OT se ha convertido en el fenómeno televisivo de la temporada. Con su resurrección, ha logrado reconciliar en un mismo programa a la vieja y la nueva forma de ver televisión.
Y en esta epopeya uno de los papeles protagonistas lo ha tenido Noemí Galera. La directora de la Academia que ha capitaneado un movimiento al que podríamos designar como: el Reenamoramiento catódico.
Un sentimiento que consistiría en volver a sentir mariposas en el estómago por un espacio al que abandonamos pero nunca dejamos de querer. Y que, al reencontrarnos descubrimos que ambos hemos evolucionado y nuestra relación aún puede ser más completa.
Galera ha sido uno de los ingredientes principales para que todo esto ocurra. Desde que TVE diera luz verde al regreso de OT, ella comandó un equipo de casting que dio en la diana con todos y cada uno de los concursantes.
Ella, que ya se había encargado de descubrir a todos los triunfitos de las ediciones anteriores, tenía tan claro quiénes eran sus estrellas que cuando el jurado propuso a Amaia para abandonar el concurso en la gala 0, no dudó en salvarla: “Tienes luz, tienes personalidad, eres especial”, le dijo. ¿Os imagináis qué hubiera sido de este OT sin esa visión de Noemí?
Sus repasos de galas los días posteriores han sido lecciones televisivas continuadas de una experta en el medio. Y es que, aunque muchos solo la recuerden como directora de casting o jurado en talents, a Galera la descubrieron como concursante de Amor a primera vista en TV3. Allí ganó 200.000 pesetas y una vuelta al mundo que le cambiaría la vida, porque La Trinca se fijó en ella y acabó dirigiendo ese mismo programa.
Desde entonces, Noemí ha trabajado tras las cámaras dirigiendo y codirigiendo espacios tales como Un siglo de canciones, Tú gran día, La Historia: Destino Eurovisión... también encabezando equipos de castings para Eurojunior, Lluvia de estrellas, Allá Tú, El Número Uno y Tu cara no me suena todavía, entre otros.
Frente a las cámaras ha desempeñado el difícil papel de jurado en Tú sí que vales, Mira quién baila y hasta cinco ediciones de OT y presentó aquel exitoso Reencuentro.
Con todo este curriculum, Galera ha desarrollado un instinto televisivo que le permite hablar el idioma del espectador, saber lo que funciona en el medio y manejar a los protagonistas entendiéndolos como personajes pero antes como personas.
Para muestra, el día que se derrumbó frente a Alfred. Ella tenía dos opciones al descubrir que su “niñato” se había colado por un micro abierto: dejar pasar la tormenta (total él ni lo iba a ver hasta que saliera del concurso) o disculparse ante su alumno por sus palabras. Optó por la segunda y le dio la vuelta a algo que se estaba magnificando en redes para convertirlo en otra lección (esta vez de vida).
No es de extrañar, entonces, que el Chat de OT se haya convertido en otro programa en sí mismo y ella en una de las conductoras más naturales de la actualidad.
Se lo habían puesto muy difícil después de El Reencuentro porque nuestro recuerdo de aquella primera edición de OT estaba más despierto que nunca. Pero aún así, esta Academia (SU Academia) ha superado todas las expectativas, siendo el epicentro de la revolución del formato, con unos concursantes que ya no nos conquistan en las galas, sino en el 24 horas.
OT 2017 ha inventado el Reenamoramiento catódico y ella lo ha capitaneado desde su trono de tela. Por eso, pase lo que pase el 5 de febrero, la ganadora será Noemí Galera.