La política volvió a cruzarse en el camino de dos solteros de First Dates. Esta vez para mal, pues las diferencias ideológicas entre Manuel y Susana echaron por tierra lo que podía haber sido el comienzo de una bonita relación. De hecho, ella tuvo motivos de sobra para ser optimista durante la cita, pero su sorpresa llegó cuando descubrió que las respuestas de Manuel no habían sido del todo sinceras.
En lo que no mintió este pontevedrés de 46 años fue en su ideología, declarándose sin titubeos como una persona “muy abertzale”. “De extrema izquierda total”, subrayó para despejar cualquier tipo de duda. “Pues yo soy de extrema derecha”, respondió Susana para risa de ambos, como sabiendo la que se les se venía encima. Pero no, porque durante su cita coincidieron en poner el amor por encima de sus ideales políticos. Algo que, sin embargo, no impidió a Susana declararse simpatizante de Vox y de su líder, Santiago Abascal, al que se refirió como “mi Abascal”. “Tiene un polvo... Está muy bueno”, añadió esta abulense de 47 años.
Manuel, de profesión técnico de sonido, quitó hierro al asunto. “A mí me importa una mierda que seas de Vox. Está bien, es divertido. Daría mucho juego, muchísimo”, dijo pensando en una hipotética relación. Un compromiso que no llegará, porque a él en realidad sí le importaba que su cita fuese de Vox. “Me echa un pelín para atrás”, reconoció de primeras al equipo del programa. “El rollo de Vox me echa muchísimo para atrás. Muchísimo”, amplió poco después.
Y mientras, Susana a lo suyo. “En mi familia siempre han sido de derechas, de muy extrema derecha. Mi abuelo era de la guardia de Franco. En mi casa han sido muy franquistas. Mi madre y mi tío han mamado el Cara al Sol, y a mí eso siempre me ha llamado mucho la atención”, declaró a cámara antes de saber que su cita estaba ya sentenciada. Porque Manuel, por mucho que le pidiera un piquito y coincidiera con ella en señalar que habían conectado, ya había tomado una decisión sobre la misma. Y esa decisión no pasaba precisamente por tener una segunda cita, tal como quería Susana.
“No es precisamente lo que busco, sinceramente”, comentó mientras se enredaba en una serie de excusas que no convencían a Susana. “Es de extrema izquierda”, dijo ella, alto y claro, para señalar el verdadero problema que Manuel tenía con ella. A partir de ese momento, a él no le quedó más remedio que reconocerlo. “En casa sí va a haber perjuicios. Y tú lo sabes igual que yo”, declaró al respecto, dejando claro que la barrera ideológica era insalvable para él y que, por ello, Susana “no sería una pareja viable”. “Has sido un poquito falsete”, le recriminó su cita, que en cuanto pudo, puso fin a una velada que acabó con cierto grado de tensión en el ambiente.