mundo del espectáculo, pero las personas que lo tienen tienen derecho a una compensación justa. Tienen derecho a ganarse la vida. Creo que es una demanda muy razonable que está siendo establecida por el gremio. Apoyo esas demandas”.
Piden mejores salarios y cobertura, y regulación de la IA
Esas demandas se resumen, a grandes rasgos, en una mejora en los salarios de los guionistas de cine, series y programas de humor y variedades, que se han visto devaluados en los últimos años. Esta petición fue trasladada durante la negociación para sellar un nuevo convenio con la Alianza de Productores de Cine y TV (Alliance of Motion Picture and Television Producers), ya que el que estaba vigente expiraba justo el 1 de mayo. Pero al no haber llegado a un acuerdo antes de esa fecha, la huelga se ha puesto finalmente en marcha.
El sindicato de guionistas también reclama, en materia económica, que se estandaricen las remuneraciones y pagos remanentes para guionistas de películas, independientemente de si se estrenan en salas o en streaming; asegurar salarios apropiados para guionistas de series durante todo el proceso de preproducción, rodaje y postproducción; aumentar los periodos de protección para todos los guionistas de televisión; y restringir el uso de fragmentos guionizados sin remuneración a sus autores.
También se exige fortalecer la regularización sobre el material producido por Inteligencia Artificial, los contratos de exclusividad en televisión, controlar y aumentar la vigilancia en situaciones de discriminación y acoso y procurar sueldos equitativos; y, en materia de salud, aumentar las contribuciones a los seguros médicos y planes de pensiones.
Los productores se enrocan
Por de pronto, la respuesta de la AMPTP ha sido esperable, al considerar que la autorización de la huelga “siempre ha sido parte del plan de la WGA”, pues así lo anunciaron en las primeras reuniones. “Nuestro objetivo es, y seguirá siendo, alcanzar un acuerdo justo y razonable”, indican. Algo que sólo conseguirán, a su juicio, cuando el sindicato “se comprometa a enfocarse en ”buscar compromisos razonables“.
La anterior huelga de guionistas, en noviembre de 2007
La última huelga de guionistas de Hollywood data de noviembre de 2007, cuando los guionistas de televisión estadounidenses decidieron parar durante más de tres meses, hasta febrero de 2008, obligando a la industria a echar el cierre.
En aquel momento había tres puntos primordiales como fuente del conflicto: la compensación a los guionistas por las ventas de series en formato doméstico, así como la gestión de derechos y remanentes en el streaming; y el reconocimiento de los guionistas de reality shows de las mismas condiciones que el resto, pues hasta entonces no entraban dentro de las competencias de la WGA. Todo ello afectó en televisión a una larga lista de series, que vieron reducido su número de episodios de manera notoria.