ENTREVISTA VERTELE

El triunfador de El Puente se defiende de la acusación de “ruin”

Redacción

¿Qué supone para ti ser ganador de El Puente?

Para mí, aunque no hubiera sido ganador, el haber participado, el haber formado parte de un proyecto así es un privilegio. Me siento súper afortunado, la verdad. Creo que los 15 nos sentimos afortunados porque no es un reality al uso. Está a medio camino entre documental, serie de ficción y reality... Es algo muy especial. Así que haber participado simplemente es algo genial y haber ganado es... pues sí, te hace disfrutarlo de una manera un poco más especial, sobre todo la emisión, porque la experiencia es la misma

¿Qué te ha aportado a nivel personal esta aventura? ¿De qué manera te ha cambiado?

De muchas. Yo creo que nos ha cambiado a todos de una manera poco perceptible en el día a día, la verdad, pero que a largo plazo sí que se va a notar y aunque no lo notemos nosotros sí que lo vamos a llevar dentro siempre. Es que nos ha cambiado en la manera de... Sobretodo tanto la experiencia como esta oportunidad maravillosa que nos ha dado la vida de poder vernos en un espejo. Saber cómo actuamos, cómo reaccionamos, cómo discutimos, cómo nos reímos.... El poder conocernos un poquito mejor a nosotros mismos yo creo que eso es lo más importante en la vida y esto nos ha ayudado a eso.

¿Por qué crees que has sido tú el elegido?

Pues creo que hay una mezcla entre trabajo duro, que todos lo hicimos pero que yo agradezco a mis compañeros que me lo reconocieran, y el saber trabajar en equipo. Yo creo que esa ha sido la clave. Porque quizás en cuanto a trabajo había un empate técnico entre muchas personas, no sólo entre nosotros tres. Pero entre los tres que quedamos quizá el que mejor supo trabajar en equipo fui yo. Osea, sin menospreciar y sin cuestionar el trabajo de nadie. Yo creo que sí que me mantuve, y no por estrategia, yo me mantuve en ese equilibrio porque respeto mucho el trabajo y el esfuerzo de la gente. Yo creo que ahí dentro no todo el mundo lo hizo y eso más que hacerme ganador a mí, les hizo perder a ellos.

Desde que supisteis la mecánica para elegir al ganador, y hasta la misma final, Raúl y Jo mantuvieron que sin ellos no se habría podido conseguir. ¿Hubieras considerado justa la victoria de uno de ellos? ¿Por qué?

Por su trabajo sí, por su manera de llevar el concurso para nada, absolutamente no.

¿Cómo cambió realmente la aventura cuando os comunicaron que seríais vosotros los encargados de tomar la decisión final?

No desestabilizó, pero sí que hizo...sí que fue curioso la verdad. Fue entonces cuando se empezó a hablar de repartir, de quién se lo merecería y quién no por su trabajo. Entonces un poco si que hubo ahí un pequeño empujón de motivación para algunas personas en cuanto a trabajar y demostrar que nos íbamos a merecer repartir el premio. Yo creo que eso fue lo más importante.

Y luego, a nivel personal, en primera persona, a mí no me supuso ninguna estrategia porque yo en ningún momento quise hacer pacto ni estrategias. Después sí he oído comentarios de otras personas por ir pensando en votar a uno o a otro. Yo como en ningún momento se me pasó por la cabeza, a mí no me cambió. Creo que seguí trabajando igual que antes y con la misma motivación. Pero sí que puede ser que para algunas personas supuso una motivación extra de “bueno, pues si hablamos de repartir vamos a trabajar y vamos a demostrar que nos merecemos el premio”.

Tu decisión sobre Clyde fue muy comentada en la final, e incluso se te tachó de “ruin”. ¿Por qué decidiste hacerlo así? ¿Era realmente el que menos se lo merecía?

Sí, totalmente, a mí me parece un reparto en cuanto a Clyde muy no sólo justo, muy injusto. Es un programa de 24 horas, que no se ve en directo ni se ve todo el contenido, pero Clyde no se involucró en la mayoría de las tareas y no por unos problemas de espalda. Los problemas de espalda te impiden levantar troncos pero no te impiden desenredar cuerdas, cocinar, fregar... Estuvo todo el mes arriba en cocina y no ayudó a las chicas a cocinar ni a fregar un sólo plato. Cuando se exigía a Anita que bajara abajo que sólo había cocinado y Clyde se pasaba el día pescando, podría haber hecho otras tareas. No sé si fue por falta de motivación, porque se sentía desplazado del grupo por la edad o por el idioma o por qué pero Clyde como concursante para mí fue una gran decepción, sin duda.

Por otra parte, jamás hubiese dejado que nadie se fuera de manos vacías. De verdad, nos dejamos la piel literalmente en ese puente.

Resulta complicado plasmar en 8 piezas casi cinematográficas el protagonismo de cada uno de os 15 concursantes, y hay algunos de tus compañeros que han tenido presencia secundaria. ¿Te gustaría reivindicar el trabajo de alguno de ellos, que creas que no se ha visto reflejado?

De muchos. Por ejemplo, Lokesh se pasó días llenando cubos de agua. Sin ese esfuerzo llenando el depósito no hubiéramos podido fregar, ni cocinar, ni tener agua para beber; Rodrígo, que ha pasado más desapercibido, trabajó, serró, hizo de todo; Anita y Wafa estuvieron cocinando... Son ocho piezas cortitas donde por desgracia no se puede plasmar todo, y ahí está el trabajo de muchas personas que hay que ponerlo en valor.

Has sido el que más ha luchado por repartir las tareas y funciones por igual entre todos. ¿Por qué no se realizó así desde el principio? ¿Conseguiste cambiarlo al final?

Siempre he creído que ya que estábamos empezando una mini sociedad nosotros mismos, pues siempre he considerado que deberíamos empezarla sin los clichés y los problemas de la sociedad actual: hablamos de machismo, de la repartición de tareas en función del género... había gente que tomó el programa como un concurso que teníamos que ganar, y yo también lo pienso así, pero no a toda costa. Quería pasármelo bien y que la experiencia me enriqueciera de muchas formas.

Entonces el planteamiento del otro grupo fue trabajar como un engranaje, como una maquinaria perfecta; cada pieza en su lugar, se especializa, y llegamos. Pero yo no quería ser un robot, ser mecánico; quería disfrutar de todo, aprender a hacer nudos, etc. Entonces como por mayoría yo propuse la rotación y por mayoría nuevamente se optó por no hacerlo, tampoco iba a ser un dictador. Pero también avisé que el día que alguien se cansara de estar en su posición, que lo dijera y cambiábamos. Y fue lo que pasó.

¿Qué momento vas a recordar siempre?

Las risas. Aunque es verdad que yo he discutido mucho y he sido un poco gruñón. Había ciertos caracteres allí que o comías o te comían, y yo no quería que la opinión de otras personas pisoteara la mía, razón por la cual he salido mucho discutiendo y mucho reivindicando. Pero sí que es verdad que me he pasado el doble de tiempo riendo, haciendo bromas con Anita, cantando con ella, conversaciones con Wafa... hay muchos momentos que quizá no tengan interés televisivo, pero para mí es el recuerdo que mejor me llevo.

¿Mantienes el contacto con tus compañeros después de esta aventura?

Mucho. Sin ir más lejos ahora estoy en el gimnasio entrenando con Wafa, a Anita la he visto cuatro veces ya, a Víctor también lo he visto, y a Lokesh... Rodrigo estuvo una semana en mi casa después de que acabara el programa... el grupo de personas con el que más afinidad tuve van a formar parte de mi vida, lo tengo clarísimo.

¿Qué ha sido lo más complicado de El Puente?

Sin duda lo más difícil ha sido la convivencia con gente con carácteres tan distintos; es bueno quererse a sí mismo pero sin pisotear a nadie. Hemos tenido que lidiar entre nosotros con gente con la que quizá no estamos acostumbrados a lidiar. Entonces, el tener que aguantarnos para garantizar un buen trabajo en equipo para conseguir un objetivo, eso ha sido lo más difícil de El Puente sin lugar a dudas.

¿Qué tienes pensado hacer con el premio?

Tapar un poquito de mi hipoteca. En ningún momento me he arrepentido del reparto que he hecho. Los 100.000 euros me habrían venido muy bien para tapar la mayoría de la hipoteca pero lo que tengo me va bien para tapar un poco y tener la conciencia tranquila y que cada uno disfrute de su parte, que se lo merece.

¿Qué te atrajo para concursar en El Puente?

El espíritu aventurero que tengo. Cuando me enteré estaba viajando por Estados Unidos, por ejemplo. Siempre estoy viajando y es para lo que gasto la mayor parte del dinero que ahorro. Entonces esto era una oportunidad preciosa: nunca había estado en Argentina y la Patagonia era un sitio que siempre había querido visitar. Está claro que a nadie le amarga un dulce, pero yo no fui a por los cien mil euros.

El Puente es un reality pionero en la televisión. Una vez visto el resultado, ¿qué crees que ha aportado?

Creo que para la televisión española ha sido una revolución total. Algo muy arriesgado, la verdad, porque la gente no está acostumbrada a algo así. Estoy convencido de que hay mucha gente a la que no le habrá gustado porque está más acostumbrada a las peleas de gallos, a los gritos... aquí, ha habido por supuesto una parte interesante de cara al público, que ha tenido historial de amor, discusiones, amistad, trabajo en equipo, mucho curro y, sobre todo, lo que le hace tan especial ha sido la edición, la fotografía, la banda sonora... lo han hecho con un gusto exquisito, la verdad.

¿Participarías en otros realities?

No veo mucha tele. Lo único que veo son programas de política que me interesan. También he vivido muchos años en Alemania, así que he estado bastante desconectado de la televisión española. Sí que es verdad que si después de esta experiencia me llaman para otra que implique aventura y convivencia, supongo que lo haría. Pero no es algo que ande buscando, la verdad.