Carlos Sobera: “Mediaset es el único grupo que siempre me ha entendido como profesional”
Una apuesta difícil pero “una buenísima idea desde el punto de vista televisivo”. Carlos Sobera no duda del éxito en que se convertirá la aventura marítima de First Dates. El programa de Cuatro, que cada noche nos traslada hasta el interior de un pequeño restaurante de citas de Madrid, emitirá en 2020 una edición especial en la que 100 personas tratarán de encontrar el amor a bordo de un crucero que zarpó hace unos días y que recorrerá el Mediterráneo durante las próximas semanas.
Pese a las dificultades del rodaje, Sobera destaca por encima de todo que esta edición especial es prácticamente un formato distinto al propio First Dates, básicamente porque el nuevo plató es enorme –el barco tiene 330 metros de longitud– y hay muchísimas dependencias que darán pie a multitud de anécdotas que no pueden surgir en las estrecheces del restaurante madrileño.
No es de extrañar entonces que el crucero de First Dates vaya a surcar la parrilla de Cuatro con más diversión de la habitual, asegura Sobera en una entrevista concedida a varios medios de comunicación, entre ellos VERTELE. Y tampoco resultaría extraño que el índice de citas con final feliz supere la media, porque ya se sabe que estando de vacaciones, las cosas se toman con mejor filosofía.
Al margen de lo que ocurra en alta mar, para Carlos Sobera la experiencia ya ha merecido la pena, pues dice estar “muy a gusto” en Mediaset y agradecido con la empresa porque es la única en la que se ha sentido “entendido como profesional”. En otras televisiones, dice, sólo confiaban en él para presentar concursos, pero la cadena de Fuencarral le ha abierto las puertas de otros muchos formatos que le han permitido crecer.
¿Qué te pareció la idea?
Fabulosa. Dije: “Llevadme, pero de vacaciones”.
¿Has hecho algún crucero?
Sí, unos cuantos, pero este es el más grande porque solamente de eslora tiene 330 metros. Es muy grande. Me pareció una idea muy buena desde el punto de vista televisivo, y no tiene nada que ver con el First Dates normal porque pasan tantas cosas y hay tantos espacios... la piscina, el camarote, el jacuzzi.
Es casi otro formato
De hecho, es otro formato, porque pasan cosas que en el restaurante de Madrid no puede pasar, y los que graban desde el primer día pasan seis días juntos, así que da para hacer un seguimiento muy puntual, muy fiel. Es mucho más divertido que el programa normal porque hay muchos más estímulos. En el restaurante normal te pierdes muchas cosas que aquí surgen.
Es más reality
Sí. A ver, First Dates es reality, es como Gran Hermano, hay casi 60 cámaras en el restaurante de Madrid, pero aquí es brutal.
¿Qué ha sido lo más complejo al venir aquí?
Para el equipo, nada. Para producción y redacción ha sido una salvajada porque ellos están desde las seis y media de la mañana hasta las diez u once de la noche, haciendo un seguimiento continuo de las parejas. Nosotros tenemos un régimen de trabajo intenso pero llevadero, y no hay mucha diferencia respecto a Madrid.
¿Cómo habéis vivido este Gran Hermano
Bien, sólo nos vemos en el lugar del trabajo y luego para cenar. Tiempo para tomar el sol no hay... no tenemos mucha vida personal, la verdad.
Los perfiles de los 'daters': ¿han evolucionado a lo largo de estos años? ¿qué tipo de gente se ha empezado a presentar al programa?
Ha habido una evolución natural obvia porque el programa también ha ido buscando perfiles muy variados en todos los sentidos: sexual, ideológico, personal, de procedencia... Yo creo que una de las cosas buenas de First Dates es que ha tratado de normalizar a gente muy diversa.
A mí a veces me dicen: “Son actores', y yo digo: ”No sabes lo que dices, es muy complicado encontrar a un actor que sea así y que sepa interpretar un papel tan bien como lo hacen ellos“. Son así y te impresiona porque son muy auténticos, y se les busca y se les encuentra, pero tienes que tener un equipo como el que tienen Mediaset y Warner.
¿Te ha llegado a sorprender alguien que digas 'madre mía'?
Sí, lo he flipado mil veces, pero disimulo mucho. A veces para bien, y a veces para mal. Te encuentras desde gente que es muy generosa hasta gente muy egoísta, egocéntrica y maleducada. Son pocos, pero los hay. A veces me dicen salvajadas.
¿Has tenido algún enfrentamiento o que pararle los pies a alguien?
Dos o tres veces. A alguien que se le ha ido el tema de las manos y ha sido maleducado y se ha vuelto agresivo, verbalmente, nunca a nivel físico, pero ha sido hiriente y les hemos echado. Hemos tenido 10.000 personas y estamos hablando de dos o tres casos, es algo anecdótico.
Luego hay casos que no son agradables pero no llegan a esos límites. Estamos jugando siempre con material muy sensible porque la gente llega con la esperanza de enamorarse, pone el corazón en tus manos, se abre, se desnuda y si alguien les deja con el culo al aire se vienen abajo.
Antes has comentado que últimamente has llorado mucho en Mediaset, ¿qué son esas cosas que te tocan la fibra?
Es porque estoy haciendo Volverte a ver y hay muchas historias personales que son muy doloras y me estoy volviendo un mantequillas. En general soy un tipo empático, no imposto ese tipo de cosas porque las historias me llegan muy dentro.
Aquí también me pasa, por ejemplo con la pedida de mano del otro día. Me acuerdo mucho de la pareja con síndrome de Down, Manolo y María; te enternecía de una manera brutal porque era como ver el amor en estado puro.
¿El éxito de First Dates
No. La sociedad ha cambiado mucho. Cuando yo era joven la única manera de ligar era salir a la calle e ir de discotecas, pero también aquello tenía su peligro. Ahora, la vida digital te abre otras posibilidades, y los chicos modernos tiene que aprovecharlas. Además, todo acaba en lo mismo, al final acabas cara a cara con tu pareja.
¿Cómo fue la experiencia de Supervivientes
Muy bien. Lo agradecí mucho. Gracias a Mediaset estoy atravesando una época en la que hago formatos muy diferentes. Recuerdo cuando empecé en First Dates que todo el mundo dijo: “¡Pero qué hace Sobera en un dating!”. Y ahora no es posible entender mi carrera sin First Dates. Y con Volverte a ver y Supervivientes me encontré muy a gusto, a parte de que a los presentadores lo que más nos gusta es el directo.
Tú rechazaste Gran Hermano
No. Yo rechacé Gran Hermano en 2002 por circunstancias personales y uno de los argumentos que utilicé fue que yo no hubiera sido capaz de hacerlo tan bien como lo estaba haciendo Mercedes Milá. Mercedes se creía el formato como yo me creía Quién quiere ser millonario. Era difícil para mí escalar esa montaña. Pero luego nunca me he negado ha hacer reality.
Rechacé uno en otra cadena porque no me gustó, y acerté, porque no le fue bien. En este país, cuando haces algo bien, quieren que hagas siempre lo mismo, y yo me he pasado toda la vida siendo el rey de los concursos, que me chiflan, pero los profesionales también queremos demostrar que somos capaces de hacer otras cosas.
¿Fue First Dates
Totalmente inesperado. Cuando acabé mi periplo en Atresmedia me llamó Yolanda [directora de First Dates] y no lo dudé. Yo suelo tener olfato y cuando digo que un formato es bueno, normalmente es bueno. Y este equipo es extraordinario, trabaja con mucha sensibilidad, pone mucho sentido común en la tele... Todos esperábamos que fuera bien, pero de repente se convirtió en un programa transversal que llegaba a todos los públicos. Si llega a estar en Telecinco, imagínate lo que hubiera sido.
Siempre has dicho que no quieres ser 'chico Antena 3', 'chico Mediaset', o 'chico TVE', pero ahora estás haciendo muchas cosas en Mediaset
Estoy muy a gusto. Yo empecé en Mediaset cuando viene de Bilbao en el 97 a hacer Al salir de clase. Empecé a hilar un proyecto con otro hasta que me fui en 2002, hice un periplo por otras cadenas, y mi regreso a Mediaset en 2016 con First Dates fue como el regreso del hijo prodigo. Y tengo que decir que Mediaset es el único grupo que siempre me ha entendido como profesional. Ha pensado que yo era capaz de hacer muchas más cosas, no solo concursos. Otras cadenas me llamaban solo para hacer el mismo tipo de producto.