“¿Qué pasa cuando la vida te da la vuelta?”, es tan sólo una de las preguntas que Leticia Dolera plantea en su serie Vida perfecta. Una “vuelta” que tiene que ver con el momento en el que nos damos cuenta de que quizás no somos quienes querríamos, no nos llena lo que debería hacerlo o que el modelo por el que regimos nuestro día a día, sea o no el que se esperaba de nosotras, no nos vale.
Una “vuelta” que también afectó a la propia producción de la serie, cuando la actriz Aina Clotet denunció en un comunicado que la directora rechazó rodar con ella estando embarazada. Desde el momento en el que que el texto fue publicado, llovieron los comentarios al respecto. También Dolera emitió su propio escrito, explicando su posición y lamentando que “se usara para intentar desacreditar el movimiento feminista”. Cerca de un año después, la también intérprete defiende que en “nada” en su mano pudo haber cambiado para que la decisión no hubiera tenido tales consecuencias.
Ahora bien, giremos de nuevo las tornas. Centrándonos en la ficción, que llegará a Movistar el próximo 18 de octubre, antes habrá contado con dos puestas de largo. La primera en el Festival de Cannes, donde triunfó coronándose con los galardones a Mejor serie y Mejor interpretación. La segunda, su presentación en el Festival de Cine de San Sebastián, esta semana.
Hablamos con su creadora sobre cómo planteó la historia de Cristina (Celia Freijeiro), Esther (Aixa Villagrán) y María (Dolera), tres mujeres que conciben la maternidad y sexualidad de maneras diferentes, y que van a plantearse en qué punto se encuentran para tratar de determinar cómo han llegado hasta él y seis por donde quieren continuar.
¿Qué es la 'Vida perfecta' y por qué este título?
Responde a ¿qué pasa cuando la vida te da la vuelta? ¿Qué pasa cuando esa proyección de lo que es la familia, la pareja, la felicidad, una vida sexual sana o el éxito, una vez consigues encajar en ellas no te hacen feliz, se desmontan o te das cuenta de que son ideas preconcebidas pero que podrían ser de otras muchas maneras? ¿Qué pasa cuando pones en duda todo lo que envuelve el concepto de vida perfecta?
La serie no da respuestas, pero sí plantea muchas dudas sobre qué lugar ocupa en tu vida la pareja, el deseo, el sexo, el éxito, la frustración, el miedo o la familia. Preguntas que nos hacemos muchas veces en la intimidad, y que aquí intento poner sobre la mesa porque creo que es sanador compartirlas. El arte está para eso también, para poner luz donde hay oscuridad, y a partir de ahí abrir un diálogo, porque estoy segura de que muchas de las preguntas por las que pasan las protagonistas se las ha hecho casi todo el mundo.
En 'Vida perfecta' el espectador es testigo de cómo tres mujeres se redescubren y crecen por ello pero, ¿cómo podemos darnos cuenta de que necesitamos hacerlo?
Lo primero sería descubrir cuáles de tus anhelos son tuyos, cuáles un legado familiar, de la educación que hayas recibido en casa, cuáles un legado cultural de todo lo que a nivel de relato nos llega. Solamente ahí ya es difícil discernir qué te pertenece y qué no. Eso es lo que les pasa a las tres protagonistas.
Cristina cumple el pack de superwoman: madre perfecta, amante perfecta, buena en su trabajo, buena amiga, todo. Pero de repente siente que no es feliz, y no lo entiende porque tiene todo lo que en teoría iba a hacerle feliz. Ahí se abre una grieta a través de la que se adentran las preguntas y entra el deseo. El deseo y la sexualidad no dejan de ser una forma de reconectar consigo misma. Está en e mundo de las metas, que son conceptos intelectuales que se ha marcado, ¿pero qué pasa cuando los baja a la tierra, a lo emocional? Ahí hay mucha más complejidad.
A María la vida ideal que iba a tener se le desmonta [estando a punto de firmar la hipoteca para comprarse una casa con el hombre que se va a casar, la deja]. ¿Qué haces entonces? ¿Te reinventas? ¿Intentas reconstruir un pan parecida? El tercer punto de vista es Esther, que nunca ha querido encajar en ese patrón. Es mucho más libre, no tiene pareja estable, no quiere ser madre, no tiene una casa de compra. Es una pintora que no vive de pintar, pero es feliz pintando.
Eso ya debería ser un éxito en la vida, pero no. Le dicen que tiene que vender. Entones, ¿qué es el éxito, vender o que disfrute pintando? Y si no vendo, ¿tengo que dejarlo y sentirme frustrada? Ella entra en crisis, porque además cumple 40 años, y empieza a plantearse que quizás sí debería haber encajado en eso. ¿Se habrá equivocado con esta historia de ser ella misma y de ir por otro camino?
Uno de los conceptos sobre los que existe este “modelo” o “plan establecido” es la maternidad, que también aparece.
Sí, porque la maternidad es una pregunta que a las mujeres nos atraviesa siempre. En distintas etapas de la vida y te hace sentir de formas diferentes. Cris reconoce: “Hay veces que no quiero ser madre. No es tan idílico serlo. A veces lo paso mal y no tengo ganas de ver a mis hijas”. Y se tiene que sentir culpable por ello. Verbaliza un tema que es muy tabú todavía.
María, por su parte, que tiene la maternidad idealizada, tendrá que asumir que va a tener un hijo con alguien de quien no está enamorada, que no es su pareja, y que va a construir un nuevo modelo de familia.
"La maternidad es una pregunta que a las mujeres nos atraviesa siempre"
La maternidad marcó también la controversia generada por la salida de la actriz Aina Clotet de la serie. ¿Qué cree que podría haber cambiado para que no terminara saltando así a la opinión pública?
En mi mano, nada.
La polémica puso en evidencia las condiciones laborales de las actrices que quieran quedarse embarazadas. ¿Se le ocurre alguna solución para ellas?
En el proyecto hubo cinco mujeres embarazadas, dos de ellas delante de las cámaras. Haría un paralelismo entre las actrices y las deportistas, al haber una fase del embarazo en la que no van a poder realizar todo lo que les gustaría. Otro personaje sí, Aina podía haber interpretado otro personaje que le ofrecí en la serie, pero el e Cristina no. Esto puede pasar más veces, y a lo mejor lo que tendríamos que poner sobre la mesa es si debería haber un tipo de subsidio o paro especial para las actrices, que además tienen trabajos temporales. Esto era un trabajo de dos meses, que coincidían con el quinto y sexto de su embarazo. Deberíamos plantearnos que puedan tener un derecho a un paro especial, y eso es lo que conté en mi comunicado, pero daba igual.
¿Cree que parte del revuelo causado tuvo que ver con que era una mujer que se ha proclamado feminista en numerosas ocasiones? ¿Cómo se desenvuelve si cada cosa que dice está tan medida?
Cuantas más seamos alzando la voz, menos se pondrá ese dedo señalador en una. Yo he hecho un libro de feminismo, pero en ningún momento me he sentido abanderada del feminismo. De hecho, el feminismo no es piramidal. Abanderadas somos todas las personas que salimos al 8M o que intentamos en nuestro día a día conseguir pequeños cambios. Somos todas igual de abanderadas, pero cada una usa las herramientas que tiene. Yo al dedicarme a esto y dar entrevistas, tengo un altavoz extra. Nunca he pretendido ser abanderada de la lucha feminista, sino aportar mi grano de arena desde mi situación y mis herramientas.
Algo que también hace como creadora, imagino. En este sentido, ¿cómo planteó mostrar la relación de la mujer con su cuerpo en pantalla?
Para mí sale de manera natural, que las protagonistas se masturben, que tengan deseo sexual, las formas en las que follan. Las tres directoras de la serie hablamos mucho de este tema. Coincidíamos en que estarían atravesadas por el sexo, y también Gari [Enric Auquer]. Ya que también quería poner luz en cómo las personas con discapacidad también desean, se tocan, mantienen relaciones sexuales, y son padres y madres.
Hay una escena en la que Cris se enrolla con un amante en un hotel, y le dije al equipo que teníamos que poner lo que nos gusta a nosotras. Si nos gusta que nos coman el coño, vamos a mostrarlo. Celia y Aixa fueron muy generosas. Fue bonito sentir con ellas esa confianza, que sintieran que estaban en un lugar de seguridad y libres en el momento de mostrar su cuerpo y rodar escenas de sexo. Pero porque sentían que había una mirada que no las iba a cosificar ni a utilizar, sino que íbamos a contar nuestro deseo.
Hablaba de las directoras. ¿Por qué decidió trabajar con Elena Martín (Júlia ist
Es algo muy bonito del proyecto, que hemos sido tres. Yo he dirigido cuatro capítulos y es verdad que marqué el estilo y tono general de la serie, pero sí quería que hubiera otras dos directoras noveles, o casi noveles, que tuvieran la oportunidad de saltar a un proyecto más grande. Por eso de que a los hombres se les valora por el potencial y a nosotras por la experiencia. Pero claro, si no se nos da la oportunidad de desarrollar ambas, lo tenemos chungo.
"Nunca he pretendido ser abanderada de la lucha feminista"
Hace dos años contó que había sido víctima de acoso sexual, algo sobre lo que mientras en Estados Unidos se ha señalado a algunos culpables, en España no parecen salir nombres. ¿Por qué cree que es así?
No solo pasa en el ámbito del cine, en otros como la universidad o el periodismo tampoco salen. Para que en Estados Unidos hayan salido casos de #MeToo han tenido que juntarse varias mujeres. Porque si no, no se las cree. Lo primero que se hace es poner en duda el testimonio de una mujer cuando tiene que ver con el tema sexual. No creo que ninguna haya sido beneficiada, por eso que se dice que si han contado algo era para sacar rédito. Yo no conozco a ninguna actriz que su carrera haya despegado gracias a revelar un caso de acoso sexual. Que me pongan un ejemplo, porque yo no lo encuentro.
¿Pero y por qué iba a ser así?
Es lo que se dice. Que si una mujer acusa a un hombre de abuso es porque quiere aprovecharse, sacar un beneficio. ¿Pero cuál? Lo que hace es ponerte en el foco mediático y que se te tache de interesada. Si dices el nombre porque lo dices, si no lo dices porque no lo dices. Si lo dices años después, que por qué tardaste tanto. Al final las que salen perjudicadas son las mujeres que se exponen. Hay que ser muy valiente para hacerlo.
Aun así, no tenemos que dejar de remar y hacernos preguntas, tanto hombres como mujeres, sobre qué pasa en las relaciones sexuales. ¿Qué pasa en lo íntimo? ¿Por qué se crean esas relaciones de poder? ¿Por qué el sexo es de repente un elemento con el cual ejercer miedo?
Está pasando algo interesante, muchos hombres se están haciendo preguntas, sobre si cuando eran adolescentes y salían con sus colegas, igual sí hacían coñas de “a ver si la emborrachamos para que caiga”, o “si una tía te decía que no te ponías súper pesado y acababas llamándola guarra”. Donde hay que profundizar es en que tiene que haber un cambio de paradigma, y si tenemos que estar un tiempo siendo en el ámbito de lo íntimo más delicados, seámoslo. Si como hombre tienes que hacer unas preguntas que no te apetece hacer, no pasa nada porque las hagas.
¿De ahí al “aliado feminista” que le pregunta a uno de los personajes de la serie si puede besarla antes de hacerlo?
Justo. Ese es como el único guiño. Me preguntan si he hecho una serie feminista, y pienso que no. He hecho una serie con mi mirada, que está atravesada por la perspectiva de género, sí. Pero la serie no te dice lo que está bien y lo que está mal. No es moralista, no se habla de feminismo, los personajes no son feministas. Hacen lo que pueden. Pero sí me apetecía hacer un chiste en el momento del aliado feminista. Los personajes masculinos también se recolocan en la serie, tienen capas y realizan su propio viaje.