¿Por qué GH dúo ha devuelto las ganas de un Gran Hermano de anónimos?
GH Dúo está funcionando correctamente en audienciasGH Dúo y tanto El Debate, como las galas han liderado en sus últimas entregas.
Pero a la vez, está desatando un fenómeno inesperado entre los seguidores del formato. Y es que son cada vez más numerosos los tuits que transmiten su añoranza por una edición de anónimos.
Cuando hasta el propio director general de contenidos de Mediaset, Manuel Villanueva, señalaba que el reality con desconocidos había causado “fatiga” - tras el descalabro de GH Revolution- su público empieza a reivindicarlo.
Desde Vertele, analizamos las razones por las que GH Dúo está provocando esta sensación que, por otro lado, no es negativa:
Dos ediciones de famosos sin descanso
GH VIP 6 fue todo un acierto. Llegó cuando la casa de Guadalix llevaba más de un año sin que la pisaran famosos. Por lo que la expectación y las ganas de verles conviviendo se habían multiplicado. Pero el mismo día de su gran final, cuando aún ni habíamos saboreado el triunfo de la Princesa Inca, ya entraron los primeros inquilinos de GH Dúo: Kiko Rivera e Irene Rosales.
Una invasión casi ofensiva para muchos fieles de cada edición a los que les gusta despedir como se merecen a sus finalistas y cerrar con lágrimas las puertas. Sin embargo, allí se presentaron dos nuevos concursantes cual carrera de relevos.
Y es que si alguien se marchó de vacaciones antes del 20 de diciembre y sintonizó Telecinco al mes, pensaría que estaba viendo la continuación del VIP: mismo presentador, misma casa, mismo plató y más caras conocidas. Así que ambas ediciones casi saben a lo mismo.
Tramas ya vistas en el universo de Mediaset
Las parejas (y tríos) que han entrado arrastran unas tramas que ya conocíamos por otros programas de Mediaset: Sofía y Albalá llevan con su tira y afloja desde Supervivientes y pasando por Mujeres y Hombres y Viceversa. Lo mismo con María Jesús Ruiz, Julio Ruz y Carolina Sobe, cambiando el dating por Deluxes. Sobre la relación de Kiko Rivera e Irene Rosales se había hablado hasta la saciedad en Sálvame y el propio Tejado había descubierto sus frustraciones con Candela en el programa.
Historias identificables que, en un principio generaron interés, pero que son un freno para el desarrollo de nuevas tramas dentro del reality. Son famosos con un pasado del que no pueden desprenderse porque conviven con él. Por lo que siguen en la burbuja de su vida en pareja, en vez de integrarse en el grupo de cero y desarrollar nuevos roles en la casa.
Por ello aún no tenemos a un protagonista claro, ni a su antagonista, ni a sus aliados, ni enemigos. Y sin eso, la edición no tiene una personalidad propia.
La magia de los desconocidos
De hecho, si algunos concursantes están llamando la atención, esos son los más desconocidos: Julio Ruz, Alejandro Albalá, Yoli, Irene Rosales... y no es casualidad, es que ellos aún tienen la capacidad de sorprender.
Nos reímos con los intentos de Julio por alegrar a María Jesús. Nos quedamos embobados viendo los gestos y reacciones de Yoli (que parece haber nacido para protagonizar memes) y nos enternecemos con el cariño de Rosales a su pareja.
Pero sobre todo, aplaudimos a un Albalá que está interpretando un rol que hasta ahora nadie había aprovechado: el de víctima de las “chicas reality”. Siempre a la sombra de Chabelita o Sofía Suescun, el joven reivindica su derecho a jugar un papel en el circo mediático sin olvidarse de mostrar unos sentimientos que desmontan a las que siempre habían llevado las riendas de las tramas.
Albalá se está erigiendo como el diamante en bruto de la edición, igual que sus otros compañeros desconocidos, pero por una razón tan simple como que son los únicos con capacidad de sorprendernos aún.
¿Y si el secreto no está en el casting?
Villanueva achacaba la “fatiga” por los anónimos a que “llegaban muy resabiados y se perdía gran parte de la naturalidad”. Pero es imposible estar más “resabiado” que Sofía, Yurena o Kiko Rivera que llevan como tres realities a sus espaldas.
Las palabras “jugador” y “estrategia” son de las más repetidas en GH Dúo y aún así está funcionando. Es verdad que los seguidores piden una siguiente edición de anónimos, pero esa nostalgia no es mala. Simplemente desean pasar tiempo con nuevas personas, inquilinos de los que no sepan absolutamente nada y que estén fascinados por vivir esa nueva experiencia.
Los amantes de GH siguen pidiendo más, por lo que el problema, quizá jamás estuvo en la condición de famosos o desconocidos. Aquella “fatiga” puede que respondiera a la falta de descanso entre ediciones. Y ya sabemos que en el amor siempre es mejor echar de menos que de más.