Este lunes, eldiario.es ha publicado en exclusiva las amenazas que un grupo de policías municipales de Madrid, a través de un chat de WhatsApp, ha proferido contra la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, y los periodistas de laSexta Ana Pastor y Antonio García Ferreras, así como a la cadena del grupo Atresmedia en su conjunto.
Entre los mensajes desvelados (algunos han sido omitidos al ser de muy mal gusto) se puede cómo un agente desea que “ojalá sea ella [en referencia a Pastor en el marco de los atentados de Barcelona] una de las víctimas la próxima vez. Ella y el indeseable de su marido”.
“Su familia primero, por favor” añade otro policía, mientras que un tercero comenta que “ojalá explote laSexta con todos ellos dentro y que ese día estén Pablo Iglesias y Rufián”. Un cuarto mensaje pide directamente “que tengan una muerte lenta y agónica”.
Después de que Ana Pastor mostrara su “preocupación y tristeza” por esta noticia, Ferreras ha reaccionado a la misma con contundencia en 'Al rojo vivo'. El presentador ha definido a los autores de estos mensajes como “una manada del odio pseudofascista”, haciendo hincapié en que estos policías son “gente armada” que “sigue en activo hasta ahora”.
Un agente del grupo de WhatsApp denuncia un delito de odio
eldiario.es señala que el grupo de WhatsApp cuenta actualmente con 115 personas, todas ellas agentes pertenecientes al turno de noche en la capital. Y si bien el chat nació para tratar y debatir aspectos puramente laborales, a raíz de los atentados de Barcelona y el proceso independentista, los ánimos dentro del mismo se han caldeado considerablemente. Tanto, que los agentes no solo se han dedicado desde entonces a criticar a políticos de izquierdas y periodistas, sino también a otros policías.
Uno de ellos ha denunciado ahora a algunos de los integrantes del grupo, a los que acusa de un delito de odio y amenazas. En su denuncia, presentada en una comisaria madrileña el 13 de noviembre, explica que comenzó a ser intimidado cuando reprochó que, siendo policías, sus compañeros utilizaran el chat para vertir estas descalificaciones y no para reivindicar mejoras laborales.
Unas intimidaciones que ya están siendo investigadas por un juez instructor, y que el denunciante achaca a su papel como delegado sindical de Comisiones Obreras. El grado de las mismas ha llegado un punto en el que este agente se ha visto obligado no solo a reforzar su seguridad personal, sino también la de su propia familia por miedo a posibles represalias.