Tan pronto como se estrenó su primera temporada, Élite se convirtió en todo un fenómeno. La serie juvenil de Netflix cumplió sus expectativas de niveles de adicción contando el día a día de un grupo de jóvenes estudiantes del Instituto Las Encinas, envueltos en un asesinato.
A la espera de que el próximo seis de septiembre se estrene su segunda tanda, la plataforma ha comunicado de forma oficial que habrá una tercera. Así lo han anunciado en la rueda de prensa a la que ha acudido Vertele. Sobre la misma han apuntado que “posiblemente” vuelva a haber una desaparición o giro similar a los de sus predecesoras: “Aporta ese punto de misterio”, han comparado.
“El reto era no volver a repetirse”
Volviendo a la temporada presentada este jueves en Madrid, los creadores y guionistas Carlos Montero y Darío Madrona han reconocido que “el reto” al que se han enfrentado con la segunda tanda era “no volverse a repetir”. Aunque a la vez, les “daba la oportunidad de introducir nuevas variantes en las relaciones y nuevos personajes en un universo que funciona”.
Madrona ha concretado que hasta ahora habían enseñado “la punta del iceberg, pero teníamos la sensación de que podíamos explorar más”. Seguramente uno de los personajes que más ha agradecido ese mayor grado de profundidad ha sido Lucrecia. Su intérprete Danna Paola ha explicado que su álter ego “quiere mostrarse más humana”, añadido a que “la llegada de su hermano Valerio lo cambia todo”.
La incorporación en escena de su familiar permite que entenderla en mayor medida, aunque no por ello pierde la esencia que ya demostró en el inicio de la serie: “Siempre va a querer conseguir todo lo que quiere a costa de todo y todos”. Montero ha reconocido que le debían “una buena trama” porque les “enamoró en la primera temporada”.
“Sería absurdo negar que miramos Twitter”
Élite retrata la vida de un grupo de adolescentes, sobre cuyo lenguaje han explicado sus artífices que han “creado un mundo en el que hablan como adultos”. Montero ha concretado su fórmula para escribirlos: “Te pones en la piel del personaje, te documentas e intentas entenderlo sin estar por encima de él”.
El target de la serie y su relación con las redes sociales, ha obligado a los guionistas a no ser ajenos a las mismas, aunque defienden que “lo peor es cuando estás al servicio del fan”. Como ha detallado Montero, están “al servicio de la historias y los personajes. Intentamos que no contamine, aunque sería absurdo negar que miramos Twitter”.
Mina El Hammani (Nadia) ha opinado al respecto que “las redes hay que usarlas en nuestro beneficio, no para que se beneficien de nosotros”. También ha expuesto que “hay una realidad en Élite similar a la que viven los adolescentes, pero es ficción y está llevado a un extremo”. Su creador Madrona ha secundado su postura al recalcar que presentan “un mundo idealizado, pero es ficción. En redes sociales no hay un disclaimer que avise que es ficción, y eso es muy peligroso.
El éxito de la ficción de Netflix traspasó nuestras fronteras con su primera temporada, por lo que con ella han exportado nuestra cultura a otros países. “Lo bueno de la serie es que es universal y puede ocurrir en cualquier sitio aunque sea española”, ha compartido Madrona. Aun así de lo que más orgulloso se sienten es de “exportar a este grupo de actores”.
El por qué de “la desaparición”
Si la primera temporada estuvo marcada por el asesinato de Marina (María Pedraza), la segunda lo está por una desaparición, para la que valoraron “a casi todos los personajes” para decidir quién marcharía.
Madrona ha defendido la decisión explicando que querían “mantener los flashforward porque es marca de la serie”. También ha bromeado con que la ficción “no es tan loca, hay un número suficiente de muertos que podemos tener al mes”.
El mensaje de las nuevas incorporaciones
Además de los rostros a los que conocimos en la primera tanda de episodios como Ester Expósito, Miguel Bernadeu, Arón Piper o Itzan Escamilla, también han estado presentes las incorporaciones de la segunda: Jorge López, Georgina Amorós y Claudia Salas.
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Los tres han coincidido en la “gran acogida” que recibieron. Amorós, que encarnó a la hija de Zulema en Vis a Vis, ha descrito a su Cayetana como una alumna “aparentemente entusiasta, que tiene muchas capas”, dato que para la actriz está “muy bien escrito y plasmado”.
Salas, que había aparecido antes en La peste, es Rebeca, sobre la que ha confesado que quiso “ser su hermana mayor, pero ahora la pequeña. Es bastante arrolladora”. Montero ha revelado después que precisamente ambos personajes habían surgido “de noticias de periódico”.
López, por su parte, da vida a Valeria, de quien ha reconocido que en un primer momento, pensó que le iba a resultar “complicado por el tema de la fiesta y el éxtasis”.
Los fichajes de la tanda han tomado el relevo de los que marcharon, o los de cuya presencia se ha visto en mayor grado reducida. Es el caso de Miguel Herrán y Jaime Lorente, actores a quienes se les solapó el rodaje de Élite con el de La casa de papel. “Lo encajamos bien porque lo supimos con tiempo”, han comentado al respecto sus creadores.
Director veterano y nueva realizadora
Tras las cámaras de la nueva tanda ha repetido Dani de la Orden, que ha descrito los capítulos de Élite como “un tren que nunca para. Los guionistas siempre intentan meter una parte emotiva a todas las tramas sin que la serie se detenga y con ese halo de misterio”.
Al cineasta catalán, responsable de títulos como Barcelona, noche de verano, le ha acompañado tras las cámaras Silvia Quer (La mujer del siglo). La realizadora ha confesado que no había visto la primera tanda porque no correspondía a su “target”. Y que sin embargo, al recibir la oferta y verla, comprobó “que no tenía factura española”. Fue “la profundidad de los personajes” la que terminó por atraer su atención.