El Súper pedía a Antonio que se despidiera de sus compañeros porque debía abandonar la casa.
“¡Oh no, qué mierda!” exclamaba Aly al escuchar la noticia. Él decía 'adiós' y la americana le acompañaba al confesionario para compartir su último momento a solas.
Allí, se abrazaban y se besaban, mientras se alejaba ella exclamando, “mi brasileño”, y volvía con sus compañeros apenada, diciendo: “Vuelve la normalidad”.