Si hay que generar atención antes de un estreno, que sea como lo hace El Ministerio del Tiempo. La serie de TVE producida junto a Onza y Globomedia lanza muy pronto su cuarta temporada, y antes ha querido condensar toda su esencia en una breve precuela.
En apenas 10 minutos, que pueden verse desde las 14 horas de este lunes 20 de abril en la web oficial de la serie, la ficción es capaz de situar a sus fans, de acoger una colaboración, de rendir homenaje y de hacer varios guiños.
Con un estilo que recuerda más a un videojuego en primera persona, nos convertimos en Pacino (Hugo Silva) para recorrer los pasillos del Ministerio del Tiempo junto a Irene Larra (Cayetana Guillén Cuervo). Pronto nos enteramos de que en realidad es el “nuevo” Ministerio, ya que como anunció TVE en esta cuarta temporada se cambia de edificio. Una mudanza que no gusta a la entrañable Angustias (Francesca Piñón), que una vez más vuelve a ser indispensable desde su segundo plano.
Al ser recibidos por Salvador Martí (Jaime Blanch), ya con la habitual presentación visual fuera de la primera persona, la serie demuestra que no ha perdido un ápice de su capacidad para homenajear a distintos referentes, con un guiño a The Beatles. Pero la satisfacción por el trabajo bien hecho pronto se torna en preocupación por una alarma: “Si la alarma llega a cero y no localizamos el desajuste temporal, el cambio que se produciría en la historia sería irreversible”.
Resulta realmente llamativo que en un corto de apenas 10 minutos la serie tenga tiempo para ahondar un poco más en el personaje de Ernesto Jiménez (Juan Gea) y sea capaz de mezclar a Torquemada con el fenómeno de los Youtubers y el choque con las preocupaciones paternas. Pero la misión es salvar el Ministerio.
Benito Pérez Galdos, un genio en cualquier época
Salvador, Irene y Ernesto se movilizan para intentarlo, pero la clave la tiene Angustias. Ella es la que sabe a quién recurrir. Y así aparece “Benito”, que no es más que un enorme homenaje a Benito Pérez Galdós en este 2020 que se cumple un centenario de su muerte.
Pero en El Ministerio del Tiempo nada es como cabe pensar. Angustias no llama a Galdós para que les ayude pensando una solución. Le llama porque es el mayor experto informático de toda la institución. Con un manejo increíble de los ordenadores, logra detener la alarma y al mismo tiempo dejar a los espectadores con esa sensación de que todo es posible en esta serie, hasta transformar la leyenda de uno de los mejores novelistas de la historia de España.
Al despedirse, además, Galdós desvela que trabajó para El Ministerio pero que lo dejó “por asuntos personales”. Apunta realmente a una relación pasada precisamente con Angustias, y deja una trama abierta que, quién sabe, podría aprovechar El Ministerio del Tiempo en su cuarta temporada.
La sorpresa final: sí, ha vuelto
El trabajo informático exprés de Galdós detiene la alarma y aporta un nombre: Eulogio Romero. Nadie le conoce, ni tan siquiera Salvador Martí, pero ha estado a punto de cambiarlo todo.
Por eso las caras de sorpresa de Salvador, Irene y Ernesto son difíciles de describir cuando ven de quién se trata. Al revisar su ficha, la foto es la de Julián Martínez (Rodolfo Sancho). Parece que, como ya pasó con Lola Mendieta, el esperado regreso del personaje pondrá en más de un apuro al Ministerio del Tiempo.
Con este avance en forma de corto-precuela, la serie deja claro que mantiene todas las señas de identidad que la han convertido en un referente para muchos fans y le han hecho alcanzar su cuarta temporada. El Ministerio del Tiempo mantiene su capacidad para homenajear, en pequeños guiños o con tramas dedicadas, a personajes marcados de la historia de España. Una demostración más de cómo entretenimiento y divulgación pueden ir de la mano para cumplir con el servicio público que se le exige a TVE.