Crímenes mediáticos: ¿Por qué la TV se interesa por unos sucesos y por otros no?
En el Spoiler Fest asistimos a uno de los talleres organizados por Calle 13 y dedicado a las series policíacas, que de un tiempo a esta parte han proliferado en televisión.
La charla contó con dos ponentes expertos en la materia: la Inspectora de Policía Nacional Silvia Barrera - Jefa de sección técnico de la Unidad de Investigación Tecnológica- y el periodista e investigador Manuel Marlasca - Jefe de investigación de laSexta-.
Tras el coloquio, en la que se visionaron escenas de thrillers, hablamos con Marlasca de la razón por la que algunos casos se convierten en mediáticos y otros no. ¿Por qué la desaparición de Madeleine McCann eclipsó a la de Yéremi Vargas en TV? o ¿por qué mientras se hablaba de Marta del Castillo en 2009, también desaparecía una prostituta en Galicia de la que nadie habló?
Estas son las respuestas que da el Jefe de Sucesos de la cadena de Atresmedia:
¿Por qué la televisión se vuelca con unos casos y olvida otros?
Marlasca reconocía que la televisión suele dar más cabida a unos casos que a otros “por razones comerciales y desgraciadamente hay desapariciones que dan mejores resultados de audiencia que otras”.
Según el experto, los buenos resultados televisivos suelen coincidir con que sean “chicas jóvenes y no chicos los desaparecidos. Y si tienen, como Diana Quer, un componente de familia conflictiva y bien relacionada, ese efecto atrayente para la audiencia se multiplica”.
Marlasca, por su parte, señala que “por suerte” desde su espacio 'Tras la pista. Afortunadamente la dirección de esta casa se fía de mi y hemos podido tratar todos los casos por igual: la de Diana Quer al mismo nivel que la de un señor mayor que ha desaparecido, o un excursionista en Brasil, por ejemplo“.
¿Qué consecuencias policiales tiene un caso mediático?
Cuando un caso salta a los medios como la pólvora “la policía trabaja peor”, explica Marlasca. “Trabaja bajo los focos permanentemente y ellos siempre se mueven mejor en la sombra”.
Los medios, además de filtrar información suponen “mucha más presión”. Y pone un ejemplo: “Seguramente, en casos tan seguidos como el de Diana Quer, ahora que ha bajado la intensidad estarán trabajando mucho mejor”.
Y no solo está más incómoda la policía en estos casos, “la investigación siempre está supeditada por un juez y un fiscal que tampoco trabajan a gusto si tienen a toda la prensa detrás”.
Alcácer supuso un punto de inflexión en los sucesos televisivos
Hablando de desapariciones mediáticas, Marlasca tiene muy presente el viernes 13 de noviembre de 1992: cuando desaparecieron las niñas de Alcácer.
“Recuerdo perfectamente esos días en los que el pueblo era un plató de televisión y se empezaron a dar prácticas terribles como productores con fajos de dinero que los daban a testigos que aportaran algo”, detalla el periodista.
Un caso que supuso un punto de inflexión en el tratamiento televisivo de los sucesos: “El caso Alcácer lo que propició fue la confusión entre la información y el espectáculo que se ha heredado hasta ahora”, sentencia el periodista.
“En este caso”, añade, “se criminalizó en especial a Nieves Herrero pero creo que ahí todo el mundo jugó mal”.
Marlasca señala Alcácer como el punto de partida de estas nuevas prácticas: “En casos posteriores, como el Caso Arny ocurrió lo mismo: se iba con billetes buscando a chavales que se hubiesen prostituído allí. Era algo escandaloso porque quizá por dinero no decían la verdad completa”.
La moda de los True Crime: ¿información o entretenimiento?
True CrimeEn los últimos años las series documentales, los true crime o los crímenes ficcionados han multiplicado el interés de los espectadores.
Preguntado por su contenido, Marlasca es partidario de tales producciones “siempre y cuando no agarren una bandera. Está bien que reflejen fielmente los hechos tal y como ocurrieron pero si te posicionas ya no me parece correcto”.
Según él, Making a Murderer de Netflix es “fascinante y es el ejemplo”. En cuanto a la apuesta de Antena 3 por 'Lo que la verdad esconde' señala que “el caso Asunta técnicamente me gusta pero creo que defiende una teoría. Hay un esfuerzo de empatizar demasiado con los padres de la niña”.
Mientras, Muerte en León (Movistar+) es el que ve menos acertado: “Lo llevan al extremo, apuntando a que la verdadera autoría” del crimen “está en otro sitio”.
