Los cambios en Mediaset no sólo han sido visibles y comprobables por los espectadores en los programas y cadenas del grupo. También se han producido a nivel interno, alcanzando a la forma de organización del espacio físico y la relación entre empleados y responsables. El nuevo presidente Borja Prado, al que este mismo miércoles el grupo relegó sólo a responsabilidades institucionales por sus interferencias en la labor del consejero delegado Alessandro Salem, quiere mantener las distancias y diferenciarse de sus trabajadores.
Según ha sabido verTele, Borja Prado ha querido aislarse del resto de las oficinas y redacciones de la sede de la compañía junto a la carretera de Fuencarral. Y para ello, se ha construido un 'súper despacho' al que solo puede accederse introduciendo en la puerta una clave numérica que cambia cada día, por lo que algunos lo denominan 'el búnker'. Una contraseña que sólo llega a los directivos y personas del grupo a los que concede permiso el presidente.
Esta nueva área privada que se ha habilitado para el uso personal de Borja Prado está situada en el mismo edificio -pero en otra planta- en el que se encuentra el despacho de Alessandro Salem, el nuevo CEO de la empresa que sustituye a Paolo Vasile y “el que han mandado de Italia”, como él mismo se definió. Mientras la propia mujer de Borja Prado se ha encargado de decorar ese nuevo 'súper-despacho', algo que hace siempre para que los distintos despachos en las empresas sean similares entre ellos; Salem sí ha mantenido la misma infraestructura, en el mismo despacho e incluso con los mismos muebles que dejó Vasile, como ya estaba antes, hasta el punto de que aún hay alcayatas colgadas sin los cuadros que decidió llevarse Vasile. Pero sobre todo, sin hacer inaccesible su zona.
Para adaptar el espacio a las exigencias del presidente de Mediaset ha sido necesario, primero, ocupar toda una sección que antes se destinaba a la redacción de distintos programas. Se ha desalojado ese espacio, y a los redactores y empleados se les ha destinado a “Las caracolas”, que es como en Mediaset denominan a los pabellones prefabricados que están junto a la zona del aparcamiento de la sede, y que han sido objeto de disputas porque no están completamente acondicionados para las condiciones extremas del verano o el invierno, sea por calor o por frío y lluvia.
Segundo, una vez vaciado el espacio, se ha tenido que hacer una obra para poder adaptar la zona de acuerdo a las necesidades de Borja Prado. Para ello ha sido necesaria una reforma, que según explican distintas fuentes a verTele ha sido muy costosa alcanzando los cientos de miles de euros.
¿Pero por qué tan costosa, por qué algunas fuentes la sitúan en unos 300.000 euros? Porque la nueva área privada del presidente de Mediaset tiene cocina y cocinero propios, y comedor privado, además del despacho. Hasta ahora, todo el personal del grupo se alimentaba en el famoso comedor de Mediaset, en el que sí había distintas áreas pero todos coincidían. Ahora, Borja Prado ha querido tener su propio comedor y su propia comida, con cocinero personal a su disposición. Una circunstancia que no es ni tan siquiera conocida por muchos de los trabajadores, acostumbrados a ver a los directivos en su mismo comedor.
Mediaset refuerza a Salem y arrincona a Borja Prado
Como ya explicó elDiario.es en este perfil, Borja Prado es un hombre de la jet y el Ibex que desde que fue nombrado presidente de Mediaset intentó vender que él era quien mandaba en la compañía y que estaba detrás de su giro ideológico a la derecha para aproximarse al PP. Algo que en apenas medio año le había provocado un enfrentamiento con Alessandro Salem como máximo responsable de la propia empresa y representante de la matriz italiana. Un duelo que la compañía resolvió este miércoles, dando todo el poder a Salem para convertirle en su “nuevo Vasile” y relegando a Prado sólo a responsabilidades institucionales.
Prado fue nombrado presidente de Mediaset España en febrero de 2022, sustituyendo a Alejandro Echevarría tras 26 años como dirigente de la compañía. A finales del 2022, con el adiós de Vasile y la llegada de Salem como CEO ya en este 2023, la empresa ha intentado paliar su crisis de audiencias con cambios de calado tanto visibles como no, siendo el más polémico la decisión de prescindir de Sálvame y apostar en la tarde por Ana Rosa Quintana.
Mientras Salem sí está tomando decisiones en el día a día y es el responsable que da la cara y se reúne con productoras, presentadores y rostros de la cadena; Borja Prado mantiene un perfil más oculto y sombrío, a base de filtraciones e informaciones con las que intenta marcar el rumbo de la compañía, incluso cuando no cuenta con el beneplácito de los jefes de la matriz italiana. Por ese motivo la empresa ha aclarado el rol de cada uno, depositando toda la confianza y el poder en Alessandro Salem.