Análisis

'Las cosas claras' de Cintora dicen adiós

Jesús Cintora al frente de 'Las cosas claras'

Lorenzo Ayuso

21 de julio de 2021 20:08 h

Jesús Cintora tiene Las cosas claras por última vez este jueves 22 de julio. El magacín de actualidad que conduce el periodista al mediodía en TVE se clausura, habiéndose convertido en el eje principal de atención de la cadena pública durante la última temporada. No ha sido tanto por sus datos de audiencia, aceptables sin resultar llamativos, no por el planteamiento en sí de sus contenidos, sino por su condición de programa señalado, para bien y para mal, desde su misma puesta en marcha.

Porque, si bien durante las últimas semanas de emisión el formato ha gozado del apoyo rotundo desde segmentos destacados de los principales partidos progresistas, que no han dudado en tachar el cese de emisiones como una decisión de corte ideológico y un “despido político” en el caso particular del periodista, la andadura del espacio y su problemático encaje en la programación ha sido más compleja.

El conflicto interno, vigente desde el comienzo

Para entenderlo conviene remontarse a los orígenes del espacio. Unos orígenes que están bastante más cerca de lo que podemos pensar habida cuenta de la atención que ha concentrado. Las cosas claras se estrenó el lunes 16 de noviembre, esto es, cuando la temporada televisiva 2020/2021 ya llevaba iniciada algo más de dos meses. Lo hacía como revulsivo para una franja que había estado ocupada durante los meses previos por formatos de corte gastronómico y culinario como Cocina al punto con Peña y Tamara y Como Sapiens con Miguel Ángel Muñoz.

Para cuando llegaba a la parrilla, en la fecha citada, se había provocado un importante malestar a nivel interno por lo que suponía para la plantilla de profesionales de la casa, y que derivaba de las tensiones más que evidentes con Enric Hernández, designado director de Información y Actualidad por Rosa María Mateo siendo esta aún administradora provisional única.

Las cosas claras debutaba dos meses después de que lo hiciera el nuevo matinal, La hora de La 1, que había aglutinado los contenidos previos del canal (Los Desayunos, dedicado a política; y La mañana de La 1, centrado en actualidad), y que ya estaba parcialmente producido de forma externa. El nuevo formato tenía una estructura similar, con su producción parcialmente externalizada a LaCoproductora, algo que generaba un conflicto sobre el tipo de contenido: de acuerdo al artículo 7.5. de la ley de radio y televisión de titularidad estatal, la producción de contenidos informativos debe realizarse con medios y personal de la corporación.

Esto derivó, por un lado, en el anuncio, por parte de la mayoría sindical del Comité Intercentros de denunciar a la cadena pública por el posible incumplimiento y vulneración de la normativa, al considerar que este era un espacio informativo y no de entretenimiento; por otro, se produjo la renuncia de Isabel Cacho como directora de magacines de TVE, por desavenencias que bebían de este motivo de fondo. Hay que dejar claro que los periodistas de RTVE recalcaban que su protesta no se dirigía a Jesús Cintora, a quien se valoraba positivamente, sino por la cuestión puramente logística de fondo.

En su momento, Rosa María Mateo fue tajante al defender la regularidad del programa en sus comparecencias parlamentarias: “Las cosas claras es un magacín de actualidad informativa, no un programa informativo”, recalcó en diversas ocasiones, algo que molestó aún más a los periodistas del canal, especialmente al afirmar la responsable de la radiotelevisión que la producción externaba aporta cosas que “no están disponibles en la casa”.

Mejoría de audiencia insuficiente que se intensifica en julio

Así, el lunes 16 de noviembre, el del lanzamiento del programa, fue un “lunes negro” con el que parte de la plantilla se quejó de la puesta en marcha. Un lunes, por otro lado, que contó como “padrino” particular con Fernando Simón. Se trataba de un contenido potente para el inicio, puesto que por aquel entonces el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad no acostumbraba a conceder entrevistas a espacios de actualidad (si bien algunas semanas antes había protagonizado una mediática entrega de Planeta Calleja).

Fernando Simón responde a Cintora sobre la petición de cese: "No se crean que este puesto es un regalo" 360

El tono de aquel primer programa ya marcaba las bases de lo que sería en adelante la propuesta, con un tono más cercano al tipo de tertulia popularizada por Al rojo vivo en lo que a la gestión del ritmo y materiales se refiere, pero con un tono indudablemente más sosegado, algo que se evidenciaba en un plató luminoso y dominado por los tonos claros. Los resultados se probaron positivos desde el primer momento, con el programa rozando el 8% de cuota (contando la media de sus dos bloques, separados por la desconexión regional de La 1: uno de 13:00 a 13:55 horas y un segundo de 14:20 a 15:00 horas) durante su primer mes en parrilla.

La mejora era evidente si se comparaba con las cifras de en torno al 6% que anotaban las dos propuestas previas. Por ello, no extraña que TVE decidiera renovar el programa a los dos meses de comenzar su emisión, prolongándolo hasta el 30 de junio, y aumentar su duración media hora extra, que se le restaba a La hora de La 1.

Si por algo ha destacado Las cosas claras ha sido por el mantenimiento de su audiencia, en contrapartida con el cómputo general de La 1, en su peor curso histórico después de haber registrado has tres mínimos históricos durante los últimos meses: del 8,6% de febrero, al 8.3% de abril, el 8.2% de mayo y el 8% del cómputo de junio. Ahora bien, aún así el formato no ha podido superar los números de la cadena en su cómputo global, concluyendo su trayectoria con un 7.3% de media. Tampoco ha sido suficiente para disputarle el liderazgo a Al rojo vivo, el principal rival a batir, acostumbrado a moverse en cifras de en torno al 12% durante el curso.

La situación sí experimenta un cambio si nos fijamos en el último mes, en el que Cintora sí ha logrado aproximarse a la competencia en laSexta, con Ferreras ya de vacaciones y reemplazado por María Llapart. Esto es algo en lo que sin duda ha repercutido lo publicitado de su inminente final. Si comparamos los datos de las emisiones de lo que va de julio, se aprecia una estrechez de la distancia que separa a una oferta y otra (cabe indicar que no se incluyen en este gráfico los números del Previo de Al rojo vivo, que abarca desde las 11:00 a las 12:30 horas). Si bien la tertulia de la privada sigue posicionando por delante y sin bajarse de los dobles dígitos, la de Cintora experimenta una mejora evidente. El mejor dato de Las cosas claras se encuentra el viernes 9 de julio, con un 10.4% y 8.4%.

Un final, el del infoentretenimiento, anunciado desde abril

La desaparición del programa se empezó a vaticinar en abril, con la primera comparecencia en la Comisión Mixta de Control Parlamentario de la Corporación del nuevo presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, elegido tras el acuerdo político para renovar el Consejo de Administración entre PP, PSOE, PNV y Unidas Podemos. En esta intervención anunció de forma cristalina que TVE no daría cabida a más programas de infoentretenimiento, con lo que ya se parecía aludir a la desaparición del formato. Como habíamos precisado antes, no era el único formato que se ajustaba a esos parámetros planteados previamente por Rosa María Mateo y que combinan, al menos en la teoría, un formato adaptado al entretenimiento con el despiece analítico de la actualidad. Sin embargo, el de Cintora ya había estado en la picota desde el comienzo por el perjuicio que desde la plantilla se había señalado.

Como ya hemos comentado, Las cosas claras tenía asegurada su vigencia en pantalla hasta junio, por lo que estaba por ver si obtenía una prórroga o no. Durante su segunda comparecencia parlamentaria, Tornero expuso la idea que mejor se ajustaba a las decisiones de programación: mantener el programa hasta el 23 de julio, fecha de inicio de los Juegos Olímpicos de Tokyo, que centrarán la programación de la cadena pública, y, una vez terminada la competición polideportiva, “cambiar el formato”.

Desde el Partido Popular no habían escondido su disconformidad con el programa (disconformidad extendida a otros espacios como La hora de La 1, cabe añadir) y también de su presentador, y lo habían utilizado como el estandarte de la criticada gestión de Rosa María Mateo como administradora y de Enric Hernández (que pasará a ser nuevo responsable de RTVE Noticias, dentro del nuevo organigrama de la información en la empresa) como responsable de ese concepto del infoentretenimiento, y aplaudieron cuando Tornero advirtió de su pronta desaparición.

Con la negativa de los conservadores a mantenerlo en antena, y la apuesta positiva de los consejeros nombrados por UP, la prórroga pasaba por la decisión que tomasen los cuatro consejeros designados a propuesta de los socialistas, entre ellos el propio Tornero. Estos se unieron al voto positivo y permitieron que el espacio prorrogase su contrato por 16 entregas adicionales hasta alcanzar así el 22 de julio.

Las reacciones políticas al desenlace esperable

Desde entonces, han sido numerosos los rumores, aún sin confirmar por parte de Televisión Española, de posibles sucesores en la franja matinal, donde ya se avecinan más cambios: no hay que olvidar que Mónica López ha quedado relevada como presentadora de La hora de La 1. Marc Sala pasará a ser uno de los dos presentadores con los que contará el formato a partir de septiembre, con el inicio del nuevo curso, cuando conoceremos también a la nueva apuesta que lo acompañará en la rejilla de programación. Las primeras informaciones apuntan a Ion Aramendi como posible encargado de liderar este proyecto, según Yotele.

También han sido habituales los comentarios que políticos como Joan Baldoví o Pablo Echenique han manifestado en favor de Cintora. Sin duda, el más reiterado ha sido el del diputado de Compromis, que elogiaba la existencia de “un programa donde se hace periodismo inmediato, guerrero y de calle”. “Creo que es un error que este programa desaparezca de la parrilla”, afirmaba rotundo en una de sus más recientes intervenciones en el programa, estando todas ellas marcadas por el mismo tono elogioso. El formato no dudó entonces en destacar en sus redes sociales estos aplausos, hay que decir.

Mientras tanto, desde Unidas Podemos no se ha dudado en catalogar el cese de Las cosas claras como una decisión política contra Cintora. De hecho, han apoyado la petición por parte de ERC de una comparecencia en el Congreso de Tornero para rendir cuentas por la decisión. La sección sindical de Comisiones Obreras en RTVE también ha sido muy crítica con el inminente adiós, que también tachan como “despido político”. “La última vez que el PP consiguió la purga política de Jesús Cintora por hablar de su corrupción cuando era líder de su franja horaria fue en una TV privada. Hoy PP y VOX pueden conseguir lo mismo, pero esta vez en la TV pública pagada por ti y con cómplices ”progresistas“”, escribía Pablo Echenique, portavoz del grupo parlamentario de UP-ECP-GEC, aludiendo a la salida años atrás del periodista de Las mañanas de Cuatro.

Ione Belarra, líder del partido morado y actual ministra de Derechos Sociales, ha sido la última en aprovechar su intervención en directo, este mismo miércoles 21 de julio, para aplaudir a Cintora y reiterar el sustento ideológico como posible base de la desaparición del formato. Lo ha hecho estableciendo comparativas incluso con la actual situación de Telemadrid, en la que el nuevo administrador provisional impuesto por Isabel Díaz Ayuso, José Antonio Sánchez (de infausto recuerdo en RTVE) fulminó a la cúpula completa de los últimos cuatro años en el ente autonómico a los dos días de acceder al cargo.

Así, Las cosas claras acaba no sin antes apuntar a nuevas réplicas a escala institucional, para culminar una etapa de ocho meses en la que el formato ha sorteado polémicas de todo calado y envites hasta alcanzar este jueves 22. Mientras, Cintora ha permanecido en un perfil relativamente bajo, sin pronunciarse salvo leves consideraciones sobre la dificultad de continuar en su puesto sabiendo que contaba con fecha de caducidad: “Igual con uno no se tiene tanto respeto, pero este equipo intenta ser respetuoso hasta el final”, dijo el periodista, todavía en TVE.

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