Telecinco abrió las puertas de GH VIP 7 para dar la bienvenida a Mila Ximénez, El Cejas, Anabel Pantoja, Dinio, Adara Molinero, Estela Grande, Noemí Salazar, Hugo Castejón, Nuria MH, Alba Carrillo, Kiko Jiménez y dos fichajes más que tenían escondidos bajo la manga: Antonio David Flores y Gianmarco Onestini.
Jorge Javier Vázquez era, una vez más, el maestro de ceremonias que aparecía en plató para alertar de que “nada será lo que parece en esta casa que cumple 20 años de historia”.
Y así fue, una vez estuvieron todos dentro saltó la alarma de peligro que les separó en grupos y les obligó a vivir en unas condiciones que no esperaban. Además, surgieron los primeros rifirrafes, presentaciones, flirteos y alianzas.
Antonio David Flores, la gran sorpresa de la noche
El presentador daba paso al concursante que inauguraría la casa: “Un hombre relacionado con una de las sagas más importantes de España”. Las cámaras conectaban con Antonio David Flores, el exmarido de Rocío Carrasco - hija de Rocío Jurado- que no había sido confirmado por Telecinco.
Era la primera sorpresa del casting y se mostraba nervioso por reaparecer en los medios: “Estoy feliz y emocionado, es un honor inaugurar la casa después de años apartado de la tele este es mi regreso. Vengo con una finalidad: que la gente me conozca, solamente eso”.
Para acabar de rematar el gancho del fichaje con los seguidores de la saga Jurado aparecía Rocío, la hija del concursante que poco se prodiga por platós: “Solo te pido que te centres en ti y en tu concurso”, le pedía mientras el progenitor no podía reprimir las lágrimas.
Primer rifirrafe: “Nos vamos a llevar peor de lo que pensaba”
Alba Carrillo era la segunda en entrar a la casa y lo hacía con bronca incluida. Al ver a Antonio David le aseguraba que no “estaba encantada de conocerlo” y se enzarzaban en reproches, sobre todo, por ser ella amiga de su ex mujer.
Aunque él intentó paliar las palabras de la modelo, ella le recordó las críticas que le hizo cuando estuvo en Supervivientes y las “mentiras” que había dicho sobre ella: “Nos vamos a llevar peor de lo que pensaba”, acababa concluyendo.
Pero ahí no acabó la noche movidita de Alba, sino que el Súper le hizo ir al confesionario donde se encontró con Kiko Jiménez, otro de sus enemigos tras su mala relación en Supervivientes. Y aunque se esperaba peor recibimiento, finalmente fueron cordiales el uno con el otro.
Mila Ximénez era la siguiente en llegar al portal de Guadalix donde tuvo que esperar a su compañero El Cejas. Los dos se abrazaban y ella tranquilizaba al joven bromeando con que no tenían que hacer edredoning. Mientras que él le pedía que se enfadara menos y todo iría “guay”.
La viscosa entrada de Noemí Salazar y un “caballero italiano”
La nueva inquilina era Noemí Salazar, que hizo gala de su mote, “la reina del brilli brilli”, con un vestido lleno de luces. Con él, le hicieron entrar a la casa por la trampilla del aire acondicionado por el que salía un líquido viscoso.
A la salida se encontró con la puerta del confesionario, donde no dudó en entrar para encontrarse con un “caballero italiano”. Gianmarco Onestini, un conocido concursante del reality en Italia que se quiere dar a conocer en nuestro país.
Adara y el Maestro Joao, dos “intensos” con un mismo destino
Adara volvía a la casa de Guadalix tres años después de su paso por GH 16 donde se enamoró de Pol. Este último ahora tiene una relación con el Maestro Joao, que también entraba a concursar y se encontraba con la joven.
Se saludaban con dos besos y comentaban la “celda” que parecía la habitación en la que se encontraban. Pero la cordialidad acabó cuando vieron un vídeo en el que ambos se ponían verdes.
El siguiente plato fuerte era Dinio que confesaba haberse convertido en un “señor formal enamorado de mi mujer” y tras ello entraba al patio de la casa para presentarse al resto.
El fallo del sistema que dejó a los concursantes en un búnker
En ese momento se encendía una alarma de “fallo múltiple” de la casa y Jorge Javier pedía que todos los concursantes se dirigieran a la habitación del pánico, un refugio donde vivirán hasta que todo se arregle.
Se quedaban sin agua caliente, sin cocina, sin ropa y en literas. “Yo me voy a mi puta casa mañana, que ya tengo una edad” amenazó Mila siendo la primera que amagaba con abandonar.
En plena crisis llegaba Hugo Castejón a la puerta que no pudo abrir y tuvo que entrar por la trampilla. En el confesionario también se encontró con el italiano. Ambos se habían quedado encerrados en el habitáculo que sería su casa hasta que se solucionara la situación.
Era entonces cuando Anabel Pantoja hacía su aparición en la casa y Nuria - la amiga especial de Omar- le seguía.
Irene Junquera era de las últimas en llegar para saludar a sus compañeros desde el interior de la casa, junto con Estela Grande que prometía “no ser un mueble”.
Una vez todos estuvieron reunidos, Jorge Javier Vázquez les informó de que esas serían las condiciones en las que vivirían hasta que el problema surgido se solucionara.