La cancelación de Babylon Show tras sólo 13 emisiones en Telecinco ha generado reacciones en sus responsables. Primero de su presentador Carlos Latre, que en la despedida el pasado miércoles lanzó un mensaje a sus espectadores lamentando la dificultad de hacer televisión. Y después, ya fuera de antena, de su director de casting, que se ha manifestado de manera más contundente contra la cadena y contra aquellos que enterraron el formato antes de verlo.
Mario Revuelta, 'talent director' del ya finalizado espacio de access prime time, ha defendido su trabajo y ha señalado la “poca paciencia” de Mediaset, a quien también critica, hablando de “directivos de televisión”, por “pedir oro desde el minuto uno” sin dar los recursos necesarios para conseguirlo.
“13 días nos han dado para competir contra la inercia y maquinaria de nuestros dos claros competidores [El Hormiguero y La Revuelta], que llevan emitiéndose 19 y 6 años, respectivamente”, comienza lamentando Revuelta en un largo mensaje compartido en su perfil de LinkedIn.
“Sorprende la poca paciencia que tienen”
“¿Que se han hecho cosas mal en cuanto a contenido, secciones, humor, colaboradores o invitados? Seguro, programas tan grandes tardan en engrasarse. Pero Babylon ha ido puliéndose y mostrando flexibilidad en estas dos semanas, y ha habido capítulos realmente entretenidos y dignos”, expresa.
A continuación, y como conclusión tras esta experiencia, el directivo de Babylon Show enuncia “dos grandes verdades de la tele”: “Es preocupante y ciertamente indignante que las cadenas negocien tan a la baja los presupuestos para dar luz verde a un programa tan enorme como Babylon y sorprende la poca paciencia que tienen al medir sus resultados”, apunta, señalando además que “la promoción que se permite hacer a los artistas es paupérrima”.
Tras este mensaje a la cadena lanza su segunda “verdad”, dirigida en esta ocasión al público y prensa especializada: “Me asombra la maldad, escarnio y deseo de fracaso que nos ha transmitido gente anónima desde el minuto uno, incluso antes del estreno, tanto en esas redes como en comentarios en medios de televisión y hasta nacionales”, señala, al tiempo que defiende al equipo de “200 personas que han luchado hasta 16 horas al día para que el programa fuera cada día mejor”.
Por último, Revuelta expone que “trabajar en televisión se está convirtiendo en una trampa, una amenaza a la salud mental situada entre el disparate, la locura, la vanidad descontrolada y cierta esclavitud”. “Seguro que quedan algunos reductos donde se puede trabajar en televisión con intensidad, creatividad, respeto y hasta disfrute, pero no sé dónde están”, zanja, antes de mostrarse abierto a embarcarse en nuevos retos profesionales.