Con Antonio Velázquez

Crítica de 'El final del camino', la renovada apuesta de TVE por la ficción de época

El elenco principal de El final del camino en TVE

Marcos Méndez

'El final del camino', la nueva serie de época de TVE, se estrena esta noche en La 1 convertida en uno de sus proyectos de ficción más ambiciosos y con un reparto de lujo encabezado por Antonio Velázquez, Javier Rey, Guillermo Barrientos, Cristina Castaño, Asier Etxeandía y Begoña Maestre, entre muchos otros.

Vertele acudió a la presentación de la serie, producida por Voz Audiovisual y que constará de 8 capítulos, celebrada este martes en la sede de la Academia de cine. Y allí pudimos ver, como el resto de la prensa, el primer capítulo que la cadena pública ofrecerá esta noche.

Con absolutamente todos sus protagonistas presentes en el evento, dejando claro la especial importancia que tiene tanto para ellos como para la cadena, TVE presentó un producto final bien cuidado, pero al que le cuesta contagiar sus emociones.

Una serie de historia, sin historia

Como cadena y productora repiten, 'El final del camino' es una serie con trasfondo histórico (la construcción de la Catedral de Santiago y las luchas de poder en la España de la época), pero no una serie histórica. Una máxima que cumplen y que el espectador puede agradecer, ya que permite mayor libertad narrativa y experimentar con sus tramas.

De hecho, la historia sirve simplemente como base de fondo para un argumento que se centra en la relación entre tres hermanos (Antonio Velázquez, Javier Rey y Guillermo Barrientos) separados en la niñez por los estragos de la guerra; en el amor de Gonzalo de Catoria (Velázquez) con Elvira (Begoña Maestre); o en las luchas de poder al más puro estilo 'Juego de Tronos' del obispo Peláez (Juan Fernández) con los Reyes (Asier Etxeandía y Cristina Castaño).

En su primer capítulo, parece evidente que la evolución de los personajes será la que marque la serie, y lo cierto es que el giro final de Pedro de Catoria (Javier Rey, cuya primera imagen en el episodio habla muy bien sobre su labor de adaptación extrema) apunta a generar tramas que a algunos espectadores podrían recordarles a 'Homeland'.

Antonio Velázquez al frente

A nivel interpretativo, con la Iglesia hemos topado. La representada por Juan Fernández como el obispo y señor de Compostela, Peláez. El actor se alza tanto como su voz para lograr un personaje tan respetado como peligroso, que desde el primer episodio se convierte en el mandamás al que todos miran, sólo en competencia con el rey de Asier Etxeandía, que hereda con acierto los nulos modales y el afán dictatorial de Alfonso VI.

Antonio Velázquez porta bien su liderazgo, aunque tiene menos problema en llegar al espectador con fiereza cuando tiene una espada en la mano que cuando se separa de la acción. Al contrario le sucede a su amada, Begoña Maestre, que logra empatizar sin problema encarnando a la luchadora y emprendedora boticaria de Compostela. Lo mismo sucede con el 'Animal' de Ismael Martínez, que además promete dar las únicas pinceladas de humor y sarcasmo que se echan de menos en el piloto.

A los que esperan la serie para ver a Cristina Castaño fuera del registro de comedia de La Cuqui en ‘La que se avecina’, lo único que quedará de ella es el recuerdo. La actriz se mete en la piel de una Reina Constanza de Borgoña sufridora a la par que estratega, cuya pareja política con Alfonso VI apunta a querer asemejarles a los Underwood de la Edad Media.

Una vuelta de tuerca

A nivel visual, TVE vuelve a demostrar que la herencia de 'Isabel' que ya alargó en 'Carlos, Rey Emperador' sigue dando buenos frutos, aunque las anunciadas recreaciones digitales dejan demasiado clara su naturaleza, y unos pocos decorados chirrían por su brillo de cartón piedra. En cualquier caso, el esfuerzo por los exteriores y escenarios naturales hacen que este aspecto se convierta en uno de los más fuertes de la ficción.

Ahora falta saber la acogida de la audiencia, para lo que nadie tiene una varita mágica. El producto final es sin duda digno de un prime time de TVE, y la cadena hace bien, y tiene razón, en querer desligar 'El final del camino' de la etiqueta de “serie histórica”, vista la irregular suerte que corrió 'Carlos, Rey Emperador'.

Si ese cambio al emplear la historia como trasfondo de las relaciones y vidas de sus personajes funciona, la cadena pública puede haber encontrado un nuevo registro alternativo de un tipo de ficción que ya le ha dado muchas alegrías, y que no ha tenido problema en asegurar que podría ir más allá de estos 8 capítulos.

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