Entre las citas surrealistas de First Dates, la de Vanesa y Abel ocupa ya una posición destacada.
La joven colombiana, que reside en Tarragona desde hace un año, dejó bien claras sus condiciones desde el principio. La primera de ellas, que no quiere más relaciones con “latinos” porque “no son fieles”; la segunda, que se mueve por dinero y quiere que la traten “como a una reina”.
Aunque confesó que “antes era muy materialista pero ahora ya no”, no tardó en llevarse la contraría. “Los españoles son muy fieles, cariñosos y tienen su tacañería, algunos son agarrados, pero lo compensan con otras cosas”, comentó.
“La parte monetaria va muy ligada del amor. ¿Vas a vivir feliz con un pobre arrastrado? No, no vas a poder vivir feliz. En cambio, si tienes un hombre que te trata bien y es cariñoso, pero es tacaño, tampoco vas a poder vivir feliz”, sentenció.
“Es muy viva, muy pícara”
Después llegó el momento de conocer a su cita. Cuando Abel entró al restaurante de First Dates, la cara de Vanesa cambió. “Si fuese feíto así como estaba, pero con la ropa bien, me hubiese atraído un poco. No sé cómo el pretende que puede salir conmigo. No es que yo me crea mucho, pero...”, reaccionó la colombiana en la entrevista posterior.
Sin saber qué opinaba ella de él, Abel la escuchó con atención y tomó nota. “Es muy viva, muy pícara”, comentó este catalán de 39 años. “Me ha dado a entender que en los primeros meses [de relación] pagaría yo, y luego habría algún día en el que pagaríamos a medias. No es ese el pensamiento de la mujer que yo quiero tener a mi lado”, agregó.
“Suena mal lo que voy a decir, pero es fácil de manejar”, dijo ella, pero él, lejos de dejarse llevar, se negó a entrar por el aro: “Te iba a invitar yo, pero ahora me lo estoy pensando”.