“No me crie en el hogar ideal, así que cuando las cosas se ponían feas, encendía la tele y fingía que iban bien. Supongo que por eso mi mente hizo lo que hizo” contaba Earl Hickey, el protagonista de Me llamo Earl, en No moriré con un poco de ayuda de mis amigos: Parte 1, episodio de la tercera temporada de la serie donde el personaje interpretado por Jason Lee se quedaba en coma tras ser atropellado por un coche. Mientras Earl se debatía entre la vida y la muerte, su mente creaba una realidad alternativa en la que la vida del protagonista era como una sitcom de los años 50-60. Un mundo de ensueño con el que dejaba atrás su desagradable existencia para disfrutar, aunque solo fuera dentro de su imaginación, de aquello que tanto deseaba: vivir feliz y tranquilo en un idílico vecindario donde los problemas se resolvían “en media hora”.
Bruja Escarlata y VisiónBruja EscarlataVisión, los personajes que dan nombre a la primera serie del Universo Cinematográfico Marvel para Disney+ y a la primera producción vinculada al MCU en más de un año –la última fue Spider-Man: Lejos de casa, en el verano de 2019-, también son dos seres marcados por la desdicha que alcanzan la ansiada felicidad gracias a protagonizar su propia sitcom de los años 50-60. Cómo y por qué han llegado a semejante situación –sobre todo Visión tras los hechos ocurridos en Vengadores: Infinity War- es el gran misterio que rodea a esta nueva y refrescante propuesta de La Casa de la Ideas, pero de primeras resulta llamativo que se pueda establecer una conexión directa entre ésta y una ficción tan distinta en forma y contenido como es Me llamo Earl.
Si esto es posible es por el respeto y la veneración que una parte de la industria hollywoodiense siente por la televisión que sus predecesores concibieron décadas atrás. Las dos series mencionadas son, de hecho, buenos ejemplos de lo presente que siguen estando las comedias clásicas de situación en el imaginario popular estadounidense y lo natural que resulta asociarlas con ese “lugar feliz” de la clase media norteamericana donde los preocupaciones del día a día se reducen a cuestiones como ganarte la simpatía del jefe, hacer una copiosa cena para los invitados de esta noche o acordarte del aniversario de tu esposa.
'Bruja Escarlata y Visión', una 'rara avis' dentro de Marvel
Tanto venera un sector de la industria estadounidense las sitcom de antaño que Marvel Studios no ha dudado en inspirarse en ellas para su debut en Disney+. Que finalmente haya sido Bruja Escarlata y Visión, una serie que tanto reivindica el medio televisivo en su forma y su contenido, la encargada de inaugurar esta nueva fase del Universo Cinematográfico Marvel en detrimento de The Falcon and The Winter Soldier –retrasada hasta marzo por culpa de la pandemia tiene algo de poético por esto mismo, por el respeto que sienten sus responsables -desde el jefe de todo en Marvel Studios, Kevin Feige, hasta la showrunner, Jac Schaeffer, y el director, Matt Shakman- por la pequeña pantalla, muy presente en cada uno de los tres primeros esta producción.
Es más, Bruja Escarlata y Visión es un ejemplo magnífico del objetivo que se han marcado en la compañía: utilizar la televisión y el formato serializado para desarrollar esas historias que el cine no les permite contar. Y con esto queremos decir que, efectivamente, WandaVision -su título original- es una rara avis dentro de la Marvel audiovisual. Una producción marvelita como ninguna otra de las que habíamos visto hasta ahora, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.
La parte positiva es que, después de 23 películas construidas bajo un patrón más o menos similar, la serie protagonizada por Elizabeth Olsen y Paul Bettany es un soplo de aire fresco que deja a un lado el tono superheroico para homenajear en su arranque a hitos de la cultura televisiva estadounidense como Embrujada, The Dick Van Dyke Show, La Tribu de los Brady o I love Lucy –a cuyo rodaje va a dedicar Aaron Sorkin su próxima película, en otro ejemplo más del arraigo que venimos apuntando-. Todo ello como una mera excusa para mostrar lo que nunca han podido ser Wanda Maximoff y el sintezoide creado por Ultrón desde que los viéramos por primera vez en la escena post-créditos de Capitán América: El soldado de Invierno y en Vengadores: La era de Ultrón, respectivamente: una pareja que vive feliz y tranquila sin la necesidad de tener que salvar al mundo de un poderoso villano.
De hecho, los principales problemas a los que se enfrenta nuestro dúo protagonista en los primeros compases de la serie son tener que adaptarse a un mundo que no está preparado para ellos y esconder sus capacidades sobrehumanas de la vista de sus vecinos. Un doble objetivo que Bruja Escarlata y Visión narra con un humor ligerísimo, inocente y tontorrón propio de la época que homenajea. Y aunque esto puede chocar de inicio con el espectador del siglo XXI, la desbordante química que existe entre Olsen y Bettany, así como lo adorables e inteligentemente sobreactuados que están ambos, hacen de ésta una propuesta de lo más disfrutable con la que Marvel honra a ese “lugar feliz” de las sitcoms de antaño a base de toneladas de encanto.
Un misterio “Marvel” que promete dar mucho juego
Pero, claro, no es encanto ni personajes adorables lo que uno espera encontrar cuando se pone a ver un producto relacionado con el Universo Cinematográfico Marvel. Ni tampoco que la mayor preocupación de Wanda y Visión sea ocultar sus poderes a la vecina de al lado cuando hace apenas tres años estaban luchando codo con codo contra el mismísimo Thanos. Acabar desconcertando al marvelita cinematográfico es, por tanto, el mayor riesgo que corre Marvel al lanzar tan particular propuesta.
Otra cosa es al lector de los cómics, más familiarizado con los intentos de ambos personajes por construir una vida mundana y cotidiana. Algo que ya se nos ha contado en títulos que Bruja Escarlata y Visión no adapta directamente, pero sí toma como referencia, como es el caso, entre otros, del magnífico y multipremiado La Visión de Tom King y el español Gabriel Hernández Walta (2016) o, en menor medida, el también aplaudido Dinastía de M de Brian Michael Bendis y Olivier Coipel (2005). Obras donde el sintezoide, en el caso de la primera, y la hermana de Mercurio, en el de la segunda, luchaban por que su día a día fuese los más parecido posible al de un ser humano normal y corriente.
Por mucho que los tráileres y las imágenes promocionales sean un buen resumen de lo que es, grosso modo, el inicio de Bruja Escarlata y Visión, parece inevitable que más de un aficionado a las películas de Los Vengadores vaya a preguntarse qué leches está viendo y qué tiene esto que ver con lo visto hasta ahora en la gran pantalla. Pero Marvel Studios, en su enésimo alarde de inteligencia, encara esta consciente problemática colocando estratégicamente un conjunto de breves pero inquietantes escenas y guiños al MCU para sembrar el gran misterio que rodea la serie, lograr que el interés en éste vaya in crescendo con el paso de los capítulos gracias a una eficiente explotación del formato serializado y conseguir, con ambas cosas, que el espectador no entienda Bruja Escarlata y Visión como un homenaje a las sitcom de los años 50 en adelante, sino como algo mucho más grande que promete conducir al Universo Cinematográfico Marvel a una nueva dimensión.
Para saber a cuál habrá que esperar a próximos capítulos, pero dos cosas parecen claras después de haber visto los tres primeros de Bruja Escarlata y Visión: que Marvel Studios, ya sea en cine o en televisión, siempre sabe muy bien lo que hace, y que la idílica vida de Wanda y Visión, como la de Earl, no parece que vaya a durar para siempre.
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* Los dos primeros capítulos de 'Bruja Escarlata y Visión' ya están disponibles en Disney+. Cada viernes, un nuevo episodio.