En un momento de desconcierto como el actual, con un panorama tan variable y difícil de pronosticar como el del coronavirus, la fecha de caducidad de los contenidos que presentamos los medios parece hacerse cada vez más efímera. Esa preocupación continuada sobre la vigencia de lo que hacemos la comparte también Mercedes Milá quien, sin embargo, se ve con la fortuna de estar un programa capaz de encontrar su percha en la actualidad aunque no se hubiera pensado previamente.
Los reportajes que realiza en Scott y Milá “no se hacen viejos”, algo que achaca a la capacidad de observación minuciosa de su equipo, que “controla muy todo lo que puede ser incorporado si fuera necesario”. Así, estas cuatro nuevas entregas con las que regresa a #0 este domingo 11 de octubre resultan paradójicamente apropiadas para estas fechas, por más que hubieran sido pensadas con antelación a la nueva normalidad impuesta por la pandemia mundial. La familia es el primero en ver la luz, un tema para el que ha decidido mostrar también el ejemplo de su propio núcleo, con hermanos y sobrinos, además de dar cabida a otras realidades muy diversas. La oportunidad de dar cabida a hermanos y sobrinos, valora, “hace que te acerques a la gente”: “Te acercas a las personas que solo conocen a quienes salen en la tele”.
En su conversación con Vertele hay espacio para hablar de cómo percibe el cambio social tras los meses de confinamiento, pero también para reforzar sus ideas sobre la gestión política al respecto: califica de “óptima” la respuesta del ejecutivo central liderado por Pedro Sánchez y, como hiciera hace justo una semana con Cristina Pardo en laSexta, destaca la confianza depositada y revalidada en Fernando Simón, cuando aún está reciente la emisión de su aventura en Planeta Calleja, otra producción de Zanskar como su programa. El programa de su amigo y productor es un “reflejo de los medios de comunicación que tenemos”, unos medios que siguen produciendo contenidos que no se agotan para Milá, que nos habla de lo mucho que ha calado en ella el reciente estreno de Patria en HBO.
Para ella, el estado del sector es saludable, aunque rehúsa hacer diagnósticos o proyecciones: “Nunca he sido partidaria de hacer análisis de futuro de la televisión, sino estar por intuición alerta”.
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Vuelve 'Scott y Milá', que estaba grabándose según arrancó el confinamiento. ¿Ha sido fácil retomar la normalidad del trabajo?
Como es un programa que no va seguido durante todo el año, sino que se interrumpe durante x meses, esa práctica ya la tenemos. No nos ha costado nada volver a tomar la normalidad de las grabaciones. De hecho, ya estamos en ello. No sé si es que somos pocos, o si es un equipo que no requiere mover a mucha gente. No podemos viajar mucho como antes, no podemos salir fuera porque está la cosa complicada, pero no nos ha costado un gran esfuerzo, la verdad.
¿Hasta qué punto ha servido para replantearse lo que se pretendía abordar en el programa en las entregas que estaban en marcha y ahora se estrenan?
Eso ya nos pasó. Quieras que no, han pasado meses desde el principio del covid. En esta ocasión no hemos tenido que hacer ese cambio de planes, porque en todos los temas que llevamos se puede incorporar. En cualquier momento, si fuese necesario, se puede incorporar cualquier cosa relacionada con el covid. Lo hemos hecho expresamente para que no nos coja el toro.
Es cierto que ya solo leyendo el epígrafe de cada reportaje que componen esta tanda, reconocemos temas que pueden adscribirse a lo que han sido nuestros últimos meses: “familia”, “animales”, “bailes”...
Sí, eso nos parecía. La familia era y es un pilar fundamental en este momento de pandemia, algo muy importante. Por eso quisimos hacer un tema completo de eso. Además la familia en España, como en Italia, se une y se ayuda cuando hay momentos difíciles, y aquí ha pasado eso. La gente se ha tenido que encerrar en casa para bien, pero también para mal, porque luego sale de todo.
Aquí salen desde la familia que ha podido convivir estupendamente, que han aprendido mutuamente y ha resultado muy interesante; como los casos más insoportables, en palabras mayores, cuando se trata de malos tratos tanto a niños como a mujeres, y donde ha sido muy difícil de llevar. Si tienes una casa con muchos conflictos, si los cierras, estos explotan, y eso lo que ha pasado. La familia era un tema que caía por sí mismo, que parecía que tenía que estar, su sitio como lo estaba teniendo la pandemia.
Se habla en el reportaje de la familia como construcción cultural para la supervivencia, pero también hay que saber sobrevivir a esa nueva situación. ¿Cómo dirías que ha evolucionado o cambiado nuestras relaciones familiares durante estos meses, tras hacer el programa?
Podría parecer que vivir en casa de tus padres es un agobio, porque sientes que ya no estás para eso, pero tú has visto otros padres y ellos a otro hijo. Vas aprendiendo mucho: cuando te vuelves a encontrar con alguien con quien ya no vivías y te ves obligado a convivir, también tienes que cambiar muchas pautas, y muchas maneras de tratarles. Tienes que armarte de paciencia. Hay muchas formas que cambian, y todo eso no se ha analizado lo suficiente. Ya verás que alguien saldrá escribiendo un libro de eso. Lo que hemos encontrado al respecto ha sido muy interesante y ya te digo se podría escribir de ello, eso desde luego.
En ese sentido, ¿ha sido complicado, no ya en lo logístico sino en lo emocional, con el hecho de exponer tu relación con los tuyos?
He sido siempre una persona muy precavida y jamás les he querido meter en líos, pero en esta ocasión me parecía que era importante que se viera, que enseñáramos cómo vivimos nosotros, cómo se ha vivido esa crisis, cómo se vive en general en una familia tan grande. Mis hermanos y sobrinos han sido muy generosos y han aceptado colaborar, y eso hace que te acerques a la gente, te acercas a las personas que solo conocen a quienes salen en la tele, sea Lorenzo o sea yo. Es bonito compartir un programa con tu familia, me ha emocionado mucho ya desde el origen de Scott y Milá, porque es casi habitual que miembros de mi familia salgan, y eso me gusta.
¿Cómo es enfrentarse al otro lado, a los casos más duros? ¿Qué se siente al abordar esa otra realidad negativa que nos ha dejado el coronavirus, en términos de violencia machista, por ejemplo?
Estuve hablando con Ana Bella, que es quien más ayuda a las mujeres maltratadas tanto en España como fuera, y ella pedía socorro en medio de la pandemia por lo que estaba pasando en algunas familias. Eso era casi de cajón que iba a pasar, porque si estás viviendo en el mismo piso que tu marido que te maltrata y no tienes escapatoria al no salir a la calle, tienes que llamarla a ella, a la policía o lo que haga falta.
Cuando llega la supervivencia, la familia como núcleo cobra toda su importancia, y es cuando hay gente que admite volver a formar parte de la familia por esa supervivencia.
Justo se habla del vínculo que creamos en un momento en el que el enfrentamiento político no cesa, y lo estamos viviendo ahora mismo en la Comunidad de Madrid. Ante esa necesidad de supervivencia que buscamos, ¿cómo percibes la situación?
Yo creo que para lo que es la pandemia, a mí me parece que el trabajo realizado por el gobierno ha sido óptimo para proteger socialmente a la sociedad. Es decir, si no fuera por las medidas tomadas esto sería Troya. De momento mucha gente está saliendo adelante porque hay una cobertura social. Si no fuera por eso, no habría manera de sobrevivir.
Uno de los principales símbolos de esta gestión gubernamental ha sido Fernando Simón, a quien defendiste recientemente en televisión. Precisamente fue muy cuestionado por hacer un programa con tu productor, Jesús Calleja en 'Planeta Calleja. ¿Por qué crees que se sigue viendo la exposición televisiva como algo tan negativo?
No creo que la mayoría de la gente lo vea como algo negativo, sino al contrario. Hay grupos que pueden considerar que no es acertado, pero no pertenezco a esos grupos. Me gustó mucho el programa, me hizo conocer a Fernando Simón y confiar más en él, y eso se lo agradezco a Jesús Calleja.
De eso se trata en Planeta Calleja, de poner a las personas en situaciones distintas a las habituales para verles desde otros prismas. A mí me parece que Fernando Simón es un grandísimo epidemiólogo y un médico extraordinario, y en su semana de vacaciones -que tenía derecho a hacerlo- se fue con él a hacer el cabra y a divertirse y a explicar cosas muy importantes. Todo eso me parece muy grande como reflejo de los medios de comunicación que tenemos. Que si no los tuviéramos como los tenemos, no hubiera sido posible.
¿Quizás falta cultura televisiva también por parte de la clase política para humanizarse, más aún en momentos como este?
Claro, eso es importantísimo. Pero sus gabinetes de marketing son los que en general los frenan. Si no fuera por ello, actuarían de otra manera.
La incertidumbre nos ha llevado a tener que vivir en el presente y no poder pensar a largo plazo, al menos durante una buena temporada. En término de contenidos culturales, de programas, algún periodista hablaba de que cada vez la caducidad es más rápida. ¿Cuesta afrontar en ese sentido un programa de televisión como 'Scott y Milá', por el temor de que pueda cambiar drásticamente la situación en poco tiempo?
Ese temor lo tengo metido en el alma porque lo tengo de vieja periodista. Pero, y esto que te cuento es muy bonito, resulta que cada vez que estrenamos el programa, tanto ese como los tres siguientes acaban teniendo una percha en la actualidad aunque nosotros no se la hayamos dado. No me preguntes por qué, quizás porque la observación de la sociedad por nuestra parte ha sido minuciosa, pero es así. El programa de Roma llegó justo cuando empezaba la pandemia, por ejemplo...
Yo ya me despreocupo de eso, antes sí me preocupaba mucho. “Y envejeceremos”, solíamos decir. Pues no, los programas no se hacen viejos, y creo que no se hacen viejos porque están muy bien y porque el director del programa controla muy todo lo que puede ser incorporado de actualidad si fuera necesario. Tener a David Moncasi de director de tu programa es un chollo como una catedral. Doy gracias todos los días.
Y sin dejar lo televisivo, ¿cómo se encara el futuro del medio en esta tesitura? ¿Habría espacio en 'Scott y Milá' para preguntarse por ello?
Estoy tan impresionada y emocionada con Patria, que no hablo de otra cosa, y espero que la televisión siga haciendo productos de tantísima calidad en estas plataformas benditas que son las que nos están preparando el futuro. Nunca he sido partidaria de hacer análisis de futuro de la televisión, sino estar por intuición alerta. Y en esas estoy.