La Unión Europea de Radiodifusión (UER) siempre ha abogado porque Eurovisión no sea politizado, y que ningún conflicto de ese tipo pueda “dañar” la competición y “erosionar” la marca. Justo lo que está ocurriendo con la postura de Israel para su edición del 2019.
Después de que Netta se alzase ganadora con su tema “Toy”, Israel será la sede del Festival el próximo año, y mantiene dos exigencias que no gustan a la UER: que Eurovisión 2019 se celebre en Jerusalén y que la final se traslade al domingo para respetar el shabat.
La ministra de Cultura y Deporte del país, Miri Reguev, ha concedido una entrevista al diario Jerusalem Post en la que llega a amenazar a la UER con la postura que podría adaptar su Gobierno, advirtiendo de que “si Eurovisión no se puede celebrar en Jerusalén, no seremos los anfitriones”.
Reguev ha denunciado que la UER “no puede decidir dónde Israel celebrará Eurovisión”, incidiendo en la inversión económica: “Eurovisión cuesta a Israel 50 millones de shékels [en torno a 12 millones de euros]. Está diseñado para hacer publicidad del país, es un show musical bello que trae aquí a todos los países. Personalmente, creo que si no es en Jerusalén, sería un error invertir esos fondos públicos. Jerusalén es la capital del Estado de Israel y no debemos avergonzarnos de ello”.
La UER se enfrenta al márketing político de Israel
La postura de la ministra Reguev se corresponde con la del gobierno israelí, que en los últimos meses ha potenciado sus iniciativas de márketing para que se reconozca Jerusalén como su capital. Donald Trump les apoyó trasladando la embajada de EEUU a la ciudad, pero recientemente se han llevado un revés después de que la selección argentina de Messi haya cancelado un amistoso que se iba a disputar en Jerusalén.
En medio de esa tensión política por el conflicto con Palestina, la UER se mantiene firme, aclarando que “ni la fecha, ni la ciudad anfitriona han sido confirmados aún”, y pidiendo a Israel que presente al menos dos posibles sedes, para poder elegir otra que no sea tan conflictiva ni potencialmente peligrosa.