Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, creadores de 'Vergüenza': “Ser verosímil desde un lugar inverosímil es el 70% de nuestro trabajo”
La tercera temporada de Vergüenza llegó el 14 de febrero a Movistar con un ingrediente inesperado: el thriller. La comedia protagonizada por Javier Gutiérrez y Malena Alterio ha combinado en sus nuevos episodios el 'bochorno' que la caracteriza con un toque policíaco hasta ahora inédito.
Mezclar estos dos géneros sin que la serie pierda su esencia ha sido el gran reto de sus creadores, Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero, como así reconocen en esta entrevista con Vertele. “La escritura fue un reto porque teníamos que pasar de un concepto muy claro como es la fama nacional a una historia policíaca haciendo una transición que no se notara y que, a su vez, fuese divertida y tuviera una identidad por sí misma. Siempre intentando hacer gracia y dar vergüenza, así que teníamos todo lo que se puede plantear uno”, explica el primero.
Su compañero, por su parte, llegó a tener dudas sobre si la ambición inicial se traduciría en un resultado satisfactorio: “Tenía la preocupación de si íbamos a saber transitar por todos estos elementos de una manera orgánica, sin que la serie se desnaturalizara y cogiera un tono diferente, porque no hubiera sido lo deseable”. El resultado, a su juicio, ha acabado por ser satisfactorio. “Cada capítulo va mejorando al anterior en cuanto a tensión y a que el nudo cada vez se va haciendo más estrecho sobre Jesús y lleva a un final imprevisible. Con lo cual, qué más queremos. Estamos bastante contentos”, afirma Fernández-Armero.
Con tres temporadas a sus espaldas, Vergüenza es la serie más longeva de Movistar. Su universo, por tanto, es el que más recorrido ha tenido hasta el momento de entre todas las producciones originales de la plataforma. A ello ha contribuido una apuesta por la comedia desde lo dramático, como explica Cavestany: “Lo cómico es el añadido, pero la base tiene que ser una progresión dramática en la que haya cosas en juego de verdad”. Así se explica que el personaje principal, Jesús Gutiérrez, comience esta tercera temporada convertido en el hombre más odiado de España.
“Verosimilitud es respectar el pacto con el espectador”
Un punto de partida tan dramático como verosímil conociendo al personaje. Y precisamente esa verosimilitud es “la clave de todo” en Vergüenza, según Fernández Armero. “Hemos buscado la verosimilitud desde el principio, pero no vale solo con ser verosímil, tienes que serlo desde un lugar inverosímil, valga la contradicción, que no lo es tanto. Es una alquimia difícil que a veces no conseguimos . Una veces hemos renunciado a cosas porque no merecía la pena sacrificar la verosimilitud de la historia por un gag y otras nos hemos quedado con la duda de si nos habíamos quedado cortos”, comenta el guionista, para el que esa búsqueda de la verosimilitud desde lo inverosimil es “el 70%” de su trabajo y el de Cavestany como guionistas.
“Lo que llamamos verosimilitud equivale al pacto que hacemos con el espectador cuando planteas la serie. Este el personaje, su mundo y las reglas de la comedia que estamos haciendo. Quizá verosimilitud es sinónimo de respetar ese pacto”, apunta a su vez Cavestany, que sitúa a los personajes de Óscar (Vito Sanz) y Nuria (Malena Alterio) como esenciales en este sentid: “Tienen el trabajo de ser parte de un mundo creíble y que sirva de mirada del espectador, porque el espectador ver mucho a Jesús Gutiérrez a través de su mujer y su compañero de trabajo”.
A través de ellos, y del resto de personajes de la serie, Vergüenza ha abordado temas que importan a sus creadores, como ha sido el trabajo, la precariedad, la autoestima o la paternidad. “Siempre ha habido miradas a temas de la vida cotidiana, de nuestra generación y de nuestro momento”, señala Cavestany. Al respecto, el guionista reconoce que “lo que más ha trascendido de la serie es la sensación de incomodidad al verla”, pero lo que tanto él como Fernández-Armero querían era “contar los temas de los que habla cada temporada”.
La fama en el caso de esta tercera, que desemboca en “una reflexión, creemos que relativamente fundada, sobre la idea de la vergüenza”, según Cavestany, que añade: “Esto no es un documental, pero nos hemos preguntado en qué consiste la vergüenza de la que trata esta serie y hasta dónde puede llegar su protagonista.”