La noticia saltaba a las 10:30 horas de este domingo: Luna Ki renuncia a participar en el Benidorm Fest al no poder utilizar 'autotune' durante su actuación. Desde el equipo de la cantante justificaban la decisión diciendo que Voy a morir, la canción con la que Luna Ki aspiraba a representar a España en Eurovisión, “ha sido compuesta con dicha herramienta y su sonoridad y timbre son partes imprescindibles de su interpretación”, por lo que, al no poder utilizar 'autotune', abandonaban la preselección eurovisiva.
Al mismo tiempo, TVE aseguraba que el uso de esta conocida tecnología de software de modificación vocal había sido “desestimado por normativa europea en el Festival de Eurovisión”. Ahora bien, ¿qué dice exactamente esa normativa?
A lo largo de su historia, el Festival de Eurovisión ha ido introduciendo y modificando normas que atañen a las actuaciones de los participantes. Un punto de inflexión se produjo en la edición de 1999, cuando la organización del certamen decidió que ya no habría música en directo. Desde entonces, los instrumentos suenan como una pista pregrabada, pero no así las voces, que deben seguir sonando en directo.
Bien claro le quedó esto último a Doris DragoviÄ, representante de Croacia, que después de aquella edición fue sancionada con la pérdida del 33% de los puntos por incluir coros masculinos pregrabados durante su interpretación de Marija Magdalena.
La sanción apenas tuvo consecuencias inmediatas sobre la candidatura croata, que mantuvo el cuarto puesto conseguido durante la final y pudo participar en la edición del año siguiente, pero sí dejó clara la postura de Eurovisión con respecto a las voces pregrabadas. Postura que el certamen resume actualmente en una norma: “todas las canciones se interpretarán en vivo en el escenario con una pista de acompañamiento grabada”.
Eso sí, esa pista de acompañamiento debe cumplir unos requisitos, y aquí es donde entra la prohibición del 'autotune' que ha forzado la renuncia de Luna Ki, porque uno de los puntos a respetar es el siguiente, como se puede leer en las reglas oficiales del certamen:
- “La pista de acompañamiento puede contener coros, pero no puede contener la voz principal, el doblaje principal ni cualquier otra voz que tenga el efecto de reemplazar o ayudar indebidamente a la voz principal durante la actuación en directo sobre el escenario”.
La frase que justifica la postura de Luna Ki
Por lo tanto, la norma no habla concretamente del 'autotune', pero como el 'autotune' es una herramienta conocida por modificar y distorsionar la voz real del artista que la utiliza, Eurovisión prohíbe su uso acogiéndose a la normativa citada. Sin embargo, la normativa con respecto a las voces en directo y las voces pregrabadas sufrió una importante modificación de cara a la edición de 2021, cuando la organización del festival decidió que los coros podían ser regrabados e incluidos en la pista de acompañamiento.
Eurovisión tomó entonces esta decisión “por una prueba de un año” dadas las circunstancias de la pandemia, pues con ella buscaba reducir los costes y el número de miembros por delegación desplazados a Róterdam. Sin embargo, desde la organización del certamen también se defendió este cambio como una forma de ofrecer a los concursantes “la posibilidad de explorar nuevas ideas creativas”, “aumentar la diversidad de las actuaciones” y “facilitar la modernización” del festival.
También de “permitir a los compositores y productores presentar su trabajo lo más cerca posible de su composición original”, que es lo que precisamente defiende Luna Ki para justificar el uso del 'autotune' durante su actuación. Sin embargo, Eurovisión aún no está por la labor de cruzar esa línea, pues como dijo entonces Martin Österdahl, supervisor ejecutivo de Eurovisión, “al hacer el cambio de regla, mantener la autenticidad y la equidad siempre ha sido una prioridad”. Y en esa apuesta por la autenticidad, el 'auto-tune' no parece que ahora mismo tenga cabida.