La segunda noche de audiciones de Got Talent contó con lo “más” de lo “más” en la historia del programa de Telecinco. Concretamente, al concursante “más entregado”, la actuación “más peligrosa”, la de “más altura” y el mago que más ha impresionado a Risto Mejide de cuantos han pasado por el formato.
La parte cómica la puso un Yubio, un japonés que sorprendió a todo el plató por su manera de hacer música chasqueando con los dedos. El joven lo dio absolutamente todo en el escenario al ritmo de La marcha turca -“no he visto a nadie tan entregado en mi vida”, llegó a decir Santi Millán-, provocando carcajadas y caras de asombro a partes iguales entre los presentes.
De hecho, Paula Echevarría y Florentino Fernández le dieron su 'sí' con sumo entusiasmo, aunque no fue el caso de Tamara Falcó y Risto Mejide. “Me da muchísima pena, pero hay algo que me he perdido”, dijo la hija de Isabel Preysler, cuyo 'no' dejó el pase de Yubio a la siguiente fase en manos de Risto, pero el presentador de Todo es mentira tampoco compró su propuesta: “Creo que original y difícil, pero, lo siento, es que no lo veo”.
“Llevaba nueve ediciones esperando a alguien como tú”
Mucho más entusiasmado se mostró Risto con el otro japonés de la noche, MK, desde ya uno de los mejores magos que han pasado por Got Talent España. Y todo con una moneda que manipuló a su antojo ante las miradas de incredulidad de los jueces. Primero la elevó desde la palma de su mano hacia otra colocada a una altura superior desafiando las leyes de la gravedad, después la traspasó por la mano de Flo e, incluso, de repente se sacó la moneda del ojo.
Sin embargo, lo más increíble lo dejó para el final, cuando le dio la moneda a Risto, que la mantuvo en su puño cerrado. O eso creía él, porque de repente la moneda de Risto apareció en la mano de MK y en la mano del juez, otra moneda diferente con las iniciales del ilusionista. “Esto es lo que yo llamo manipulación nivel dios. Te digo una cosa, MK: llevaba, como mínimo, nueve ediciones de Got Talent esperando a alguien como tú”, dijo Risto al joven artista, que se llevó los cuatro 'síes' del jurado para convertirse en uno de los grandes favoritos a ganar esta edición.
También se llevó el pleno Krystal Kurio, una estadounidense amante del faquirismo. La joven se metió un clavo larguísimo por la nariz a base de darle pequeños golpes con un martillo, después se introdujo tres espadas por la boca y hasta el fondo de su cuerpo y, por último, se tumbó en una cama de clavos para que Tamara Falcó rompiera sobre su cuerpo un bloque de hormigón a martillazo limpio. “Un fallo y podría morir”, fue el resumen de la actuación, que mereció todos los 'síes' del jurado, pero también un desafío de Risto a Krystal: “Os jugáis la vida, realmente, pero quiero ver más riesgo en tu actuación. Creo que lo puedes hacer mucho más arriesgado”.
Y hablando de riesgo, la noche también dejó una actuación de altura. Y nunca mejor dicho, porque John H. Torres, artísticamente conocido como ‘El diamante negro’, se subió a lo más alto del plató para hacer una actuación relacionada con el equilibrio de manos. El artista fue subiendo poco a poco de altura hasta los nueve metros, por lo que la caída podía “ser mortal”. Y eso, un susto de muerte, fue lo que se llevaron los presentes cuando se cayeron los bloques en los que estaba sujeto el concursante. Sin embargo, estaba todo controlado y formaba parte del espectáculo.
Algunos, como Risto Mejide, no quisieron mirar. “Llevo en esta silla diez años, han pasado por aquí unos dos mil participantes y es la primera vez en mi vida que tengo que aparta la vista porque no puedo mirar”, explicó el juez, que aun así dio su 'sí' al artista circense. “Si este programa lo tuviera que ganar quien se la jugara, lo tendrías que ganar tú”, añadió Paula Echevarría, que se unió a Risto, Tamara Falcó y Flo para completar el pleno de 'síes'.