El “maratón exprés” de debates electorales en televisión se ha solventado en poco más de 24 horas. Tras generar mucha polémica y finalmente resolverse con dos 'Debates a 4' consecutivos este lunes 23 y martes 24, los candidatos de los cuatro principales partidos nacionales ha discutido con las cámaras de TVE y de Atresmedia como testigo.
Los resultados de audiencia han sido, y cabe poca duda, excelentes. El primero reunió más de 8,8 millones de espectadores y un 43.8% de cuota total entre las 11 cadenas que lo retransmitieron, con el “premio gordo” para la organizadora TVE con más de 7.2 millones y un 35.8% de share en La 1. El segundo ha ido incluso más allá, con 9.4 millones y un 48.8% entre Antena 3 (27.2% y 5.283.000) y laSexta (21.6% y 4.194.000).
Sin embargo, al ponerlos en perspectiva y compararlos con el resto de debates electorales televisivos hasta la fecha, los datos parecen quedar un poco deslucidos. El organizado por TVE (y emitido por 11 cadenas) queda en décima posición, mientras que el de Atresmedia ocupa el octavo lugar.
Ambos son superados por los de 1993 entre González y Aznar, los de 2008 entre Zapatero y Rajoy, el de 2011 entre Rubalcaba y Rajoy, el de 2015 entre Rajoy y Sánchez y el de 2016 entre los mismos cuatro candidatos. ¿Pero por qué?
Factores que influyen en esta “bajada” del interés
Lo cierto es que es muy complicado, por no decir imposible, determinar las causas exactas de por qué una emisión tiene o no tiene audiencia. Incluso en eventos de este tipo, muy ocasionales e importantes como los debates electorales, asegurar rotundamente los motivos es en realidad un acto de profetización.
Por ello, en lugar de convertir un análisis en un ejercicio subjetivo de opinión, sí que pueden destacarse algunos factores que a simple vista han podido influir en el menor interés que el debate entre los candidatos ha tenido antes del señalado 28-A de este domingo. Como estos tres:
- La fragmentación: Siempre aparece en cualquier análisis comparativo de carácter “histórico” en televisión, y es que realmente es la principal razón de por qué los grandes eventos no logran en la actualidad las audiencias de antes. A más oferta tanto de cadenas como de plataformas de pago, más posibilidades para el espectador. Y a más posibilidades de ver, menos concentración de público. Reunir a más de 10 millones de espectadores en una emisión lineal es actualmente casi una quimera. En 2018 sólo lo lograron 5 emisiones (los partidos de España en el Mundial de Rusia), en 2017 una única emisión alcanzó esa cifra (la prórroga del Real Madrid-Bayern en la Champions), y en 2016 sólo cinco emisiones de fútbol en Antena 3 y Telecinco lo consiguieron. Sin embargo, hasta cinco debates rebasaron ese listón entre 2008 y 2016.
- El número de cadenas que lo emiten: Sumar esfuerzos ayuda, aunque no es un punto clave. De los siete debates más vistos, cinco fueron emitidos por 20, 17, 22, 17 y 12 cadenas respectivamente. Todos ellos en los últimos 11 años. En ese top-7 aparecen dos debates emitidos en solitario, por Telecinco y Antena 3 en 1993... justo el año de nacimiento de las privadas, cuando la fragmentación no afectaba a los resultados.Como decimos, tener más ventanas ayuda pero no es lo primordial. Esta misma semana hemos visto que sumar 11 cadenas (como ha hecho TVE con otras de menos afluencia como el Canal 24H, IB3, Castilla-La Mancha Media, Canal Extremadura, Trece, Telemadrid, Canal Sur, Aragón TV y TPA 2) puede rendir menos que juntar dos como Antena 3 y laSexta. La unión hace la fuerza, pero si los que se unen ya son fuertes.
- Contexto histórico y político: No podemos saber si al menos uno de estos dos debates habría tenido más audiencia de haber contado con Vox, como era la intención inicial de Atresmedia que no permitió la Junta Electoral Central. Habría supuesto un factor histórico (sin entrar en positivo o negativo) que podría haber animado a más público. Pero sólo es una suposición.Eso sí, acudiendo a los antecedentes ya comprobados, apunta a ello. El contexto político e histórico influye, y por eso el debate del 2008 entre Zapatero y Rajoy es el más visto de la historia, porque era el primero que se celebraba en 15 años. Lo mismo ocurrió en 2011 con Rubalcaba y Rajoy (cuando cambió el Gobierno del PSOE al PP), y en 2016 cuando por primera vez aparecieron en escena Ciudadanos y Podemos. Precisamente esos tres ejemplos son, junto al de 1993 que no entendía de fragmentación, los cuatro primeros puestos del ránking histórico.
A estos tres factores podrían añadirse otros motivos de carácter más inmaterial y subjetivo. Por ejemplo, la aparente mayor “calidez” que aportaba este martes el debate de Atresmedia en comparación con el de TVE. La escenografía, el formato escogido, los moderadores, incluso el propio carácter de los candidatos son, por supuesto, factores. Pero ninguno de ellos es cuantificable o medible de forma exacta, y depende más de la opinión y el gusto personal.