Cuentos Chinos llegó a Telecinco este lunes, 11 de septiembre, con dos retos: el primero es el de competir contra El Hormiguero en una franja en la que pocos han podido arrebatarle el liderazgo. Y el segundo, el de comprobar si el reinado de Jorge Javier Vázquez continúa o ha llegado a su fin.
Para enfrentarse al programa de Antena 3, el estreno acertó en arrancar minutos antes que este, yendo al grano con el mayor atractivo para la audiencia: hablar de la ausencia televisiva del presentador. Lo hizo junto a una Susi Caramelo que puso humor, a un relato amargo. A la que siguió Anabel Alonso que se suma a la lista de colaboradoras que no dejan indiferente al público (algo que siempre es positivo en pantalla).
El espacio también acertó al continuar con el tono Sálvame con la sección de Germán González. Y es que, ese toque es diferenciador para Mediaset frente a cualquier competidor y reconocible para la audiencia que se siente huérfana de ese universo.
Pero el estreno flojeó con la entrevista a dos cantantes poco interesantes para la audiencia, una Celia Villalobos que poco aportó y una actuación que dejó “en lo bajo” un estreno que debería haber acabado por todo lo alto.
Lo que se juega Jorge Javier Vázquez, el protagonista real
Casi cuatro meses después de coger la baja médica, posiblemente el mayor espacio temporal que la audiencia de Telecinco ha estado sin ver a Jorge Javier Vázquez desde que se convirtió en la estrella de la cadena, regresaba a la pantalla sabiendo que su regreso era el mayor atractivo de Cuentos chinos.
Con la cancelación de Sálvame, del Deluxe y el final de Supervivientes, parecía que el futuro del presentador estaba en el aire. Que podría haber acabado la era del rey Midas del entretenimiento. Hasta que Mediaset anunció que su nuevo encargo sería uno de los más difíciles de la parrilla: plantarle cara a El Hormiguero, el imbatible espacio del access prime time.
Pero la realidad es que este nuevo reto (o regalo envenenado) es más que ese enfrentamiento, es más que una franja televisiva y más que dos espacios competidores: esto va de él, de Jorge Javier Vázquez. De comprobar si sigue siendo el rey Midas de la televisión o confirmar que esa Era ha llegado a su fin.
Siendo consciente de eso, el presentador arrancó el programa con un all in, haciendo lo que mejor sabe: reírse de él mismo “disfrazado” de dictador, lanzar dardos para los buenos entendedores (a Pablo Motos, a Ana Rosa Quintana, a la nueva cúpula...) y sincerarse con su público. Con una entrevista a él mismo (que es quien importaba hoy), en la que confesaba cómo le habían intentado hundir y cómo ha salido a flote.
Eso sí, la entrevista se quedó corta (o quizá la deja para otro momento). Lo que está claro es que es consciente de sus fortalezas y las usó. Ahora el resto está en manos de la audiencia.