Netflix despedía 2019 con el estreno de El Vecino, la serie española que adapta los tebeos homónimos de Santiago García y Pepo Pérez, y que está dirigida por Nacho Vigalondo. Una traslación del cómic a la pequeña pantalla que protagonizan Clara Lago y Quim Gutiérrez, quien interpreta a Javier, un tipo con tan mala suerte que no consigue que su vida vaya a mejor ni cuando desarrolla superpoderes. “Es disfrutón. Es un descerebrado, un desgraciado que tiene una vida de mierda pero también un ego muy bien colocado”, explica a VERTELE el protagonista de esta producción dirigida por Nacho Vigalondo.
Junto a él, Adrián Pino da vida a José Ramón, el “Sancho Panza” que le ayudará a medir sus fuerzas y a ocultar su nueva faceta de superhéroe. “Soy el responsable, el tutor legal de este señor, pero a la vez lo estoy disfrutando mucho”, reconoce el actor, que se dice tener la impresión de que cada vez se van a hacer más series basadas en historias de cómic.
Como amante del género, el actor (visto en Malviviendo o Allí abajo) no entiende que esta historia no haya llegado antes a la pequeña pantalla. “¿Por qué se intenta comprar los derechos de obras extranjeras teniendo aquí esto tan fuerte?”, se pregunta, que pide que las adaptaciones no sean literales porque, a su parecer, “no suelen salir bien”. En lugar de ello, Adrián propone entrar en el mundo del cómic para tomar algunos elementos, algunas ideas, y añadírselas a un producto que sea distinto.
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“Si solo hay superhéroes hombres, el mensaje queda ahí”
La historia de El Vecino quizá no sea lo que buscaría Clara Lago en el catálogo de Netflix. A la actriz no es particularmente fan de los superhéroes, pero esta serie sí le interesó desde un primer momento. “Quise hacer la prueba de casting por lo poco que sabía del proyecto en ese momento y por el hecho de poder trabajar con Quim y con Nacho [Vigalondo]. Eso era un gran aliciente. Hice dos pruebas con Quim y fue un sí”, recuerda Clara, que interpreta a Lola, la novia del protagonista.
La serie también sedujo a Catalina Sopelana, que se sintió muy atraída por la idea de interpretar a Julia. “Fue una gozada porque a todo el mundo le gusta interpretar a alguien que es muy libre. No todos lo somos tanto. Me gustó poder hacer un personaje tan alejado de los clichés y los encorsetamientos que hay, sobre todo siendo mujer. Ojalá se sigan escribiendo personajes así, porque hacen falta”.
Se suma a esta petición Lago, que considera que “cuanta más paridad haya en representación de género, mejor”. “Si solamente estás viendo a superhéroes hombres, aunque sea ficción el mensaje está ahí detrás. Esa figura de salvador, de fortaleza e incluso bondad y generosidad, ese nivel de importancia parece que está excluido para el mundo de las mujeres”.
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Un retrato generacional que “dignifica a través del carisma”
Si algo comparte el cuarteto al frente del reparto es la visión “precaria” de la generación a la que representan: no en vano, Javier (alter ego de Titán) malvive diseñando camisetas y trabajando en un bar, y su amada es una periodista con temor a ser despedida.
El superhéroe (hombre) de la historia, Gutiérrez, no cree que El Vecino ofrezca un retrato generacional crítico. “Creo que es realista. Hay cierta crítica, pero creo que hay una dignificación a través del carisma. Porque el universo de los personajes de El Vecino es carismático. Es apetecible a pesar de la precariedad de la que habla. Te gustaría estar de botellón en casa de Julia con las chorradas que ella monta, te apetecería ver el piso de Javier, jugar a su Play Station y acabar en el bar de la mugre de Adolfo. Hay algo de ese barrio que es enigmático y resulta molón siendo lo menos molón, a priori, del mundo”.