Andreu Buenafuente vuelve este lunes como buque insignia de la nueva temporada de humor de #0 de Movistar. Tras su etapa “desde casa” y su adaptación “en el parque”, Late Motiv regresa a su plató siete meses después y por fin recupera el calor del público: “Va a ser muy bonito salir y empezar a interactuar con el público, que es nuestro ADN, el ADN del espectáculo”.
Hablamos con el polifacético presentador y cómico, que espera que todo lo ocurrido por el coronavirus les haya servido para aprender: “Ojalá ese punto de cercanía, de desinhibición, de menos complejos, se pueda aplicar y se pueda transmitir en esta nueva etapa”. Y aunque reconoce que la tragedia sigue ahí, dilatándose en el tiempo, da un mensaje esperanzador: “Siempre hay un ángulo, un resquicio, por el que meter la comedia, que es como el oxígeno”.
En ese propósito le ayudarán todo el equipo de Late Motiv, al que define como “uno de los motivos de orgullo más grandes de mi carrera”, y su gran equipo de cómicos, al que se suman Florentino Fernández, Eva Soriano, Toni Acosta y Laura Márquez: “El programa tiene más renovación de la que aparentemente puede parecer, y ojalá se vea”.
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Vuelves porque tu hija te ha mandado que vuelvas. Ignatius diría algo así como “ese señor mayor ordenado por su hija: ¡Padre! ¡Vuelve a la tele!”.
Aunque mi hija manda mucho en casa, esto es un matriarcado y el poder es de las mujeres, no es exacto. Vuelvo porque hay que volver, y porque pese a todo es la temporada regular que empieza en septiembre y con muchas ganas. También ella quiere volver, así que todos de alguna manera ansiamos recuperar algo parecido a la normalidad.
¿Cansa más preparar una nueva temporada, o que te pregunten cómo afrontas esa nueva temporada?
No cansa, pero sí que me sorprende bastante la pregunta de “cómo afrontas esta nueva temporada”. La verdad es que a mí nunca me cansa hablar del programa, es una de las cosas que más me gusta, me ha gustado toda la vida. No en vano llevo en esto 30 años, lo hago con muchas ganas, con mucha pasión, y cualquier comentario sobre el programa siempre me emociona un poquito. Me cansan otras cosas, pero esto no.
¿La cosa es más relajada tras tantos años con el mismo equipo, o sigue habiendo tensión por el regreso?
El equipo de Late Motiv es para mí uno de los motivos de orgullo más grandes de mi carrera. Es un equipo equilibrado, compensado, que tiene una cultura de trabajo respetuosa pero al mismo tiempo motivada, apasionada... es maravilloso. Nunca hay una tensión nociva, siempre es a favor de obra. Es un equipo muy joven, cada vez más joven de alguna manera, porque los jóvenes van asumiendo cargos de responsabilidad, y eso le da una energía muy buena. Eso es maravilloso.
¿Cómo volvéis? Nos dijiste que sin los aplausos del público no tenía sentido volver al plató.
Volvemos a plató, y esto es de las cosas más emocionantes que hemos vivido en las últimas semanas. Es un plató que volvemos a iluminar y a mostrar en todo su esplendor por primera vez desde el mes de marzo. Ya se puede imaginar lo que eso significa. Es muy importante, muy significativo también. Y el público, efectivamente, son las patas que hacen caminar al espectáculo, y van a volver. En la medida de lo posible, siguiendo la normativa, bien repartidos, con distancia de seguridad... Va a ser muy bonito salir y empezar a interactuar con el público, que es nuestro ADN, el ADN del espectáculo.
Vuestra adaptación a 'Late Motiv Park' ha sido incluso premiada en el FesTVal de Vitoria. ¿Qué has aprendido de esa etapa “desde casa” y “de camping”, y qué se queda en 'Late Motiv'?
He aprendido muchísimo de estas etapas desde casa, en el parque, sin público, con decorado... Le comentaba a mi equipo que una de las cosas que deberíamos conseguir es que quede algo de aquel espíritu de los programas bajo presión y sin los medios habituales. Afloró una naturalidad, una sinceridad, se cambió un poco el tono de la comedia por fuerza. Pero me gustaría pensar que ya no somos como antes. Somos lo que éramos antes, más lo que hemos aprendido. Y ojalá este punto de cercanía, de desinhibición, de menos complejos, que ya nunca tuvimos muchos, pero que hemos aprendido; se pueda aplicar y se pueda transmitir en esta nueva etapa.
Una novedad importante es ese anunciado fichaje de Florentino Fernández. ¿Qué le vamos a ver hacer?
Estoy muy contento con la incorporación de Flo porque hace ya muchos años que nos conocemos, siempre digo que para mí es uno de los tipos más graciosos de España, y lo digo sinceramente. La base de su incorporación es la capacidad de sorpresa, y el animal televisivo y de comedia que es. Quiero explotar eso, jugar mucho con la imprevisibilidad, con sus dotes de adaptación y de sorpresa constante, y que sea como un amigo recurrente.
Los lates americanos históricos siempre hablaban del invitado recurrente, que acababa siendo un colega del presentador del late. Por ejemplo Johnny Carson tenía un actor de comedia que se llamaba Tony Randall, que era un tío muy querido en los Estados Unidos, y que llegó a ir 150 veces al programa de Carson. Hay otros casos, Bill Murray en la época más moderna con Letterman... Me gusta pensar eso, que Flo está al margen del código de colaboradores, hace lo que quiere, y explotamos nuestra amistad y nuestra complicidad cómica.
De todos los demás, que son muchos, ¿alguna sorpresa?
No lo digo por decir, pero creo que tengo uno de los equipos de cómicos más sólidos del panorama actual. Evidentemente sin entrar en comparaciones, cada proyecto tiene los suyos, y buenos son. Pero en mi caso tengo una lista maravillosa, a la que este año se suman Eva Soriano, Toni Acosta (descubrimiento durante la pandemia, por cierto, con sus colaboraciones), Laura Márquez, que es una guionista que lleva toda la vida con nosotros y ya está haciendo sus apariciones. Es importante destacar eso, porque era algo que yo perseguía desde hace mucho tiempo, que se incorporen cómicas al elenco.
Por lo demás, pues siguen los de siempre. Maldonado, Berto Romero, Javier Coronas, Raúl Pérez, Raúl Cimas, Carlo Padial que también colaboró con nosotros y va a volver a hacerlo, Pere Aznar que para mí también va a ser una novedad. Siempre me gustó, llevaba ya un tiempo con nosotros y ahora que dejó su proyecto en Valencia quiero que tenga más presencia.
El programa tiene más renovación de la que aparentemente puede parecer, y ojalá se vea. Va a haber una sección inicial cada día, que estamos preparando, que ya se ha pensado para que estos cómicos puedan lucir más. No sólo la disciplina habitual de “ahora viene un colaborador y me cuenta unas cosas”, sino que las vamos a ver juntos. Va a haber algunos más de los habituales, y los vamos a ver más también. Una cierta sensación más de pandilla, de cuadrilla, de compañía casi de teatro, que es algo que siempre he hecho en mis programas y que creo que se va a notar más en esta época.
¿Cómo ves la tensión política para esta temporada? ¿Se ha relajado algo, o crees que volverá a haber curvas también para hacer humor?
La política hace mucho tiempo que dejó de ser divertida. Se ha vuelto muy agria, previsiblemente bronca. Yo personalmente, como ciudadano, pienso que es lo último que necesita en estos momentos el país. Necesita consensos, unidad, objetivos comunes, recuperación...
Desde la comedia, vamos a estar como siempre: observándola, destacando sus ángulos más surrealistas, y tampoco dándole más importancia de la que tiene. este no es un programa de humor político, es un programa de humor sobre la vida. Y la política forma parte de la vida. En la medida que veamos que sea parodiable o destacable, lo vamos a incorporar al ideario humorístico del programa. Pero hay muchas más cosas, eso también me parece que es importante destacarlo. Hay un humor surrealista, un humor cotidiano, un humor costumbrista, que también me parece intuir que el público necesita y pide, por lo que decía antes de esta atmósfera bronca constante de la política. Cuando buscas entretener, hay que pescar en otros territorios de la vida.
Acabamos con la misma pregunta que te hicimos en abril
Durante la pandemia me dio por pensar en eso, y creo que llegué a decir en lo más crudo que esta formula no funcionaba, porque todavía no se había puesto el concepto de tiempo. Estábamos en mitad de la tragedia, y parecía que la comedia se desactivaba, tuve esa sensación. No había pasado todavía el suficiente tiempo como para poder bromear con libertad.
Estamos un poco ahí todavía, así que esto que comentas es interesante. Esta fórmula de “Tragedia+tiempo=comedia” en estos momentos la podemos analizar muy bien porque no se completa, no pasa el tiempo. La situación nos marca un reto muy potente, que es seguir haciendo comedia cuando todavía no ha pasado el tiempo suficiente para distanciarnos de la tragedia. Estamos todavía en el drama, en una situación tensa, muy delicada, peligrosa. Esto es un reto muy nuevo para los cómicos. Normalmente los episodios duros tienen un tiempo limitado, luego te distancias, y ya puedes empezar a bromear. Ahora, como estamos comprobando, se dilata más y más, y estamos descubriendo cómo hacer comedia en mitad de este paréntesis de drama. No sé cómo lo haremos, pero lo vamos a hacer. Siempre hay un ángulo, un resquicio, por el que meter la comedia, que es como el oxígeno.