Desde la tribuna “sin filtros” que le ofrece semanalmente laSexta Noche, Ferrán Monegal criticó duramente a Televisión Española por la cobertura de las manifestaciones de los jubilados por las pensiones dignas. El veterano crítico televisivo cuestionó el trabajo de los servicios informativos de la cadena pública, por dar una imagen de los manifestantes como “vándalos”. “¡Qué canallada!”, exclamó.
“El papel de las televisiones es dar visibilidad a un problema que no es político. [Los jubilados] no están haciendo política. Es un problema transversal. Una cadena de televisión tiene que informar de ello, primero porque es noticia, y segundo, por responsabilidad periodística y decencia informativa”, exponía su tesis el periodista cultural, que procedía a realizar su particular autopsia al tratamiento informativo de en la primera cadena.
“No conectaron en ningún momento por la mañana. Todas las televisiones estaban conectando con sus periodistas”, dijo, y enumeró los temas que se comentaron en La mañana de La 1 del 22 de febrero.
Entre ellos, destacó una pieza sobre un ladrón de farmacias, un reportaje sobre un “bodegón de merluzas” y, finalmente, la “exclusiva” de “los papeles del divorcio de Arantxa Sánchez Vicario”, con conexiones con Miami incluidas.
“No son jubilados, son vándalos que levantan las vallas”
“¿No había cámaras? Claro que sí, pero no emitían, grababan, como pasó con el 1-O”, recordaba Monegal. “Luego eso se manda a la redacción y allí se cocina y se prepara la historia para que la consumamos en el Telediario”.
Analizó entonces el enfoque de las piezas ofrecidas ese mismo día. En unas breves colas, centraban la información en los supuestos actos violentos que los manifestantes realizaron a las puertas del Congreso de Diputados. “La protestas ha conseguido bloquear el acceso a la cámara baja. Han sobrepasado el cordón policial”. Monegal mostraba su indignación: “No son jubilados, son vándalos que levantan las vallas. ¿Es la manera de tratar a los jubilados en la televisión pública?”, reflexionaba, antes de terminar su intervención con un “qué canallada”.