Secret Story se estrenó como un spin off de Gran Hermano, totalmente inspirado en su formato pero con una importante novedad: todos los concursantes entraban con un secreto que debía adivinar el resto. Si lograban esconderlo tendrían recompensa.
Sin embargo, con el paso de las semanas, lo que parecía que iba a ser una característica jugosa, ha acabado pasando a un segundo (o tercer) plano en el que ya casi ni se habla de esa información que deben proteger a capa y espada.
Y es que, si todos empezaron con una esfera que representaba su secreto mejor guardado, en la que podía haber miles de euros y que quien lo adivinara podía quedarse con ella, en la actualidad ha desembocado en una casa con la mitad de participantes sin esfera.
El hecho de no tenerla impedía, esta noche, que cuando Jordi González anunciaba que se abría el pulsador para que uno de ellos corriera a intentar apostar por el secreto de alguien, nadie se levantara (ni siquiera hiciera el amago): “Si quieres voy yo pero no tengo esfera. La mitad de la casa está igual. Estamos más secos que la mojama, decía Luis Rollán.
Una mecánica que ha quitado la ilusión a los espectadores de intentar relacionar lo que sabemos con cada inquilino y la emoción de los propios protagonistas que ven que aunque guarden bien el secreto y adivinen el de otro, no obtienen recompensa.
Las lágrimas de Julen por nominar a Isabel Rábago
En la entrega también explicaron a los concursantes que Luca, Adara y Lucía no eran los nominados de esta semana. Es decir, Adara y Lucía sí, pero había otro tercer nombre en la lista.
Jordi González dio paso al vídeo en el que se escuchaba a la organización decirle a Julen y Luca que podían salvar a alguien de la nominación a cambio de otro nombre. Por lo que sacaron al italiano y añadieron a Isabel Rábago. Al verlo, el viceverso se echó a llorar: “Llevo tres días fatal. Le quiero pedir perdón a Isa y he llegado a la conclusión de que me tendría que haber metido a mí mismo sin perjudicar el concurso de nadie”.
Un arrepentimiento que Rábago aceptó pero no compartió: “Él no tiene que pedir perdón, esto es un juego. Sabíamos que había pasado algo. No te arrepientas de nada”.
Además, el programa también mostró los porcentajes ciegos de las verdaderas nominadas, entre los que destacaba un 59% de una de ellas, mientras que la siguiente reunía un 35% y la otra tan solo un 4%.
La vida de una “WaG” según Cristina Porta
También emitieron imágenes en las que Cristina Porta recordaba a su ex pareja, el futbolista Borja Mayoral. Junto a él estuvo un tiempo, pero en la casa explicó a Adara la razón de su ruptura:
“Es súper complicado estar con un futbolista. No soy capaz porque tienes que seguirle, no puedes ser egoista porque siempre va antes él”, lamentó.
Además, aseguró que ese deporte requiere de “alguien al lado que viva por y para ti. Las novias de futbolistas son muy generosas, y yo estoy enamorada de mi trabajo, por lo que no estaba dispuesta”.
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