De plena actualidad por el estreno de Ant-Man y la Avispa, Evangeline Lilly ha aprovechado el tour promocional para hablar de su agridulce experiencia en Lost, la serie que le granjeó la popularidad. La intérprete ha explicado los puntos oscuros de su paso por la icónica serie, que se podrían resumir en una “pérdida de control” sobre el personaje.
Sus quejas, que publica The Independent, tienen que ver en buena medida con las escenas de desnudos que hubo de protagonizar. “En la tercera temporada, tuve una mala experiencia en el set, en tanto que me acorralaron para hacer una escena en la que saldría semidesnuda”, cuenta. “No tuve elección. Estaba mortificada y temblando, y cuando terminé acabé llorando. Tuve que recomponerme para hacer otra escena a continuación”.
“En la cuarta temporada, surgió otra escena en la que Kate se desvestía y luché por controlar la escena, pero no lo conseguí. Así que me planté. Les dije que escribieran lo que quisieran, que no lo haría, que no volvería a quitarme la ropa en la serie. Y no lo hice”, recalca. Desde entonces, añade, rechaza cualquier proyecto en cuyo guion se plantee cualquier forma de nudismo.
Expresa su “repulsa” por la evolución de su personaje
Lilly también reprocha la construcción de Kate, a la que califica de “repulsiva”. “No fue así desde el principio, entonces me gustaba. Pero a medida que la serie continuó, se hizo más predecible. Pasó de ser autónoma, teniendo su propia historia y objetivos, a estar persiguiendo a dos tíos por la isla. Me molestó muchísimo”, reconoce. Esos dos hombres a los que se refiere son Jack (Matthew Fox) y Sawyer (Josh Holloway).
“Quería que fuera mejor, porque lo consideraba todo un icono para las mujeres por su fortaleza. Luché duro por coger lo que me dieron y estar demostrándolo siempre, porque tuviera sus propias opiniones, por rehacer las escenas en las que pudiera parecer quejica y hacer que dejara de serlo”, indica.