En la quinta entrega de La casa fuerte, el despropósito de la mecánica del reality veraniego ya es un hecho y nadie entiende quién gana, quién pierde y lo peor de todo: a nadie le importa.
Desde que Jorge Javier Vázquez anunciara que le mostrarían a Fani todo lo que se había estado especulando sobre ella en los programas de Mediaset, con familiares asegurando que había ejercido la prostitución, la audiencia estuvo esperando a eso y el resto daba igual.
A sabiendas de ello, el espacio dejó para la 1 de la mañana el culebrón Fani y antes metió todos los juegos, discusiones y puntuaciones random para que la audiencia aguantara sin marcharse.
Leticia y Yola asaltan a Maite y Cristian y viceversa
Lo importante de la gala, en teoría era que la audiencia votaba quién se quedaba con los lujos de la casa: y ésta decidió que fuera Yola Berrocal y Leticia Sabater las que le quitaran esa suerte a Maite Galdeano y Cristian Suescun.
Pero lo extraño del asunto es que, la nueva pareja de televisivas llegó al grupo de residentes que entre todos se puntuaron y volvieron a sacar a la palestra a ellas dos para que estuvieran en peligro de perder sus comodidades. Algo obvio.
Y en un juego de meter bolas en agujeros - chiste fácil pero repetido hasta la saciedad por los presentadores- ganaron los familiares de Sofía Suescun que serán los que asalten la semana que viene a las que les acaban de okupar su lugar.
¿Se entiende? Pues así de extraño, obvio y sin sentido es todo.
Lo que pasa en la casa ya es secundario
El resto de vídeos resumen de la semana versaron en torno a las peleas entre Maite y Juani. Esta última descubrió que su compañera es una “falsa” y no quiere saber nada más de ella: “Las personas que me traicionan no quiero saber nada. Es falsa, no me la creo”.
María Jesús Ruiz apoyó a su madre: “Maite va diciendo que se tiene que comer la comida de la vieja esa (refiriéndose a Juani) cuando le dice a la cara que está muy buena”.
Y Maite se defendió, sin muchas ganas, asegurando que ella no le llamaba así.
Poco más ocurrió durante la noche, más allá de las puntuaciones que se dieron unos y otros.
Fani: “Les voy a demandar a todos”
Porque lo realmente importante, y lo sabía el programa, fue el desvelarle a Fani lo que estaba ocurriendo fuera del programa.
La apartaron del resto de compañeros y le mostraron los vídeos en los que su tía, algunos familiares más y compañeros de cadena, aseguraban que había ejercido la prostitución:
“Me acabo de quedar en shock”, confesó Fani a Jorge Javier. “A eso se dedicó ella en un chalet de Aravaca y yo la recogía y la llevaba pero nunca trabajé allí. Llevo trabajando desde los 14 años y nunca me ha faltado para comer. Y si me ha faltado, no se me han caído los anillos en pedir para comer”.
La concursante aseguró que todo lo que habían dicho tendrían que “demostrarlo en un juzgado” y enfureció: “A ver si me dejan salir mañana mismo a poner la denuncia. Yo le adoraba, para mí era como mi segunda madre” y añadió mirando a cámara, “me has recogido cuando el padre biológico de mi hijo me trataba como una basura y ahora estás diciendo eso de mí. Porque estoy yo aquí y tú no. No solo la voy a demandar yo, también Christofer” y pidió que su pareja le acompañara para contarle lo que había visto.
Antes de que él llegara, también aclaró que sus reuniones con clientes no tenían nada que ver con lo que habían insinuado: “Claro que me iba a a cenar con clientes pero porque era comercial de alarmas y tenía que reunirme cuando ellos podían. Y mi novio lo sabía”. Preguntada por la razón por la que estaba discutida con su tía: “Se enfadó por 50 euros guarros que le pedí. Me llegó una factura con una deuda de 50 euros que le correspondía a ella”.
Llegó Christofer y el programa volvió a mostrar el vídeo de lo que se había dicho de Fani, y él también negó todo: “No hacemos daño a nadie, estamos aquí para tener una casa y cuidar a nuestra familia. ¡Qué vergüenza!”, se lamentó el chileno.