En su viaje por la década de los 90, ¿Dónde estabas entonces? hizo anoche parada en 1997 para recordar, entre otras cosas, la llegada a España de los late shows. Formatos de enorme éxito importados de Estados Unidos que aterrizaron en nuestro país para revolucionar la madrugada televisiva.
Telecinco abrió la veda en 1995 con Esta noche cruzamos el Mississippi, al que siguió La sonrisa del Pelícano en 1997. Ambos presentados por Pepe Navarro, si bien el primero tuvo una acogida mucho más calurosa que el segundo, ambos fueron un soplo de aire fresco en la televisión de la época.
Algo a lo que no solo contribuyó Navarro como presentador, sino también su extensa lista de colaboradores. Miki Nadal fue uno de ellos. “[Los late shows] Traían temática para adultos, por así decirlo. Temática de sucesos, de escándalos... también de corazón. Había un componente más sexual. Aquello era el comienzo de la noche para mayores”, recordó el hoy rostro de Zapeando en el programa de Ana Pastor.
“Dejar Crónicas marcianas me producía felicidad”
El monopolio de Navarro se evaporó en cuanto fichó por Antena 3 para presentar 'El Pelícano'. Un movimiento al que Telecinco, buscando repetir el éxito de 'El Mississippi', respondió con Javier Sardá y sus Crónicas Marcianas. El late que más duró de los tres citados, alcanzando los 8 años de emisión. Pudieron ser más, pero fue el propio presentador quien decidió ponerle fin antes de lo previsto. “Dejarlo me producía una sensación de felicidad”, aseguró el periodista a Pastor.
“Seguramente”, continuó en este sentido, “si el horario hubiese sido otro, y esto es muy importante, yo podría haber continuado algunos años más. Pero lo dejo yo para gran disgusto de un gran amigo que es Paolo Vasile, que decía: ”Es que en Italia tengo gente que quiere seguir trabajando y yo no quiero que trabaje. Y aquí, que te tengo a ti, que quiero que trabajes, te quieres ir a casa“.
'Crónicas' y su crítica a los políticos
Sardá también recordó como Telecinco confió en él para sustituir y competir contra Pepe Navarro. “Me sonaba a algo raro. Y sobre todo el horario”, aseguró. Aun así, y tras varias semanas de reflexión, decidió aceptar la propuesta y ponerse al frente de Crónicas Marcianas. Un programa que, hasta su final en 2005, estuvo marcado por muchas cosas. Entre ellas, su crítica feroz a la clase política.
El Prestige o la Guerra de Irak fueron algunos de los episodios en los que Crónicas se posicionó claramente en contra del Gobierno de Aznar, aunque desde el programa tampoco tuvieron problemas en criticar las malas praxis del Gobierno de Zapatero.
“Tuvimos con Bono un disgusto muy grande. Él era ministro de Defensa y se autootorgó una medalla”, rememoró Sardá, que esa misma noche contó en plató con un Latre metido en la piel del soclalista y repartiendo medallas a diestro y siniestro. “Al día siguiente”, contó Sardá a Pastor, José Bono le dijo lo siguiente: “Llegué a casa anoche, mis hijos estaban mirando la tele y un hijo mío estaba llorando. He decidido devolver la medalla”.
Siguiendo en clave política, Crónicas marcianas fue el primer programa “en imitar al Rey por la tele”, como así destacó ante las cámaras de laSexta otra de sus estrellas, Manel Fuentes, que recordó aquellos años. “La gente trabajaba muy duro todo el día, pero sabía que a partir de las 12 o las 12:30 de la noche tenía una cita con algo que era loco, que era mágico, que nadie sabía lo que iba a pasar, que era en directo, que tenía todos los ingredientes para que esa efervescencia de ese momento en España se viviera también desde la tele”, resumió sobre lo que era, a grandes rasgos, el mítico late show.