Estoy vivo ha acabado su primera temporada con un final feliz pero dejando cabos sueltos de cara a una muy probable segunda temporada.
La serie acabó con la muerte del gran villano, gracias a un acto heroico, manteniendo en secreto la gran incógnita del protagonista y con un cliffhanger humorístico.
(¡Cuidado Spoilers!)
Arturo se sacrifica por su nieta y... ¡su hijo!
En una de las escenas más trepidantes del final, cuando el Carnicero estaba a punto de matar a Bea y a Márquez, aparece el abuelo para acabar con él.
Para lograrlo, Arturo sacrificaba su vida por su nieta y por su hijo, aunque él aún no lo supiera.
El abuelo moría en brazos de su hijo, y era consciente de ello cuando Márquez se lo confiesa.
Las razones del villano que homenajean a Terminator
El capítulo también desveló las razones por las que el Carnicero quería acabar con Bea. En un claro homenaje a Terminator, al que mencionan en el mismo capítulo, el villano venía de otro planeta con la misión de matarla.
Y es que, la hija de Márquez y sus amigos descubrirán en un futuro una fuente de energía devastadora que destruirá la tierra e irían al planeta del Carnicero para colonizarlo.
Abiertos a una segunda temporada
Tras el emotivo final, llegó una escena familiar en la que están todos recordando al abuelo y el enlace recibe la llamada de la Directora de la pasarela para volver al cielo.
Él rogaba no regresar y le concedían el deseo: “Tenéis una nueva misión”. Por lo que la serie deja abierto un nuevo caso de este pareja que ha cautivado al espectador.