Si en el estreno de La casa fuerte ya notamos la falta de experiencia de Nuria Marín como conductora de las pruebas de un reality, ha tenido que sacar el carácter por la rebelión de los concursantes.
Tanto el mecanismo del juego de los “pobres” como el de los que viven en el lujo provocó el desconcierto e indignación de los participantes que pidieron a la presentadora mejorar la organización y explicaciones de todos los detalles.
Los primeros se envolvieron por flotadores con los que debían correr hasta ganar a la pareja rival. Tanto Labrador-Macarena y Oriana-Iván se quejaron por no tener claros los límites del juego y Marín les pidió que se esforzaran porque era algo pensado para divertirse.
Pero peor aún fue cuando Maite-Cristian se enfrentaron a Ferre-Cristina, envueltos en un edredón y atados por los pies. Cuando debían salir corriendo, Maite se cayó y su hijo la arrastró por el césped para ganar. Hasta en dos ocasiones. Y le mujer se quejó del dolor en la rodilla.
Al ver la situación, Cristian se quejó a la organización por no pensar bien la prueba y “enfrentar a una mujer de 60 años con dos chavales de 20”.
Unas palabras que indignaron a Nuria Marín que advirtió: “Por ahí no. Es un trabajo en equipo y debes pensar en tu madre y esperarla porque quizá pierdes un segundo pero después ganas mucho más”. Tras ello, cedió la victoria a Ferre y Cristina.
Por lo que Maite y Cristian serán los que se enfrente a Oriana e Iván en la votación de la audiencia por quién debe quedarse en la casa.